Cuando Google decidió que sus dispositivos Nexus no eran lo adecuado para ser su arma en el mercado de los dispositivos móviles, decidió acabar con ellos. Los encargados de sustituirlos fueron los Pixel, una nueva categoría de terminales que miraban más a los iPhone que a sus propia competencia dentro de Android.
Esto hacia que se les exigiera más que a otros modelos de Samsung o Sony, pero es que además Google optó por poner unos precios que no se alejaban demasiado de los terminales más caros.
Así pues, la empresa decidió garantizar al menos dos años de actualizaciones mayores para los terminales que ella misma diseñaba, y un año extra de actualizaciones de seguridad.
El Google Pixel llega al final de su vida
Habiéndose lanzado en octubre de 2016 con Android 7.1, lo esperable era ver cómo daba el salto a Android 8 y a Android 9, para luego estar un año más con actualizaciones mensuales de seguridad.
La parte positiva es que Google decidió, de forma algo inesperada, darle también Android 10, una versión mayor que no estaba garantizada pero que no parecía muy difícil de implementar en este modelo.
Eso cubrió el tercer año prometido por Google mejor de lo esperado, pero llegado el final de este 2019 vemos cómo el Google Pixel se queda sin soporte, ni siquiera de parches de seguridad.
Apple y Samsung lo hacen mejor
Apple ha lanzado hace poco una nueva versión de su sistema operativo, iOS 13. Este software como es lógico llega a sus móviles más recientes, pero también a algunos que cumplen cuatro años, como el iPhone 6s.
Podríamos decir que si Google quiere mirarse en el espejo de Apple debería hacerlo con todas las consecuencias, no sólo para establecer el precio de sus productos.
Por otro lado, un rival y socio como Samsung ha demostrado que se pueden hacer mejor las cosas. El Samsung Galaxy S7, que ha pasado ya de los tres años y medio de vida, sigue actualizando el sistema para corregir fallos de seguridad, aunque lo hace de forma trimestral y no mensual.