La externalización de la producción de smartphones ha sido uno de los caballos de batalla de gobiernos europeos y americanos durante años. Algunas fuentes indican ahora que Apple estaría estudiando fabricar el iPhone en USA.
Según fuentes cercanas a la publicación Nikkei la empresa de Tim Cook habría dado orden hace cinco meses de estudiar la viabilidad de fabricar los iPhone en territorio estadounidense. En concreto Apple habría pedido a sus dos ensambladores, Pegatron y Foxconn, que estudiaran la idea.
Un coste desmesurado
El menor de los dos, Pegatron, habría declinado ni siquiera entrar en una valoración de costes dada la magnitud de los mismos.
Sin embargo Foxconn habría accedido a estudiar la viabilidad del proyecto y es que no puede permitirse perder al cliente que genera más de la mitad de sus horas de trabajo.
El coste de producción podría doblarse
Otra fuente ha indicado que hacer un iPhone en territorio americano implicaría duplicar el coste de fabricación de los mismos pero eso no es lo mismo que duplicar el coste final.
Fabricar un smartphone en China, en concreto un iPhone, cuesta unos 225 dólares. Duplicar el precio supondría una subida sustancial de precio si Apple quiere no ya mantener los márgenes, sino no reducirlos demasiado.
Una pequeña parte de la producción
Una opción podría ser trasladar una pequeña parte de la producción de sus teléfonos móviles a territorio estadounidense de forma que aunque los costes de producción subieran no lo hagan en cada una de las unidades.
Esto podría estar provocado por la determinación del presidente Donald Trump de lograr que las empresas estadounidenses aumenten su carga de trabajo en su país en vez de trasladarla toda a China, aunque ya la administración Obama hizo declaraciones en este sentido.
Problemas más allá de los costes
Sin embargo el propio Tim Cook ya hizo comentarios que indicaba que esto no era viable porque, más allá de los costes, no había suficientes trabajadores cualificados en Estados Unidos para poder levar a cabo la fabricación necesaria para Apple.
Además, el alejarse de empresas que fabrican las piezas de sus terminales como Taiwan Semiconductor Manufacturing, que crea los procesadores diseñados en Cupertino, las japonesas Japan Display y Sharp que hacen las pantallas o Toshiba, que crea las memorias de almacenamiento, sería un problema añadido.
La promesa de los aranceles
El problema tanto de Apple como de otras empresas estadounidenses que tienen en el país asiático su fuerza de producción es que el presidente electo afirmó en la campaña electoral que impondría unos aranceles a China del 45%, lo que de facto haría inviables muchos negocios actuales.
No parece probable que una medida de semejante calado pueda llevarse a cabo, sobre todo dado que China es el principal acreedor de la deuda de Estados Unidos ,pero no se puede asegurar nada.
La calidad del trabajo
La apuesta de recuperar puestos de trabajo de Donald Trump estaría detrás de este movimiento de Apple pero está por ver que el tipo de trabajo que se realiza en una fábrica de China pueda verse replicado en las factorías de Estados Unidos.
Más allá de los problemas con el incumplimiento de los derechos humanos de los que se les ha acusado a marcas como Foxconn el el país asiático el trabajo en la fábrica no es una mala opción si la alternativa es ir a los campos del norte del país.
En Estados Unidos la percepción social podría hacer inviable que se trabajara de forma similar. No obstante podría solventarse esto con un mayor sueldo o mediante la robótica. En ambos casos el coste de los móviles al final del ciclo sería mucho más elevado.
Hay precedentes de fabricación en USA
Tanto en Apple como en Google hemos visto intentos de crear aparatos electrónicos masivos en los Estados Unidos.
La empresa de Cupertino fabrica el Mac Pro, un dispositivo de coste muy elevado, en suelo patrio. Además, Google hizo lo propio con el Nexus Q, aunque no llegó a ser vendido de forma normal.
También Motorola ha hecho intentos de empezar a fabricar en Estados Unidos, pero la venta de la misma a Lenovo, una empresa china, no ayudó. Pasó de los 4000 trabajadores que llegó a tener, a 700, y el entonces presidente de la división de Motorola, Rick Osterloh, ya indicó que el coste fue lo que impidió que ese proyecto prosperara.
Muchos cambios necesarios
La globalización es una fuerza casi imparable pero si los diferentes gobiernos quieren reindustrializar sus países tienen opciones para ello, pero ni son acciones baratas, ni rápidas, por lo que quizás no tengan la paciencia y tenacidad necesarias.
- La primera necesidad es la educación, y es que incluso en países con España con una tasa de paro increíblemente alta hay puestos de trabajo muy cualificados para los que no hay trabajadores. Habría que formarlos.
- El incremento de los costes. Es obvio que en países como los europeos o en Estados Unidos el coste de la vida es mucho mayor que en la mayor parte de países asiáticos así que el salario ha de ser también mayor. La sociedad debe estar dispuesta a pagar más por apoyar la industria local.
- Estabilidad a largo plazo. Para una empresa, saber que un cambio de gobierno cada pocos años no dará al traste con su apuesta económica es clave por lo que debería haber un acuerdo a nivel estatal para apostar por un tipo de industria u otra. No es viable especializarse en todo.
- Mirar más allá de los beneficios. Las empresas que se muevan a países menos favorables económicamente debería ver más allá de sus libros de cuentas. La responsabilidad social de las corporaciones es algo a mejorar a nivel mundial.
Como podéis comprobar todos estos aspectos, además de genéricos, implican mucho tiempo y dinero y de no ser por órdagos como el del nuevo presidente estadounidense es posible que no se vean movimientos en ese sentido. Otra cuestión es si a los ciudadanos de esos países les compensará.