La polémica está servida en el debate de la semana, sección en la que los protagonistas sois vosotros; debatiendo acerca de las novedades del mundo de la tecnología en general y Android en particular.
Hace unas semanas hablábamos sobre los efectos de la piratería en Android, uno de los males que más afecta a la calidad de las aplicaciones. Hoy hemos querido indagar sobre un problema que nos ocurre mucho con las aplicaciones de pago, y es que cada vez nos cuesta más encontrar buenas aplicaciones de pago que recomendar.
¿Merecen la pena las aplicaciones de pago?
Las aplicaciones de pago siempre han sido un tema espinoso. En estos debates se suelen mezclar diversas opiniones, y mientras algunos prefieren remunerar a los desarrolladores más creativos, otros consideran que al no ser tangibles, no deberían pagar por ello. En el centro de la balanza tenemos a una gran variedad de usuarios, los cuales solo están dispuestos a pagar cuando algo les encanta.
En los comienzos de Android, al ser un sistema más simple y limitado, eramos más exigentes con nuestro filtro. Una aplicación que costase 0,99 euros realmente tenía que convencernos, mientras que actualmente lo más frecuente es encontrarnos aplicaciones que ronden los 3 euros.
No creemos que el precio sea el principal motivo por el que cada vez compramos menos aplicaciones. El verdadero problema de las aplicaciones de pago es que en nuestros móviles ya tenemos de serie aplicaciones que cumplen casi todas nuestras exigencias de forma gratuita.
Cada vez nos cuesta más encontrar aplicaciones de pago
Son muchas las ocasiones en las que nos consultáis acerca de qué aplicaciones de pago merecen la pena, y lo cierto es que cada vez lo tenemos más difícil. Si descontamos juegos o packs de iconos, en la actualidad en mi móvil principal suelo tener únicamente dos aplicaciones de pago instaladas, las cuales son Nova Launcher Prime y la versión Pro de Chronus (el motivo fue personalizar el reloj en Android Wear). CamScanner también permanece en mi móvil.
Hace unos meses utilizaba Fénix como cliente de Twitter, y la versión de pago de Chrooma como teclado. La integración con el traductor de GBoard ha hecho que me olvide de Chrooma, y actualmente utilizo Twidere como cliente de Twitter (es gratuito, open source y me gusta más). También iba a comprar hace poco Pocket Casts, pero conocí Player.fm (que es gratuito y de excelente calidad) y al final pues he preferido no cambiar de aplicación.
Nos cuesta recomendar aplicaciones de pago porque el nivel de las gratuitas ha subido mucho.
Videojuegos, micropagos y suscripciones, los modelo más rentable
Una de las causas por las que cada vez nos cuesta más recomendar aplicaciones es porque el nivel de las aplicaciones gratuitas ha subido una barbaridad. Como ejemplo perfecto tenemos a Gmail (que desde que llegó la versión con Material Design es difícil encontrar alternativas), así como el dialer de Google, el calendario, Photos, o escáner de Google Drive (aunque un servidor sigue prefiriendo CamScanner).
Con un nivel tan elevado, al final las empresas han ido virando hacia sectores concretos, ofreciendo contenidos o servicios a cambio de una suscripción mensual. El coste es cierto que es más elevado (tenemos que pagar todos los meses) pero lo que obtenemos a cambio suele merecer la pena.
Por otro lado, el sector de los juegos parece ser el único en alza. Aquí es más normal pagar por un juego, aunque del mismo modo, los contenidos que más triunfan son los micropagos. Y es que cuando jugamos tantas horas gratis a juegos de calidad como Clash Royale, es fácil caer en el pique y pasar por caja.
¿Es el fin de las aplicaciones de pago?