Parece que fuera ayer, pero ya llevamos un mes con el veto de Estados Unidos a Huawei. Primero Trump introdujo a la empresa en la lista negra comercial; después Google tuvo que cortar los lazos a futuro de la relación entre Huawei y Android; más tarde llegó una ola creciente de reveses que está dejando al fabricante muy tocado a nivel internacional. No por la pérdida de calidad o prestaciones en sus dispositivos, sí por la lógica incertidumbre hasta el futuro.
Huawei llevaba tiempo preparándose para lo peor, de ahí que tuviese en desarrollo su propio sistema operativo (en principio Hongmeng OS). Además, posee su propia tienda de aplicaciones y anda buscando los mejores atajos para mantener su ritmo de ventas y también de innovación. Aunque Huawei se ha visto obligada a recortar sus previsiones, tal y como ha confirmado a los medios.
Huawei sufrirá una caída en beneficios de 30 000 millones de dólares con hasta 60 millones de móviles menos vendidos
Las cifras son colosales, no en vano la marca estaba en planes de alzarse con el cetro del primer fabricante a nivel mundial. Recientemente Huawei confirmó que debía desistir de conseguir ese logro, al menos a medio plazo. Ahora ha calculado las pérdidas que sufrirá si se mantiene el veto del software y componentes estadounidenses.
El CEO de Huawei confirmó en un evento que la empresa valoraba una caída en beneficios de unos 30 000 millones de dólares solo por el veto estadounidense. Esto incluye la caída en ventas de smartphones, también las pérdidas en el terreno del equipamiento 5G. Dada la caída en credibilidad, a Huawei le costará la remontada internacional: según declararon responsables de la empresa a Bloomberg, podrían perder la venta de hasta 60 millones de dispositivos fuera de China.
Tras crecer en ventas de smartphones un 19,5 % (2018 con respecto a 2017), el CEO de Huawei, Ren Zhengfei, anticipa un ejercicio prácticamente plano para este 2019 y el próximo 2020. Las claves de los próximos años serán ofrecer un servicio satisfactorio de actualizaciones de seguridad a los móviles actuales y conseguir un sistema propio que sea una verdadera alternativa al Android de Google. A pesar de que la empresa está lejos de sufrir un colapso está claro que su futuro inmediato no va a ser demasiado sencillo.