Los niños acceden cada vez más pronto a un smartphone, también a aplicaciones como WhatsApp. Y conviene saber todo lo que eso implica.
La noticia se conocía ayer: un juzgado autorizaba a un padre a espiar los mensajes de WhatsApp de su hijo. Dicha noticia se extendía entre todos los medios como la excusa perfecta para los padres: la Justicia les autorizaba a espiar los mensajes de WhatsApp de sus hijos. Pero ¿es realmente así? Más o menos.
Actualmente vemos a los niños menores de 13 años utilizar un smartphone sin que sea el propio de los padres. Y no solo para acceder a juegos o a vídeos, que sería lo más recomendable, también para utilizar las redes sociales y las aplicaciones de mensajería privada, como WhatsApp. Ante los casos de acoso infantil que suceden cada vez con más frecuencia, resulta comprensible que los padres deseen conocer qué es lo que hablan sus hijos y con quién.
¿Pueden los padres espiar el WhatsApp de sus hijos?
La Audiencia Provincial de Pontevedra avalaba ayer la actitud de un padre que había revisado los mensajes de WhatsApp de sus hijos. La madre denunció este hecho por intromisión en la vida privada de los niños, pero los jueces han estimado que la vigilancia de los mensajes privados entra dentro de la potestad de los padres para vigilar a sus hijos.
Más allá de la polémica en el juicio de la pareja, que se encuentra actualmente divorciada y compartiendo la custodia, la sentencia pone de manifiesto que los padres pueden inmiscuirse en las conversaciones privadas de sus hijos incluso a pesar de que el artículo 197 del Código penal español tipifica que apoderarse de documentos que hagan referencia a la intimidad de otra persona sea un delito castigado con prisión.
El derecho a que los padres garanticen la seguridad de los hijos prevalece ante el derecho a la intimidad
Según la última sentencia, y tras algunos casos más similares, queda claro que los padres pueden acceder a los mensajes de sus hijos como parte de su deber de padres. Esto implica que, pese a no constar específicamente ni en el Código Penal ni en el Código Civil, los progenitores tienen acceso a lo que sus hijos hagan con el teléfono móvil, incluido en el ámbito más privado.
¿Cuál es la edad mínima en la que los niños pueden utilizar WhatsApp?
No hay una edad mínima legal en España ya que no existe una legislación al respecto, pero sí que hay un mínimo según lo estipulado por el servicio de mensajería instantánea: WhatsApp especifica que la edad mínima para utilizar la aplicación en el móvil es de 13 años. (Actualizado: En Europa ahora son 16 años.)
Según los términos de servicio de WhatsApp:
Debes tener por lo menos 13 años de edad para poder usar nuestros Servicios (o la edad mínima requerida en tu país para tener autorización para usar nuestros Servicios sin aprobación de tus padres).
No es conveniente darle un móvil a un niño menor de 14 años, incluso menor de 16, y que lo utilice con su propia SIM, tarifa de datos y aplicaciones de mensajería. A pesar de que las fronteras se diluyen con la popularización de la tecnología, existen demasiados peligros a los que se exponen los menores. Cualquier amigo o familiar podría hablarles a través de WhatsApp y acosarles sin que los padres se enterasen, algo que cada vez es más frecuente.
¿Cómo proteger el WhatsApp de nuestros hijos?
Si a pesar de todo permites que tus hijos utilicen un móvil con su propio WhatsApp, lo mejor es que tomes precauciones para protegerlos en la mayor medida posible. Estas son las siguientes recomendaciones.
- Utiliza una SIM de prepago, pero no la dejes instalada en su móvil. Puedes activar su cuenta de WhatsApp desde otro smartphone.
- Bloquea su WhatsApp con una contraseña que solo sepas tú.
- Controla los contactos de su agenda y gestiónalos manualmente.
- Vigila que todos los números concuerdan con los de sus amigos y familiares. Contactar con los otros padres es una buena manera de asegurarse.
- No compartas su número de WhatsApp con nadie, ni siquiera con tu familia.
- Intenta restringir su uso a las comunicaciones más importantes.
Lo mejor que puedes hacer es retrasar cuanto puedas su entrada en las redes sociales y mensajería
Lo mejor es que los niños no tengan ni móvil propio ni, por supuesto, SIM con datos y llamadas, tampoco WhatsApp ni redes sociales. Hay tiempo para todo, eso es lo que debemos hacerles saber: cuanto más tarden en adquirir hábitos adultos mejor que mejor.