A última hora del día de ayer saltaba la noticia del año en relación a Android. No era un nuevo móvil ni una nueva versión del sistema operativo, sino la prohibición del gobierno estadounidense de que sus empresas hicieran negocios con Huawei sin su visto bueno. El efecto inmediato lo vimos al instante. Google confirmaba que retiraba a Huawei de su lista de socios con los que compartía sus Google Apps y todos los servicios de Google que se incluyen en Android sobre la base del código abierto. Qué implica para los móviles actuales La preocupación de los usuarios de móviles Huawei no ha dejado de crecer en las últimas horas. No se sabia si sus móviles dejarían de tener acceso a actualizaciones o al uso de las apps de Google. El perfil oficial de Android en Twitter ha confirmado que poco o nada cambiará para los usuarios actuales de móviles Huawei. Los usuarios actuales podrán seguir usando los servicios como la tienda de Google o la protección que supone Google Play Protect y que eso no entra en contradicción con poder cumplir los requerimientos legales que han entrado en vigor esta semana. Lo que no se menciona es la posibilidad de recibir actualizaciones futuras del sistema, como las de Android Q, la opción de entrar en los programas de beta o la de recibir los parches de seguridad mensuales. Qué implica para los móviles futuros El problema pues viene para los siguientes terminales de Huawei, los que se empiecen a vender en los próximos meses y para los cuales aún no haya un acuerdo cerrado con Google. Estos terminales carecerán de importantes opciones nada más salir de la caja: No tendrán la integración con las cuentas de Google ni los Play Services. No tendrán la tienda de aplicaciones Google Play Store. No tendrán preinstaladas aplicaciones como Gmail, Google Maps o Chrome. No recibirán los parches de seguridad mensuales. No tendrán nuevas versiones de Android hasta que se actualice el código AOSP. Lo que esto viene a significar es un contratiempo realmente importante para Huawei de cara a los usuarios. Los potenciales compradores verán con mejores ojos optar por un Samsung o un Sony, incluso por un fabricante chino diferente, aunque nada descarta que el gobierno americano incluya en la lista a otras marcas, como ya hizo con ZTE.