Hay muchos mitos rondando el mundo de los smartphones, unos ciertos y otros falsos. Puede que a algunos les dé igual o a otros les importe más, pero es un tema que sigue colando desde hace años y no tiene pinta de que vaya a acabarse.
Eso ocurre con las ondas que producen nuestros móviles, las cuáles se cree popularmente que son nocivas. No son pocos que creen que estas ondas son malas para la salud, y que si estamos mucho tiempo expuestos a la influencia de estas podremos tener serios problemas sanitarios posiblemente irremediables. Hasta ahora, puesto que ha sido el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) con su último estudio que desmiente esta creencia intentando rebajar la tensión respecto a todo este asunto.
Las ondas de los móviles no son malas, según la CCARS
Según el informe que ha presentado este martes el comité incluye todas las pruebas en la materia de los campos electromagnéticos y sus efectos en nuestra salud. Como muchos sabréis, son estos campos los que nos ponen en contacto con estas ondas. Como apunte, se pretende rebajar la intranquilidad que produce esta cuestión en algunos sectores de la sociedad.
Desde siempre, estas ondas han sido objeto de polémica entre los usuarios
El estudio ha sido presentado por el Secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, José María Lassalle. Algunas redes que se tienen en cuenta en este informe son el 4G, la compatibilidad de los teléfonos con implantes de marcapasos, entre otros. Y tras revisar más de 350 trabajos anteriores respecto a esta materia, la conclusión es firme: no hay motivos para preocuparse.
No hay pruebas
Esta ha sido una de las sentencias más directas de Vargas. Ha descartado de manera tajante que no hay ninguna prueba de que exista un daño potencial en el organismo por parte de las distintas conectividades del teléfono ni de sus antenas o de otros electrodomésticos. Según el miembro de la CCARS, esto se debe a que «algunas fundaciones hayan transmitido el miedo a las redes inalámbricas y hayan hecho campañas para retirar móviles y ordenadores de las escuelas, cuando no hay ningún motivo para hacerlo».
La preocupación radica en la exposición que podamos tener nosotros a los campos electromagnéticos que puedan producir estos dispositivos. «Nosotros no somos proantenas ni anti-antenas. Este estudio ha recogido todas las sensibilidades, por lo que es independiente, objetivo y coherente», según Vargas.
¿Cuál es el origen de todo esto?
La Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyó en 2011 a las ondas electromagnéticas en el grupo 2B de la clasificación de elementos cancerígenos. En esta categoría entra todo aquello que es «posiblemente cancerígeno». esto resucitó el debate sobre las ondas de los móviles y nuestra exposición.
Según Vargas, «las campañas de información ayudarían a reducir la incertidumbre sobre las ondas», por lo que podríamos estar ante un caso de mera desinformación respecto al gran público y no hacer nada por evitar la propagación de este tipo de creencias, que de ser falsas no hacen más que generar bulos y desconcierto entre los usuarios. Esperemos que tengan razón.