Llegan las vacaciones a España y se acumulan las cosas que planear antes de irte de casa: preparar las maletas, regar las plantas, desconectar algunos dispositivos para que no consuman energía... La lista es larga, pero se multiplica en caso de que tengas gato, que en mi caso son dos y con cierta tendencia a enzarzarse por cualquier motivo, además de que uno de ellos sufre esporádicos ataques de epilepsia. Por suerte, ya existen los comederos y bebederos automáticos de Xiaomi, y hay incluso areneros que se limpian solos y se controlan desde el móvil, pero nunca está de más poder echarles un vistazo siempre que quieras para asegurarte de que todo está en orden y no han convertido tu casa en un gran aquelarre felino.
Lo mejor en estos casos es recurrir a algún vecino o familiar que se pase por casa con regularidad y a cámaras de seguridad de interior, que en los últimos años han avanzado considerablemente y están disponibles en tamaños mucho más compactos, tienen mejor resolución y funciones como la detección automática de movimiento. Las Ring de Amazon son una de las mejores opciones, pero en EL ESPAÑOL - El Androide Libre hemos querido probar una de sus alternativas baratas, la A1 2K de la marca china Imou, y comprobar hasta qué punto ofrece una buena relación calidad/precio.
Entre sus funciones más destacadas, la A1 2K ofrece una calidad de imagen bastante notable, con resolución máxima QHD de 2560 x 1440 píxeles, rotación de 360 grados controlada a través de una app, sensor infrarrojo para registrar la actividad también de noche y la posibilidad de usar una tarjeta SD para no depender de un servicio de pago en la nube. En Amazon se puede encontrar por 54,90 euros, pero en Leroy Merlin está en oferta por un precio de solo 25,99 euros.
Compacta y versátil
Las cámaras de interior, más pensadas para vigilar bebés o mascotas que posibles intrusiones de los amigos de lo ajeno, es fundamental que sean pequeñas y discretas. En este caso, la Imou A1 2K cumple a la perfección, con un diseño de una sola pieza y soporte integrado con unas medidas de 108,1 × 77,4 × 77,4 mm.
El conjunto de plástico blanco y negro pesa sólo 210 gramos y se puede colocar fácilmente en cualquier superficie o de forma invertida en el techo, gracias a la placa de montaje, los tornillos y los tacos necesarios para fijarla incluidos en la caja. Tras probar en varios sitios del salón para tener el mejor ángulo posible, no pasó desapercibida para mis gatos, con una pertinaz fijación por tirar al suelo cualquier elemento situado en las alturas.
Por eso, pero también por su forma, por su lente ojo de pez y la posibilidad de girar 355° en panorámico y entre -5 y 80° de inclinación, la mejor opción es sin duda instalarla en el techo. El problema, y este es uno de los puntos importantes a tener en cuenta, es que requiere de una conexión constante a la red eléctrica a través de un cargador de 5 V, lo que implica una instalación algo más compleja y limita los lugares donde puede situarse.
La entrada USB-A del cable de alimentación se encuentra en la parte trasera, junto a una conexión Ethernet, aunque también dispone de conexión inalámbrica a través de wifi. En la parte frontal, desplazando la lente hacia arriba, se descubre un botón de reset y la ranura para la tarjeta SD (no incluida), con capacidad para hasta 256 GB para revisar los vídeos de forma gratuita y evitar la 'obligación' de pagar el servicio en la nube que ofrece la propia Imou.
Fácil de configurar
Para iniciar todo el proceso hay que descargarse la app de Imou Life, disponible en Google Play y en la Apple Store. Siguiendo las indicaciones de la aplicación, basta con leer el QR situado en la zona inferior de la cámara e introducir la contraseña de la red wifi para empezar a recibir la señal del dispositivo y gestionar todas las opciones disponibles.
En la vista principal, la que ofrece vídeo en directo, se puede orientar la cámara gracias a un botón tipo joystick, aunque es mucho más recomendable recurrir a las flechas direccionales, ya que es muy sensible a cada pulsación y puede ser un poco desesperante conseguir el encuadre deseado. En cualquier caso, es una gran ventaja la posibilidad de mover la cámara a distancia desde la app, frente a otros modelos de que no ofrecen esa opción.
La función de seguimiento inteligente se encarga de mover automáticamente el objetivo de la cámara cuando detecta movimiento, pero en el caso de los gatos no siempre ha funcionado correctamente. En cuanto a las personas, a las que identifica con bastante precisión, no ha tenido ningún problema, y puedes programarlo para que te envíe una notificación en esos casos.
Desde la app también se puede gestionar la resolución (suele pedir rebajarla por 'mala conexión de red', aunque el wifi funcione perfectamente), acceder a la reproducción de clips grabados, ajustar la gestión del almacenamiento o el modo privacidad, que cierra el obturador de la cámara cuando estás en casa.
Dos funciones muy interesantes, sobre todo para los que queremos la cámara para vigilar a las mascotas, tienen que ver con la transmisión bidireccional de audio. La A1 2K cuenta con micrófonos para oír lo que está ocurriendo en la habitación, y también con un pequeño altavoz para poder hablar y llamar la atención o calmar a los gatos si están liándola.
En cuanto a las imágenes, se reciben y graban en color durante el día, mientras que por la noche o en momentos de baja luminosidad pasan al blanco y negro, ya que la cámara carece de LED integrados. En cualquier caso, la calidad es más que suficiente para un uso cotidiano, superior a la que ofrecen otros modelos más caros, y además dispone de un zoom digital x8 que se activa ampliando la pantalla de visualización.
En cuanto al almacenamiento, la opción más cómoda es contratar el servicio en la nube que ofrece Imou Protect. Pasados los 7 días de prueba, te ofrecen un plan mensual por 2,89 euros al mes (una sola cámara) y de 28,99 euros al año. En el plan se incluye historial de vídeo en la nube de hasta un mes, detección de IA mejorada y compartir el dispositivo con hasta 20 usuarios, entre otras ventajas. Sin embargo, la opción de la tarjeta SD de hasta 256 GB no es nada desdeñable, ya que en ese máximo de capacidad ofrece grabaciones de hasta 24 días en calidad FullHD.
¿Me la compro?
En el competitivo sector de los dispositivos de seguridad, la mayoría están centrados en proteger frente a intrusiones indeseadas. Sin embargo, hay usuarios como yo que sólo necesitamos poder controlar una o varias estancias de la casa cuando estamos fuera, principalmente para asegurarnos de que nuestras mascotas están bien. Hay una gran disparidad de precios y calidades, pero he comprobado que alternativas baratas como la Imou A1 2K pueden ser una buena solución.
Esta pequeña cámara de interiores ofrece una gran calidad de imagen las 24 horas del día, la posibilidad de elegir ángulo e inclinación de forma fácil e intuitiva y dispone de funciones interesantes como la detección de movimiento (aunque no es infalible) o la posibilidad de comunicación bidireccional gracias al micrófono y el altavoz integrados. Su principal desventaja es la necesidad de tenerla siempre enchufada a la red eléctrica, lo que limita los posibles sitios donde instalarla.
Tras probarla durante unos 15 días, esta cámara disponible en oferta en Leroy Merlín por sólo 25,99 euros cumple con casi todos los requisitos para ser una gran compra, sobre todo por su gran calidad/precio. La posibilidad de usar una tarjeta SD en lugar del servicio en la nube de la plataforma es uno de sus grandes puntos a favor, y ya estoy pensando en llenar la casa con ellas para organizar un Gran Hermano gatuno.