Con la llegada de internet, cada vez es más frecuente que realicemos pagos a través de plataformas digitales. Ya sea pagando a través de tarjetas de crédito o con los dispositivos móviles, en ocasiones lo digital acaba siendo más sencillo que optar por los pagos en metálico. Por no hablar de las transferencias de dinero, las cuales se pueden gestionar desde el teléfono en cuestión de segundos.
Pero, a pesar de que normalmente asociamos lo digital con lo inmediato, lo cierto es que las transferencias bancarias entre entidades diferentes requieren varios días para llevarse a cabo. Enviamos el dinero y, pasados uno o dos días, la cuenta de la otra persona se actualiza con el ingreso.
Pero, ¿por qué tardan las transferencias entre bancos diferentes varios días en materializarse? Por ley deberían tardar menos de un día hábil, pero con fines de semana y festivos de por medio la espera puede ser interminable.
Si los sistemas informáticos son tan veloces, ¿por qué tardan tanto las transferencias?
Esta suele ser una pregunta bastante común cuando surgen los bancos como tema de conversación. En la actualidad, podemos decir que prácticamente todo está informatizado, y no nos faltaría razón. Estamos acostumbrados a que todo sea instantáneo e inmediato, por lo que cuando nos toca realizar una transferencia bancaria nos pueda llegar a sorprender que pueda tardar varios días.
Podríamos pensar que los bancos se encuentran tecnológicamente atrasados, que vendría a ser lo más lógico teniendo en cuenta este «enorme» tiempo de espera en las transferencias, pero lo cierto es que se trata más bien de un asunto burocrático. Sí, la burocracia es la responsable de que tengas que esperar varios días para poder retirar el dinero que te ha ingresado otra persona.
Imaginad que realizamos una transferencia bancaria a un amigo nuestro cuya cuenta bancaria se encuentra en otro banco. Esta transferencia no va de un banco a otro de forma inmediata, sino que se anota en un registro de transacciones. Todos estos registros se realizan al momento (y si comprobáis vuestra cuenta, ese dinero habrá desaparecido) ¿A dónde va ese dinero?
Al finalizar la jornada, todos los bancos envían sus registros al Banco Central de España, que es el responsable de intermediar con el resto de bancos del país. Una vez llegan los registros, se mueve todo el dinero resultante de cada cuenta origen a la cuenta destino, cambio que se acaba reflejando al día siguiente.
Los días hábiles y la hora de corte, dos factores que no se suelen tener en cuenta
Según la ley de servicios de pago, las transferencias deben estar realizadas en un plazo de un día hábil. A más de uno le habrá sucedido que realice desde su casa una transferencia un viernes y esta no se haya hecho efectiva hasta un martes. Seguramente te hayas enfadado con el banco porque, en lugar de tener la transferencia lista en un día, ha tardado cuatro. ¿Y a qué se debe?
Esto se debe, en primer lugar, a que las transferencias son realizadas únicamente en días hábiles. Los días hábiles son los días de lunes a viernes, quedándose como días no-hábiles los sábados, domingos y festivos a nivel nacional.
Pero queda un detalle más, y es que si tenemos en cuenta los días hábiles para la transferencia, esta se está haciendo efectiva en dos días, por lo que sigue siendo más tiempo del esperado. Y resulta que existe otra razón de peso.
Tal y mencionamos anteriormente, todas las transferencias pasan por el Banco Central de España una vez al día, por lo que los bancos tienen una hora de corte concreta para las transferencias, que suele rondar sobre las 4-7 de la tarde (depende de cada banco). Una vez finalizada la hora de corte, toda transferencia solicitada será efectuada en el siguiente día hábil (el lunes, en el caso del ejemplo que hemos utilizado unos párrafos más arriba).
Las transferencias entre un mismo banco sí son inmediatas
No obstante, toda esta burocracia solamente se pone en marcha cuando tenemos que realizar una transferencia a una entidad bancaria distinta a la nuestra. ¿Qué sucede en caso de que el banco de la persona a la que vamos a transferir el dinero sea el mismo que el nuestro? En ese caso, el asunto es diferente.
Para este caso nos tendremos que olvidar de todo lo que hemos leído antes. En este tipo de transferencias no es necesario ningún trámite burocrático con el Banco Central de España, ya que el dinero se queda en el mismo banco, habiendo solo un cambio en el titular del mismo. Esto hace que toda la transferencia sea un mero trámite administrativo que en la mayoría de casos se suele efectuar de manera instantánea.
Ojo: puedes transferir en el mismo día entre bancos
Tal y como hemos podido ver, el mejor método para realizar transferencias bancarias pasa por alinear los planetas para que nuestra cuenta bancaria pertenezca a la misma entidad que la del destinatario. Pero algo que muy poca gente conoce es que existen ciertas maneras de evitar las esperas incluso en las transferencias entre bancos diferentes.
El primer método es el más sencillo, aunque también el menos cómodo. Consiste en retirar el dinero de forma manual de nuestro banco y realizar el ingreso en el banco del destinatario de forma manual. Ahí no os descubrimos nada nuevo, lo sabemos.
La otra forma de evitar la espera, y la que poca gente conoce, consiste en una Orden de Movimiento de Fondos (OMF). Estamos hablando de un tipo de transferencia mucho más rápida que tiene un único inconveniente, y es que para hacerla se nos cobrará una comisión bastante elevada (aproximadamente un 0,5% de la cantidad transferida, con valores mínimos de entre tres y seis euros). Es cara, pero en casos de extrema urgencia puede sacarnos de más de un apuro.
Referencias: Blog Salmón | BBVA