Fabricar un móvil es un proceso complejo, pero el MIT está desarrollando un sistema que podría simplificarlo y así reducir los costes. La idea suena bastante a ciencia ficción -y un poco al principio de la extinción humana-: teléfonos que se fabrican solos.
«Si analizas cómo se fabrican las cosas más allá de la escala humana, todo se fabrica a si mismo«, explica Skylar Tibbits, director del proyecto. «Las cadenas de ADN se fabrican a si mismas, igual que los planetas. Todo se fabrica a sí mismo, encajando. Menos a escala humana, donde forzamos todo para que encaje».
En 2011 organizó un laboratorio para experimentar con la impresión en 4D, un proceso que recurre a impresoras 3D para producir materiales que crecen y cambian por sí mismos. Ese proyecto evolucionó en el Self Assemby Lab, que experimenta con materiales que se pueden programar para que se construyan a sí mismos. Si alguna vez has deseado que tus muebles del IKEA se montasen solos, bueno, está un poco más cerca de ser realidad.
Teléfonos que se fabrican a sí mismos en una «lavadora»
Tibbits cree que las posibilidades de su proyecto son ilimitadas, y ahora está buscando una manera de aplicarlo a la electrónica de consumo. Y aunque el proyecto está todavía en sus primeras fases ya logrado que dos teléfonos móviles se monten a si mismos.
Estos constan de seis partes que juntas forman dos teléfonos distintos. Estas se introducen en tambor giratorio, una suerte de hormigonera. Según la velocidad a la que se les haga girar, estos pueden tardar menos de un minuto en montarse, aunque el reto está en encontrar la velocidad óptima a la que los componentes no se rompan.
Para que funcionen, las distintas partes tienen enganches que evitan que se produzcan las conexiones erróneas. Además, también cuenta con unos sistemas que hacen que los componentes se mantengan unidos una vez han conectado. En este caso, el equipo usa imanes de distinta polaridad.
Reducir costes de fabricación
De momento se trata de un proyecto pequeño y con poco presupuesto, pero podría suponer un gran cambio de cara al futuro de la producción en masa. La automatización ya es uno de los métodos que muchos fabricantes usan para reducir costes, pero este lo haría todavía más barato.
Antes, el equipo de Tibbits ya había estudiado cómo aplicar este concepto de productos que se fabrican a si mismos a la arquitectura, jugando con el equilibrio entre la tensión y la compresión, con rocas unidas por la fricción y materiales que cambian gracias a estímulos ambientales.
También imagina el juego que puede dar esta tecnología de cara al diseño de los terminales, por ejemplo «puedes coger varios módulos distintos de Project Ara, ponerlos en el tambor y dejar que distintos tipos de teléfono surjan. Esencialmente, es el Santo Grial que te da libertad total para diseñar», explica Tibbits.
Vía fastcodesign