Tabletófono: La experiencia de usar una tablet por teléfono

Tabletófono: La experiencia de usar una tablet por teléfono

Análisis

Tabletófono: La experiencia de usar una tablet por teléfono

15 septiembre, 2013 18:55

Si algo han dejado claro los últimos teléfonos de gama alta es que los fabricantes no tienen miedo a continuar haciendo las pantallas mayores. Dos en concreto han hecho apuestas más bien arriesgadas: el Xperia Z Ultra y los Galaxy Mega. Al lanzar el primero la misma Sony dijo que su compañero perfecto era un dispositivo Bluetooth, reflejando que no esperan que te pongas una tablet en la oreja. En el Android Libre quisimos llevarlo un poco más allá y, aprovechando que estábamos a media review de la Note 8.0, probar las cosas a lo bestia: usar una tablet de 8 pulgadas como teléfono, el sujeto escogido: Samsung Galaxy Note 8.0

La Note 8.0 es ideal para el experimento ya que Samsung añadió la posibilidad de llamar con la tablet, por lo que no se necesita configurar cuentas Voz por IP ni semejantes. Aunque no es el primer modelo con estas capacidades (hace ya un tiempo que salió la Asus FonePad) el tamaño de la Note permite aprovechar aún mejor los añadidos de Samsung como el Styulus y la Multiventanta.

Toma de contacto

No os voy a engañar, ocho pulgadas no son pocas. Por mucho que la tablet esté diseñada para poder llamar, y de hecho se oye más que bien, es muy difícil evitar sentirse ridículo con el aparato en la oreja. Incluso cuando estaba en un sitio aparcado y dentro del coche, preferí hablar por el altavoz a usarla de forma “usual”. Esto depende de las personas: ande yo caliente ríase la gente.

Por otra parte, ocho pulgadas no son tantísimas. Una bolsa sencilla es más que capaz de contener la tablet, cartera y todo lo necesario. No esperéis poder guardarla en el bolsillo pero si soléis llevar bolsa, no os traerá problema alguno. Así que con bolsa y SIM, me lancé al experimento.

El tamaño importa

Manejabilidad

Al decidir usar la tablet como teléfono, uno sabe que le van a mirar raro. La idea de llevar un aparato de 8 pulgadas allí donde vayas no es muy común, pero ese no es el problema. Hay un tema de comodidad y, por qué negarlo, sentido del ridículo al usarla para llamadas. Antes de salir de casa me aseguré de enlazar la tablet con un bluetooth, en mi caso fue un Jabra Clipper.

Batería

Por otro lado el tamaño gigante implica, por suerte, bastante más batería. Aprovechando que llevaba los auriculares decidí usarlos para escuchar música y me pase gran parte del día escuchando Spotify vía 3G. Las veces que he hecho esto con un smartphone, la batería desaparecía a una velocidad alarmante, pero en el caso de la Note 8 aguantó como una campeona. No solo eso, el mismo día la usé como navegador GPS y radio de coche (también música online vía 3G) con los altavoces a tope (el bluetooth del coche no funcionaba) y llegó tranquilamente con más de un tercio de batería a las 10 de la noche.

¿Siempre contigo?

Si bien no da problema alguno para escuchar música sentado, el teléfono falla en discreción si quieres llevártelo en alguna pausa: así como un teléfono, incluso uno de los mayores como el Note 2, se puede guardar en el bolsillo y cualquier pausa sirve para revisar correos o noticias, la Note 8.0 no es así. La tablet es demasiado grande para guardarla en un bolsillo por lo que solo queda  llevarla en la mano (de forma descarada) o llevar una bolsa siempre contigo, aunque sea solo para ir a merendar o una pausa para un cigarro. De la misma forma las típicas miradas rápidas al terminal para comprobar las notificaciones resultan descaradas con la tablet. Esto puede ser bueno dado que es seguro que reducirá la distracción que son los teléfonos cuando estamos haciendo otras cosas, pero es algo a lo que hay que acostumbrarse.

 La mensajería en una tablet

La tablet maneja sin problemas aplicaciones como Whatsapp, Line o Cubie. El problema es que estas apps están pensadas para teléfonos, por lo que no tienen versión tablet. Por suerte no se escala a lo bestia, tan solo dispone de más pantalla por lo que en lugar de 10-15 líneas caben 40-50.

Por otro lado tenemos el teclado. Si sois de los que creéis que la mejor forma de escribir en un smartphone es con el teclado apaisado, pero odiáis no poder ver la aplicación de mientras, os encantará saber que el teclado en vertical de la Note 8.0 es el tamaño del teclado apaisado de un smartphone: la disposición es ideal para escribir cómodamente con las dos manos y no se pierde nada de pantalla. El teclado apaisado es otra historia y no os lo recomiendo.

Disposición de la tablet

El formato de la tablet está pensada para ser usada en vertical, eso sí, olvidaos de usarla con una sola mano. Si el Note 2 se salvaba con su teclado “reducido”, aquí no hay salvación. Ya sea para navegar por la web o mirar noticias se necesita una mano para sujetarla y otra para moverse por la pantalla. Y escribir…, en vertical aún tienes esperanzas si es a dos manos, en horizontal, al menos con el teclado de serie, es sencillamente imposible hacerlo de forma cómoda.

Puntos fuertes de la Note 8.0

Aunque el experimento está pensado para poder extrapolarse, no tendría sentido informar las características específicas de la Note 8.0. Por un lado tenemos la multiventana, aunque tendría que ser más bien biventana. La mayoría estará de acuerdo en que se trata de algo útil para pantallas grandes. En la Note 8.0 funciona perfectamente, excepto por un detalle. Irónicamente las apps “bien hechas” tienen una versión para tablet, la cual se activa en este terminal, y no se desactiva con la multiventana. Esto significa que si la app está modificada para 8 pulgadas y la ponemos a 4 (pantalla partida), la configuración se mantiene para ocho pulgadas.

Balance

Se gana

Al pasar de teléfono a tablet está claro que ganamos pantalla. Pero no se trata solo de eso, siempre podríamos tener una tablet y un teléfono. Se trata de ganar todas las ventajas de la tablet sin manejar dos dispositivos. Tenemos una pantalla grande y una mayor batería. Aunque de base tenga 16 Gigas, la capacidad OTG y las tarjetas microSD permiten transformar esta tablet en nuestro dispositivo único. De hecho puede ser incluso un reproductor multimedia para la televisión (vía cable o wifi). Un único dispositivo, con el tamaño suficiente para cubrir todas las necesidades.

Se pierde

Como he dicho si uno suele llevar bolsa no le molestará cambiar teléfono por tablet, siempre que lleves una bolsa. No hay como que se te impida la movilidad de un teléfono para apreciarlo. Antes de que alguien lo proponga: tener un teléfono a parte de la tablet para esos momentos no es una opción válida. Las aplicaciones más usadas en teléfonos a menudo son las de mensajería que no solo no tienen versión para tablets, sino que no permiten su uso en más de un dispositivo (al menos con el mismo número y sistema operativo).

Por otro lado aumentar la pantalla significa reducir la densidad de píxeles y aumentar considerablemente el consumo de batería de ésta. Más allá de la nueva Nexus 7 las tablets «menores» no suelen brillar por sus altas resoluciones, por lo que si sois quisquillosos con el tema de la «definición» y los píxeles por pulgada tal vez no sea para vosotros. Por último, si bien la batería es mayor, si usas la pantalla el gasto de batería puede ser soberbio.

Conclusión

Las tablets pueden usarse como teléfonos sin muchos sacrificios. Pero al final no es un tema de la cantidad de sacrificios sino de lo que valoremos cada uno de éstos. Si quieres alta densidad de píxeles y tienes muchas ocasiones en que quieres llevar teléfono pero no bolsa, no te metas en fregados y sigue usando un teléfono (con o sin una tablet para complementar). Por otro lado si la mayoría de usos que le das a tu terminal es cuando estás quieto en un sitio y no sueles ir a sitios sin bolsa, casi seguro te vale la pena el cambio, es más me atrevería a decir que hacer el cambio es la mejor opción para los teléfonos «del trabajo» ya que suelen esta ligados a momentos en que se está en oficiona o se lleva una bolsa con material o papeles.

Al final como siempre nosotros tan solo podemos poner todos lo hechos sobre la mesa y preguntaros: ¿vosotros qué escogéis?