Recientemente Google anunció que iba a dejar de usar el formato APK para las aplicaciones Android que se distribuyeran desde la Google Play Store. Este cambio se anunció como una mejora ya que las aplicaciones ocuparían menos y serían más seguras.
Y es cierto, pero hay una letra pequeña que puede que sea clave para los desarrolladores y, en última instancia, para los usuarios.
Qué es un APK
Sin entrar en tecnicismos, un APK es una forma de empaquetar los archivos que conforman una aplicación. Es una suerte de ZIP inteligente, por así decirlo.
Dentro de los mismos están todos los archivos necesarios para hacerlo funcionar en cualquier móvil Android compatible. Y esto es clave: en cualquiera.
Es decir, un mismo archivo APK puede servir para un móvil Android de gama baja y otro de gama alta. Todos los datos necesarios para ambos están dentro de ese archivo.
Cómo funcionan los AAB
Por su parte, los AAB funcionan de manera distinta al estar diseñados para un sólo tipo de móvil. Esto es, un juego o aplicación Android tiene un APK, pero potencialmente tendrá miles de AAB diferentes.
Aspectos como la resolución, el almacenamiento o el rendimiento podrían hacer cambiar un AAB de descarga de la Play Store.
En resumen, el AAB que se descarga en un Samsung Galaxy S21 Ultra no es el mismo que se descarga en un Xiaomi Redmi 9.
El problema de la distribución
Para los usuarios esto no es especialmente importante dado que el proceso de descarga e instalación es el mismo, siempre que se use la tienda de Google.
En el momento en el que queramos instalar una aplicación desde otra tienda empiezan los problemas como comenta Luis Hernández, el CEO de Uptodown en este hilo de Twitter. El título, de hecho, está inspirado en uno de sus mensajes.
En los APK es el desarrollador el que firma su aplicación usando una "llave privada". En los AAB es Google el que desde un APK genérico extrae los componentes necesarios para crear los diferentes AAB y los firma con una clave que no depende del desarrollador.
Esto es clave para impedir que, una vez descargados, estos programas puedan ser usados en otras tiendas de aplicaciones Android.
Confiando ciegamente en Google
Muchos desarrolladores han apuntado a que con los AAB Google podría incluir código al firmar las aplicaciones y juegos. La compañía ha dicho que no lo hará, pero es simplemente una declaración de buena voluntad. Y ya sabemos cómo se las gasta Google en ocasiones.
Además, la distribución de otras tiendas se verá complicada ya que se usa el APK como elemento de distribución. Windows 11 es el último ejemplo de ello.
Desde luego, nada impide a los desarrolladores crear versiones alternativas en APK para distribuir en tiendas como Amazon App Store, Huawei AppGallery o Uptodown. La cuestión es si todos se tomarán la molestia de hacerlo.
Si no sucede esto último, la Google Play se acabara pareciendo a la AppStore de Apple mucho más de lo que nos gustaría.
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