La compra de Talgo llega a su recta final con movimientos en la oferta de precios por hacerse con un paquete accionarial suficiente para controlar la compañía. Con el interés de inversores polacos e indios por participar en la operación Sidenor, el grupo industrial apoyado por el Gobierno vasco ha elevado esta tarde a 4,8 euros por acción su oferta por el 29,9% de la compañía que le puede vender el fondo de inversión norteamericano Trilantic.
La nueva oferta supone elevar un 20% el precio inicial lanzado por Sidenor tras el rechazo del Gobierno a la OPA solicitada por el fabricante húngaro GanzMaVag el pasado verano. Esa oferta ascendía a cinco euros por acción por el 100% de la compañía. Tras el no del Gobierno, Sidenor puso sobre la mesa cuatro euros por acción, considerados insuficientes por los propietarios del paquete de control en Talgo.
La nueva oferta elevaría el precio hasta los 4,15 euros por acción más otros 0,65 euros adicionales si se cumplen ciertos objetivos, ha adelantado el Correo, que señala también que Sidenor estaría acompañada en esta operación por el fondo público vasco Finkatuz, la BBK y la Fundación Vital, que en conjunto aportarían 150 millones. En la operación se incluye el traslado de la sede social de la compañía desde Madrid a Álava y, probablemente, la participación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) adscrita al Ministerio de Hacienda. El interés del Gobierno en que se cierre la operación es tal, que se han llegado a negociar los pagos que Talgo debe realizar a Renfe como compensación por el mal funcionamiento de sus trenes Avril en el operador público.
La mejora llega a una semana de que terminen las auditorías sobre la compañía y con terceros inversores interesados en participar en el fabricante de trenes. Es el caso de la polaca Pesa, apoyada formalmente y de manera pública por su Ministerio de Exteriores en plena presidencia europea para realizar la operación incluso asociándose con el fondo del gobierno vasco. No obstante, Sidenor ha salido al paso indicando que no contempla compartir Talgo con ningún socio industrial en el capital de la compañía, aunque no rechaza alianzas comerciales. Con esta entrada se completaría una primera fase de la venta de Talgo, una operación en la que el gobierno central ha estado muy implicado, especialmente el ministro de Transportes, Óscar Puente.
En una segunda etapa podrían entrar otros socios industriales, como la polaca Pesa o la india Jupiter Vagons, que todavía no han desvelado sus propuestas pero que aportarían la capacidad industrial que necesita el fabricante español, y que no resuelve Sidenor, según fuentes del sector.
La principal resistencia de Trilantic a esta operación era el precio inicial que ofrecía la siderúrgica presidida por José Antonio Jainaga (los 4 euros), lejos de los 5 euros que acarició con la opa -luego vetada por el Gobierno- lanzada por la firma húngara Magyar Vagon en marzo del año pasado.
La nueva oferta supone un pago de 4,80 euros por acción, más cerca de los 5 euros de la húngara y sustancialmente por encima de la cotización en la bolsa de la compañía.
Además de los parabienes del gobierno central, la operación es bien vista en el seno del Gobierno vasco porque supondría la consolidación de Talgo, una empresa con una fuerte implicación en Euskadi, ya que tiene una de sus dos factorías, la más grande, en el municipio alavés de Rivabellosa, con 700 trabajadores (la otra en Las Matas, en Madrid, con 500 empleados).
Con la oferta de Magyar, el fondo habría ingresado por su 29,9 % los 185 millones de euros (suponía valorar el 100 % de la constructora de trenes española en 620 millones) y ahora, de culminar la operación en los términos actuales, ingresará algo más 150 millones (500 millones la totalidad del capital)