Necesitas ser desarrollador para aprovechar las API que brinda el sistema, pero también te conciernen como usuario. ¿No sabes lo que son? Acerquémonos a esta parte fundamental de cualquier sistema, Android incluido.
Android, como cualquier sistema informático, posee una serie de términos que dan acceso a numerosas funciones y especificaciones. Una buena parte de esos conceptos los utilizamos a diario incluso quienes no somos desarrolladores o expertos en los componentes de los smartphones. RAM, LTE, apertura de la cámara, ratio de aspecto… Haríamos una lista inmensa de la que podríamos escribir un diccionario. Uno de esos conceptos es el de «API».
Si sigues la actualidad del sistema habrás leído más de una vez esa sigla, especialmente cuando Google presenta una nueva versión de sistema. Se suele detallar que la API de un componente concreto se actualiza para integrar nuevas funciones, por ejemplo; mejorando con ello el uso de los dispositivos que acceden a esa versión. Así que, ¿por qué son tan importantes para los usuarios esas APIs? Veamos.
La API es la carretera que facilita la comunicación entre dos softwares
Esta es la explicación más condensada. La API o Application Programming Interface (interfaz de programación de aplicaciones) abre la puerta a que dos componentes de software distintos se comuniquen para que ambos obtengan información del contrario. En un mundo informático en el que todo tiene patente las APIs son la única manera de ofrecer acceso seguro para que los desarrolladores puedan trabajar con programas y servicios externos de manera muy sencilla.
Cada API brinda comunicación entre dos softwares distintos para así intercambiar datos
En Android disponemos de numerosas APIs que ofrecen a los desarrolladores la posibilidad de gestionar todo el smartphone a través de sus propias apps. La cámara tiene su API, por ejemplo: de esta manera un programador puede crear una app que le permita acceder a lo que captura el sensor y poder registrar fotografías sin necesidad de programar una herramienta para cada cámara del mercado.
Las APIs ofrecen un acceso universal al software para ahorrar esfuerzos de desarrollo sin que el sistema esté en peligro con los datos que los desarrolladores obtienen desde sus apps. Además, Google y los fabricantes pueden actualizar sus componentes sin necesidad de renovar por completo el sistema. Basta con que renueven las API concretas para que los desarrolladores obtengan las nuevas funcionalidades; redundando en el usuario ya que este obtiene mejoras y un mayor número de opciones a las que acceder.
No solo los componentes y los servicios del smartphone ofrecen una API para que los desarrolladores se comuniquen con ellos, también todos los servicios web y redes sociales ofrecen su propia API. Twitter, por ejemplo. O Facebook, Telegram…
Las APIs también pueden dejar obsoleto tu móvil
Esta es seguramente la cara más amarga ya que todos los desarrolladores dependen de lo actualizadas que estén para elegir si programar o no para ellas. Imagina que un desarrollador quiere integrar la captura en RAW en su aplicación de cámara. Para ello necesita que la app sea compatible con la API «android.hardware.camera2«, que es la que ofrece la información en bruto del sensor. Todos los que no posean dicha API no podrán utilizar la aplicación.
El ejemplo anterior tampoco implica un suplicio para alguien que no disponga de la API, pero imagina si esto se aplica a un software tan clave en un smartphone como lo es la Google Play Store. Así ocurrió con los móviles que tuviesen Android Gingerbread o inferior: debido a la compatibilidad obligatoria con la API Level 9 dichos smartphones ya no podrán utilizar la tienda de apps. Automáticamente obsoletos.
Las APIs nos afectan en gran medida, mucho más de lo que imaginamos. Abren la puerta a funciones nuevas que llegan con las actualizaciones y nos la cierran cuando nuestro sistema queda desactualizado. Por fortuna poseen un lapso de validez bastante holgado, algo que nos beneficia. También a los desarrolladores.