Quienes usamos Telegram fuera de Rusia no hemos observado problemas en nuestra conexión con la mensajería y nuestros contactos, pero no les ocurre lo mismo a los rusos: su Gobierno bloquea las IPs de la aplicación en un intento de que Telegram deje de utilizarse. El bloqueo es en vano ya que la mayoría utiliza VPNs para esquivar la irresponsabilidad del Kremlin, pero eso nos deja con uno de los episodios más polémicos en torno a la privacidad de las aplicaciones.
¿Cuánto vale nuestra privacidad? Seguramente no le hayas dado un valor concreto ya que piensas que no le importa a nadie lo que hagas a través de tu móvil mientras te conectas a Internet, pero lo cierto es que tiene un valor inmenso. Desde información para los impactos publicitarios a un hueco enorme por el que se escurre el control de los gobiernos.
Telegram bloqueado por no compartir sus claves de cifrado con Rusia
La privacidad está en boca de todos gracias a los escándalos de Cambridge Analytica y Facebook. La red social está en entredicho por aprovecharse de todas las acciones que realizan los usuarios habiendo permitido el acceso a ellas casi sin control. En la parte contraria está Telegram: la aplicación de mensajería anda creando polémica precisamente por no filtrar datos.
Durov no piensa sacrificar la privacidad de Telegram, así lo ha manifestado públicamente
Pavel Durov, fundador y cocreador de Telegram, hacía un alegato en la aplicación aclarando sus decisiones en torno a la privacidad de la app y la de sus usuarios. Pavel lamenta que quienes utilizan Telegram en Rusia se vean obligados a utilizar los VPNs y proxies para saltarse el bloqueo del Gobierno, pero no por ello piensa ceder a las presiones.
Los usuarios de Telegram en Rusia están accediendo a los mensajes usando VPNs y proxies
La historia se remonta a varios meses atrás con la batalla entre el Gobierno y Telegram por las claves de acceso al registro de mensajes. El tribunal dio la razón al Gobierno, por lo que la aplicación debía amoldarse a las exigencias para poder operar en el país. Pavel Durov se negó. El siguiente movimiento lleva desde ayer efectivo: Rusia está bloqueando un elevado número de IPs para impedir el uso de Telegram.
Como se puede apreciar en el gráfico superior elaborado por Meduza, la cantidad de IPs que ha ido bloqueando el Gobierno de Rusia se ha disparado. El bloqueo es total si se utiliza la aplicación a pelo. Con VPN y proxies resulta complicado saltarse las restricciones, pero no es imposible. De hecho, y como el mismo Durov declaraba en el comunicado, el número de usuarios rusos de Telegram apenas descendió durante las primeras horas del bloqueo. Señal de que los rusos saben cómo buscarse la vida ante un Gobierno empeñado en restringir sus libertades.
Las tiendas de aplicaciones no están colaborando con el veto ruso
Rusia no solo está bloqueando las comunicaciones de los usuarios con los servidores de Rusia, también ha pedido la colaboración de las empresas que ofrecen la descarga de la app. Dichas empresas son las dueñas de las tiendas de aplicaciones oficiales: Google Play Store y App Store. Ni Google ni Apple se han plegado a los requerimientos del Gobierno y siguen permitiendo el acceso libre a las descargas de la app.
No solo se han visto envueltas las grandes tiendas de aplicaciones, también la propia Apk Mirror. Como comenta Android Police, el repositorio de apps ha recibido un requerimiento desde la entidad de telecomunicaciones rusas para que elimine Telegram de la lista de aplicaciones descargables. Tras valorarlo, Apk Mirror se ha negado.
El objetivo del Gobierno es presionar al máximo a la aplicación, a quienes la gestionan y también a los servicios que le dan soporte, sea del tipo que sea. Todo por garantizarse el acceso a los mensajes privados ante posibles riesgos de seguridad que pueda sufrir el país, esta es la intención declarada.
¿Las aplicaciones de mensajería que operan en Rusia sí han cedido las claves al Kremlin?
Es la pregunta lógica que nos deja toda esta polémica de Telegram. Porque si el Gobierno de Rusia requiere las claves de las aplicaciones para acceder a los mensajes por motivos de seguridad, ¿significa que todas las apps que operan en el país pasaron por el aro y cedieron los accesos? La respuesta, más allá de que Rusia y Telegram estén enfrentados públicamente, debería de ser positiva.
La propia Facebook ya confesó, en boca de Mark Zuckerberg, que leía los mensajes privados de Messenger e Instagram. Esto le permitiría entregar información relacionada con cualquier hecho delictivo, aunque también con fines puramente políticos si accediese a tal requerimiento. Esto coloca a la privacidad de los usuarios en duda ante la decisión de una empresa sobre unos datos y mensajes que deberían ser privados. Aquí está el verdadero problema.
La privacidad va camino de ser un unicornio, un ente del que pocos habrán oído hablar conforme las empresas administren toda nuestra información. De ahí que el valiente movimiento de Pavel sea tan admirable: más allá de que se sea o no defensor de Telegram, que alguien se enfrente a Rusia por defender la privacidad de sus usuarios es digno de elogio. Tener a Putin tosiéndote en la nuca no debe ser agradable.