Desde que se estudió la posibilidad de utilizar potasio para elaborar baterías en 1932, el elemento ha sido descartado como para tal propósito porque se pensaba que no podría mezclarse con el grafito y otros materiales que se usan en las baterías, pero los investigadores de la Universidad de Oregon creen que sí se podría, reduciendo considerablemente el coste de fabricación.
El estudio liderado por el químico Xiulei Ji ha sido publicado en el diario de la American Chemical Society. De ser correcto el estudio, se abriría un gran abanico de posibilidades. El potasio es 880 veces más abundante que el litio, principal elemento usado actualmente en las baterías, lo que supondría una considerable reducción en los costes de fabricación de baterías y con ello también una bajada en los precios de, por ejemplo, los smartphones.
Sin embargo, el camino por delante hasta que esto sea posible -si alguna vez lo es- va a ser largo y complicado. Los átomos del potasio son bastante más grandes que los del litio y más difíciles de integrar con el grafito, por lo que se debería buscar un nuevo material para sustituir el grafito.
La batería de potasio no superaría a la de litio
El responsable de la investigación considera probable que una hipotética batería de potasio nunca supere la densidad de energía de las de litio, pero sí cree que podrían proporcionar unos buenos resultados, un ciclo de vida largo a un menor coste que el actual y que podría adaptarse a los procesos de fabricación de materiales para ánodos actuales.
El potasio no va a ser la revolución en las baterías que nos permita usar nuestro smartphone a todas horas sin tener que correr a mitad de jornada en búsqueda de un enchufe, y quizá no lleguen a ofrecer el rendimiento de una batería de litio, pero la reducción de los costes puede merecer la pena, al menos en ciertos productos y gamas. Mientras tanto, seguiremos esperando a que alguien de con la piedra filosofal de la batería eterna.