Google lleva años distribuyendo sus aplicaciones Android junto a los móviles que deseen equipar el sistema. No es obligatorio equipar las Google Apps ya que los fabricantes pueden optar por Android AOSP, la versión completamente libre, pero no hay duda de que Gmail, Maps, YouTube y demás tienen mucho tirón. Sobre todo por una de las aplicaciones que va incluida en el paquete: la Google Play Store.
La tienda de apps Android, la que es oficial y viene en la gran mayoría de dispositivos con este sistema, está ahí porque los fabricantes han decidido certificar sus teléfonos con la empresa de Alphabet. Esto implica que Google les brinda acceso a la Play Store a cambio de incluir el paquete de aplicaciones propias. Esto añade valor al usuario y, de paso, recaba una inmensa cantidad de datos para Google. Y justo por ahí está apurando la Unión Europea, por lo que Google ha decidido defenderse.
Los fabricantes que quieran la Play Store para sus móviles tendrán que pagarle a Google
Se acabó la certificación de Google gratuita, al menos en Europa. Según informa Europa Press, la empresa ha comunicado que pasará a cobrar a los fabricantes de dispositivos por incluir la tienda oficial de Android en ellos. Esto no debería suponer un impacto directo para el usuario, al menos a corto plazo. Aunque está por ver si los fabricantes no terminan repercutiendo el coste de la licencia en sus dispositivos (seguramente sea así).
A partir del 29 de octubre, fecha en la que entrará en vigor el cargo ejecutado por Google, todo fabricante que distribuya sus móviles, tablets… con Android y desee incluir la Play Store deberá pagar un nuevo acuerdo de licencia de pago. Esto dará acceso a la tienda oficial de Android; mientras, en añadidura, Google permitirá la instalación el resto de sus aplicaciones y servicios sin cargos añadidos.
Google separa las licencias de Google Search y Chrome del resto de apps y servicios, que tendrán una licencia previo pago. Según declaraciones de Hiroshi Lockheimer, vicepresidente senior de plataformas y ecosistemas de Google:
«Debido a que la preinstalación de la búsqueda de Google y Chrome juntamente con otras aplicaciones nos ayudó a garantizar el desarrollo y la libre distribución de Android, introduciremos un nuevo acuerdo de licencia de pago para los smartphones y tablets distribuidos en la Unión Europea».
Google busca recuperar las pérdidas provocadas por la última multa de la Unión Europea: el monto asciende a 4340 millones de euros. La obligación de instalar todo el paquete de aplicaciones solo por la Google Play fue visto como una práctica monopolística, de ahí que Google haya decidido separar sus servicios aplicando una licencia de pago. Dicha licencia irá dirigida a costear las pérdidas y también a servir como freno para sanciones siguientes. Lástima que, con casi total seguridad, el importe vaya a recaer finalmente sobre el usuario.