Dracula vivía en un vetusto castillo, ya sabéis de esos oscuros, donde siempre es de noche y está todo el rato cayendo rayos alrededor con la luna llena de fondo. Pero lo cierto es que eso es por una única razón, y es que por aquella época el Whatsapp todavía no se había inventado. De haber sido así, no os quepa la duda de que el señor de la oscuridad viviría en uno de estos terroríficos grupos de Whatsapp.
– Grupos de tíos. Da igual que sean solteros, casados o divorciados. Solo te llenarán el móvil de porno. Asegurate de desactivar la descarga automática de fotos.
– Grupos de tías. La versión femenina de los grupos de tíos. Ni rastro de fotos subiditas de tono. En todo caso, algún chulazo de televisión saliendo del mar, con la camiseta empapada marcando tableta. Eso sí, no faltan los emoticonos de la flamenca bailando ni del martini. No faltan aunque sea lunes a las 07.30 de la mañana.
– Grupo familiar. Se crea en una comida de Navidad o en un bautizo. Entran todos: padres, hermanos, primos, tíos. Tiene constantes vitales bastante irregulares. Puede ser tu grupo más activo o permanecer dormido durante semanas. El administrador piensa en clausurarlo cuando uno de los veteranos, por error, envía un meme porno al grupo. Y mama, no insistas. No sacas buenas fotos con el móvil.
– Grupos de madres de colegio. Las charlas a las puertas del cole se han sustituido por estos grupos de Whatsapp. Hay directores de escuela que están francamente preocupados porque creen que las madres coordinadas puede ser más peligrosas que una turba con antorchas y azadas. El exceso de deberes o los profesores son los trending topics de estas conversaciones. Se sospecha que las madres incluso se cambian las respuestas de los ejercicios cuando le toca pringar con los deberes de los hijos.
– Grupos de trabajo. Si eres de los que te agobias con el trabajo huye de esta salita del cafe 2.0. Aquí solo hablarás de cómo ha ido el día, de la eminente alopecia de tu jefe, del ruidito del becario absorbiendo mocos o de los filtreos y demás rumores
– Grupo mutante. Es el que nunca encuentras. Y no lo haces porque alguno de los cincuenta integrantes del grupo cambia constantemente la foto o el nombre. Suele ocurrir cada seis o siete horas. Hay días, como la mañana esté ociosa, puede haber hasta diez cambios de icono.
– Grupos clonados. Se crean para organizar una fiesta sorpresa, organizar quién va a comprar un regalo… Aunque algunos huyen tras terminar el debate, en la mayoría de casos los participantes se quedan y pasada la fecha señalada, invitan incluso al sorprendido. Se podría reutilizar pero no, que si se expulsa a alguien del grupo puede olerse que están preparando jarana. Mejor hacer otro.
Más grupos de Whatsapp: odio, qué hago yo aquí y los grupos fantasmas
– Grupo de odio. Grupos creados con la única intención de criticar todo cuanto hace una persona -que evidentemente no está en el grupo- pero que al final acaba derivando en una bonita amistad entre los integrantes. ¿Quién dijo que el odio era malo?
– Grupo fantasma. Un grupo con multitud de comentarios hasta que invitas a un nuevo integrante y al momento te das cuenta de que es un error. Se acaba creando otro grupo con los mismos integrantes que antes y el original queda como un grupo fantasma en el que sólo habla el último invitado y los demás no se van por pura lástima.
– Grupo «qué hago yo aquí». Cuando te invitan a un grupo por alguna razón que el destino no puede descifrar, pero no pintas absolutamente nada. Recibes una mediana de 384 mensajes que te importan un rábano, pero lo de irte y que todos lo vean te parece como feo, así que te los comes.
– Grupos con ‘The Observer’. Permanece en silencio. No contesta. Nunca. Pero esta ahí. Lo sabes. Lo que no sabes es si realmente lee los mensajes o no. Algún día, acabas olvidándote de su presencia. Y obviamente, la cagas. Existe otro tipo de ‘The Observer’, que monitoriza el grupo durante 24 horas, los sietes días de la semana, esperando una interpelación directa para pronunciarse. Si nadie le menciona, no hablará.
– Grupo Teletulia. Un grupo en el que todo el mundo es un apasionado de un programa de televisión menos tú. Todo el mundo comenta en directo el león-come-gamba, o los últimos chismorreos de Dowton Abbey, y tú estás ahí, sin enterarte de que va la película. Luego hay una variedad peor, y es cuando tú también ves ese programa pero un día no lo puedes ver y acabas enterándote de esa muerte de Juego de Tronos por Whatsapp, así, a quemarropa.
‘Ya sabías a lo que venías. Si no hablas de fútbol, abre otro grupo’
– Grupo futbolero. Algunos integrantes acaban invitando a sus novias, a sabiendas de que solo se habla del deporte rey y no lo aguantan. Cada cierto tiempo -a veces en los descansos de los partidos- proponen otro plan. Error: la gente se les echa encima y se enfadan. Recuerda, si no vas a hablar de fútbol, abre otro grupo, por favor.
– Grupo parlamentario. Un grupo con dos grupos con ideas políticas muy muy distintas, por lo que al final el resultado es que en vez de decir cuando quedáis para hacer esas birras aquello se convierte en una especie de parlamento donde un grupo de Pablos Iglesias discute con uno de Eduardos Indas, al estilo parlamento de Taiwan: a sillazo limpio.
– El grupo que tiene todo loco a la NSA. Ocurre cuando los integrantes del grupo comparten un humor tan negro que jamás podrán ser concejales. Ellos se ríen mucho, pero el pobre becario de la NSA encargado de monitorizar el grupo nunca sabe si están haciendo chistes o están planeando un atentado terrorista. Al final estos pobres aspirantes a espía suelen acabar encerrados en Arkham en la celda de al lado del Joker por culpa de estos insensibles chateadores.
– Grupo cámara oculta. Nunca nadie habla, es un grupo-cementerio. Menos cuando estás en un momento en el que no puedes atender al teléfono: en ese momento se disparan a hablar y mandar memes y cosas aún menos apropiadas. Y tú en una reunión de trabajo o en un funeral, o intentando ligar con una tía. Y el móvil ahí, en tu bolsillo como si no hubiera mañana. Y tú acordándote del árbol genealógico de sus familias y preguntándote cómo lo hacen para hablar siempre en los momentos menos apropiados.
Estos grupos de Whatsapp han sido creados basándonos en las experiencias reales de Michael Mcloughlin Sáez (@michaelmcsaez) y Javier Elio (@javierelio). Ningún usuario de Whatsapp ha sido maltratado durante la redacción de este artículo. Bueno, los integrantes del Grupo del Odio se cebaron con «un tal Miguel», pero como nos aseguran que él no lo sabe, mantenemos lo anterior.
Y vosotros, ¿qué grupo de Whatsapp echáis en falta? ¿Cuál es al que más teméis?