Análisis del Pixel 6a después de 9 meses de uso: el gama media más equilibrado
Ante la llegada del Pixel 7a hemos querido realizar un análisis del Pixel 6a después de estar usándolo durante 9 meses, a veces como móvil principal, y otras veces como móvil secundario.
27 abril, 2023 18:27Los móviles han subido mucho de precio, y eso es algo importante en un país como España, que tiene en el coste casi el principal motivo de elección de un terminal u otro. Google lo sabe, y por eso lanzó su serie A hace unos años, terminales que estaban pensados para esos usuarios que querían un buen móvil, pero no gastar demasiado dinero.
El año pasado se presentó el Pixel 6a, un terminal que analizamos en su momento y que nos gustó mucho, pero que se ha mantenido como una de las referencias incluso meses después de su presentación.
Esto no es casual, y es que el Pixel 6a ofrece unas prestaciones correctas pero, sobre todo, una cámara mucho mejor que la de sus rivales de categoría. Por eso hemos querido analizarlo tras 9 meses de uso.
A veces de principal, a veces en el cajón
Tengo que dejar claro que no he estado usando este móvil como principal durante 9 meses, como es lógico. Cada vez que pruebo un smartphone lo convierto en el único que uso, así que en esos momentos no he tenido el Pixel en mi mano.
Esto es así porque prefiero no llevar dos móviles encima, para obligarme a usar siempre el modelo que analizo.
Sin embargo, sí que me he encontrado usando el Pixel 6a como móvil principal cuando no usaba ninguno de análisis incluso aunque tengo móviles mejores a mi disposición.
Esa sensación que ha logrado el Pixel 6a es algo que no había visto nunca en un móvil de este precio.
Cumple en todo, brilla en lo importante
Este dispositivo no es tan avanzado como sus hermanos mayores, no tiene tanta RAM y su diseño no es tan premium. Aún así estamos ante un móvil bonito, con una pantalla más que correcta, una potencia que iguala a los de su categoría, cuando no la supera, y una interfaz limpia.
Donde brilla este terminal es en tres cosas concretas, posiblemente las que más valore la gente.
Para empezar, en las cámaras. El sistema de cámaras del Pixel 6a no es, ni de lejos, el mejor del mercado. Tampoco lo pretende. Usa sensores que llevan años con nosotros, pero gracias a la fotografía computacional de Google es capaz de producir mejores fotos que otros rivales incluso más caros.
Eso sí, es cierto que en el modo noche flaquea, y aquí tenemos modelos que hacen mejores fotos que él.
La batería también es mejor que la de otros Pixel, e incluso mejor que la de otros rivales, sobre todo teniendo en cuenta que Google no mata las apps en segundo plano para no consumir recursos y que aquí no tendremos problemas con las notificaciones.
Por último, tenemos que hablar de la interfaz. Google usa la interfaz más limpia del mercado, obviamente, aunque tenga algunas mejoras encima de Android Stock. esto hace que la experiencia de uso sea ligera y rápida, justo lo que valora la gente.
No hay aplicaciones preinstaladas, anuncios ni pantallas de carga con demasiadas opciones a elegir.
No todo es perfecto
Obviamente este terminal no es el mejor en todo. Para empezar, la pantalla se ha quedado algo desfasada para un móvil de este precio. Tiene el sensor de huellas en pantalla, pero no es muy rápido y solo tenemos 60 Hz de tasa de refresco. Y no tenemos desbloqueo facial.
Además, los bordes delanteros son bastante notorios, aunque eso no importará al comprador medio de este smartphone.
Sus 6 GB de RAM son suficientes, pero hay modelos que cuestan solo un poco más y tienen 8 o 12 GB.
Su batería no es mala, como hemos dicho, pero su carga rápida no está a la altura de las actuales, no tiene carga inalámbrica y viene sin cargador en la caja.
Un precio muy atractivo
Otro de los motivos por los que he decidido probar este terminal es por el precio. Hace ya muchos meses que se mueve en el rango de los 359 euros, 100 euros menos de lo que costaba en su lanzamiento.
Esto lo convierte en una opción a recomendar para un número enorme de personas, que saben que los móviles están más caros que hace unos años, pero que no quieren tener que gastarse 600 o 700 euros, por no hablar de los más de 1000 euros que cuestan ya casi todos los modelos de gama alta actuales.