Los rumores del Samsung Galaxy S9 aún no han empezado a coger mucha relevancia pero a medida que vamos acabando el año parece que aceleran.
El terminal estrella de Samsung para el año que viene será la respuesta de la empresa asiática, entre otros, al iPhone X y los iPhone 8 y 8 Plus.
Esto es relevante dado que Eldar Murtazin ha comentado en su perfil de Twitter algo que no esperábamos del nuevo flagship de Samsung: habrá una sustancial diferencia entre el modelo normal y el Plus.
En una conversación relacionada con los nuevos Samsung Galaxy A 2018 el analista ruso ha respondido a un usuario que le indicaba lo extraño que resultaba la afirmación de que los Galaxy A 2018 tendrán cámaras dobles cuando en otro momento el propio analista había indicado que el Galaxy S9 no la tendría.
Cámara doble en el Samsung Galaxy S9 Plus, pero no en el normal
La respuesta ha sido corta y sencilla: en efecto, el Galaxy S9 no tendrá cámara doble, pero su variante de mayor tamaño, el Galaxy S9 Plus, sí que la tendrá.
Esta estrategia quizás os resulte conocida ya que es la que ha llevado a cabo Apple desde que ha empezado a usar el donde sensor. Lo vimos en el iPhone 7 y también en el iPhone 8. A la firma estadounidense le ha servido, y mucho, para vender más unidades de su móvil de mayor diagonal.
Ahora parece que Samsung llevará a cabo la misma estrategia en su nuevo modelo, quizás para establecer un mayor margen diferenciador de precio entre ambos smartphones. Este año el coste del mayor ha sido de 100 euros simplemente por la mayor pantalla y batería.
Ambos con el Snapdragon 845 en primicia
Donde sí veremos parecidos es en la elección del procesador ya que los dos contarán con el Snapdragon 845 en exclusiva, por así decirlo.
No es que Qualcomm y Samsung hayan firmado un acuerdo de exclusividad pero sí que parece que la empresa coreana se ha asegurado de que la primera hornada de estos chips acabe en sus Galaxy S9 y S9 Plus por lo que en la práctica serán los que lo tendrán en primicia.
Esto es algo muy parecido a lo que ya vimos en en Samsung Galaxy S8, que tuvo el privilegio de ser el primero en tener el Snapdragon 835, al menos en la variante que lo usó ya que en Europa por ejemplo arribó la versión con procesador Exynos, y que obligó a algunos rivales a usar un chip del año anterior.