Hace justo un año publicaba un artículo en el que os contaba que estaría un año probando móviles plegables. Estos terminales estaban empezando a despuntar y cada vez más firmas apostaban por ellos, pero faltaba mucho para que fueran masivos.
Mi idea era poder tener una experiencia a largo plazo antes de que la mayoría se planteara comprar un teléfono así, motivo por el cual decidí tener siempre un plegable en casa, como móvil principal cuando no tenía que analizar otro, y como móvil secundario cuando sí lo hacía.
De esta manera, me forzaba a experimentar en primera persona cómo era vivir con un plegable en el día a día, más allá de las dos o tres semanas que podría llegar a tener un smartphone normalmente.
Entendiendo a los plegables poco a poco
Lo más interesante de este proceso ha sido el poder comprobar que son móviles diferentes en situaciones en las que normalmente no puedo hacerlo.
Por ejemplo, me he dado cuenta de lo delicado que es llevar un terminal así a la playa, aunque algunos tengan resistencia al agua. Además, siguen siendo aparatos que llaman, y mucho, la atención de la gente. El perfil de usuario que quiere destacar y llamar la atención tendrá en estos móviles, por el momento, una buena forma de hacerlo.
Son móviles que pueden llegar a cambiar la manera en la que usamos los teléfonos, pero lo que a la mayoría le llama la atención no es eso, sino el poder recobrar una comodidad perdida en el paso de los teléfonos móviles a los smartphones.
Por delante queda aún mucho que hacer, empezando por Google y siguiendo por las marcas chinas, que no se atreven a sacar de su mercado natal sus plegables, y cuando lo hacen son con precios que hacen que los Galaxy Fold parezcan baratos.
Todas estas impresiones las tenéis detalladas en el artículo que publiqué hace un año y, aunque no seguiré con esta atención continuada, sí que voy a poder probar más plegables en los próximos meses, e iré contando cómo ha ido cambiando este sector.