Android N ya está con nosotros: el sistema operativo móvil de Google ha llegado en versión para desarrolladores, anticipando algunos de los cambios que veremos en la futura versión de Android, y dando espacio a los desarrolladores para adaptar las aplicaciones a las novedades. Hay cambios que desaparecerán, cambios que llegarán, y cosas que se romperán por el camino, pero podemos afirmar hacia dónde va encaminada la evolución del sistema.
Después de que fuese lanzada el miércoles, Android N ha sido analizada por decenas de lados diferentes: todas sus nuevas funciones, las cosas que cambian respecto a Android Marshmallow, y las curiosidades que nos hemos encontrado con la nueva versión. Este análisis tan exhaustivo también incluye al código del sistema, a la parte que no vemos cuando utilizamos un teléfono con Android, y ya se han comenzado a encontrar cosas interesantes «bajo el capó».
Los desarrolladores que han explorado Android N a fondo se han percatado de un detalle mínimo pero significativo, como podemos leer en AndroidCentral: Google ha hecho pequeños cambios en la estructura de los archivos y en las particiones. Para ser exactos, se están moviendo cosas de la partición del sistema a la partición del fabricante u operadora: librerías, elementos del kernel, y aplicaciones completas, los elementos que modifican la interfaz.
En otras palabras, Google ha comenzado un proceso de división dentro del sistema: una parte está dedicada a lo esencial para el sistema, la que se encuentra en la partición del sistema, y la otra parte se centra en contener todo lo que interactúa con el usuario, lo que se encuentra en la partición del fabricante. Esto es todo lo que podemos afirmar con seguridad, a falta de una declaración de intenciones oficial.
Android N comienza la «desconexión» de sistema e interfaz
Aquí es cuando los rumores, las opiniones, y las especulaciones se han disparado, y lo han hecho con razón. Con Android N, Google habría comenzado a dividir el sistema en esas dos partes, y todo apunta a que la fragmentación ha sido el desencadenante de todo esto.
Ya sabemos que los fabricantes tienen la extraña manía de modificar por completo el sistema de sus dispositivos con Android: capas de personalización, aplicaciones propias, elementos propios del dispositivo… y eso se nota cuando un teléfono tiene que actualizar. El fabricante, en muchos casos, tiene que «rehacer» por completo esos cambios para adaptarse a una nueva versión de Android, un proceso que requiere mucho tiempo y muchos recursos.
Los fabricantes utilizan todos estos cambios como un arma de ventas, ese toque diferenciador que todos buscan para atraer a los compradores, y no van a dejarlo ir para dar más control sobre el sistema a Google. Por ello, Google podría estar creando esa diferenciación: el fabricante toca en su partición y no altera Android como tal.
¿Actualizaciones más rápidas a cambio de control?
Esto abriría la puerta a actualizaciones más rápidas, agilizaría todo el proceso que conlleva adaptar una nueva versión de Android: Google tiene su partición con todo lo esencial de Android, y puede modificarla sin problemas. Los fabricantes tienen sus cambios en otra partición completamente distinta, y no tienen que adaptar sus ajustes desde cero a los nuevos archivos de la actualización, como mucho adaptar para que sirvan en la nueva versión.
Además, las actualizaciones de seguridad serían mucho más rápidas, dado que Google podría corregir los problemas de seguridad, y lanzar las actualizaciones sin afectar a las modificaciones de los fabricantes o las operadoras. En otras palabras, podríamos haber solucionado fallos enormes como Heartbleed en poco tiempo, en vez de dejar dispositivos vulnerables de por vida, gracias a que no van a actualizar nunca.
Sin embargo, también plantea diferentes problemas, comenzando con cómo podrían funcionar estas dos particiones sin problemas. Compañías como Huawei, HTC o Samsung no van a dejar de lado sus prácticas, van a seguir personalizando el sistema y haciendo que se parezca poco a Android puro, y está por ver el cómo se va a integrar todo sin afectar al rendimiento o a la usabilidad.
También está el asunto de que, aunque sea beneficioso para los usuarios y para Google, tanto fabricantes como operadores no lo van a dejar fácil. Google es quien más sabe sobre Android, en teoría, y con esto, los fabricantes podrían despreocuparse del sistema para centrarse en la personalización. Que Google se encargue de ello, y que el fabricante se dedique a dar ese toque añadido sin tocar el núcleo, supone menos dolores de cabeza para el fabricante en principio.
El problema es que ya existen funciones a nivel de sistema como Knox, la protección de Samsung que se llega a integrar a nivel de bootloader, y lo utilizan como un valor añadido ante la competencia. Librarse de estas funciones sin más, cuando están integradas en el núcleo de los dispositivos que las integran, no creo que le haga mucha gracia a compañías como Samsung, después de gastar dinero y tiempo en desarrollarlas.
¿Android N es un anticipo del futuro de Android?
En todo caso, lo único que podemos afirmar a ciencia cierta es que Google está preparando algo grande para el futuro de Android.