Vivimos en un mundo lleno de decisiones, y en cada una de ellas siempre hay personas a favor de una opción y partidarios de otras alternativas. En ocasiones las trifulcas pueden ser por motivos políticos, religiosos, o algunos más banales como puede ser la elección del sistema de nuestro móvil, entre otras características.
Uno de los motivos más polémicos en la actualidad se centra en la ranura microSD, gran aliado con el que llevamos años contando, y que últimamente se encuentra en el punto de polémica a causa de que los fabricantes comienzan a prescindir de ellas en sus terminales más importantes.
Incluso aquí mismo, entre las filas de El Androide Libre, cada redactor tiene sus propias preferencias sobre si es bueno o malo la existencia de estas tarjetas de almacenamiento, y hoy os expondré mis principales argumentos en defensa del almacenamiento extra y los móviles con tarjeta microSD.
No al Gigabyte a precio de oro
El primer motivo es el más obvio, pero no por ello el menos importante. Uno de los grandes problemas que nos encontramos al elegir un terminal es el almacenamiento interno, en el que los fabricantes optan por ofrecernos diversas capacidades, existiendo una diferencia de precio bastante elevada.
Estas diferencias suelen rondar entre los 50-100 euros para mejoras de 16GB a 32 y de 32 a 64GB. Si miramos en las tiendas online, podemos ver como los precios de las tarjetas microSD son muy inferiores. Como ejemplo perfecto tenemos las SanDisk Ultra, que por 23 euros el modelo de 64GB nos ofrece una de las tarjetas más rápidas y fiables del mercado.
La nube complementa, no sustituye
Otro argumento que he oído continuamente sobre el almacenamiento interno, es que con las ventajas de la nube no es necesario disponer de tanto almacenamiento en nuestros dispositivos, siendo completamente innecesaria la ranura microSD.
No vengo a decir que la nube sea una porquería, porque os estaría mintiendo como un bellaco, pero si a desmontar ese argumento. La nube es una gran herramienta para tener acceso a nuestros archivos en cualquier dispositivo, muy útil para tener acceso a nuestros documentos, libros y música en cualquier dispositivo con acceso a Internet.
Pero poder acceder a cualquier archivo sin tener que almacenarlo físicamente no significa que tengamos que acceder a ellos a través de Internet de forma obligada, siendo la nube una gran herramienta de sincronización, pero no de acceso recurrente.
En mi tablet por ejemplo, tengo acceso disponible sin conexión a todos mis libros y documentos de la universidad, porque recurro a ellos continuamente en lugares donde el internet brilla por su ausencia (estudiar al aire libre es una delicia). Por otro lado, aquellos muy aficionados a la música estarán conmigo en que no hay nada como tener toda tu música en una tarjeta microSD en lugar de ir pagando el triple al mes en líneas móviles porque necesitemos más datos para escuchar música en la nube.
La reducción de rendimiento y el espacio interno son argucias
Al eliminar el espacio de la tarjeta microSD, disponemos de mayor espacio para tener un diseño interno mucho más óptimo en el que incluir materiales premium y un menor grosor, además las tarjetas empeoran la experiencia de uso.
Esta cita no pertenece a ningún fabricante en concreto, sino un conglomerado de respuestas que dan los directivos de estas compañías tan grandes ante la gran pregunta. En mi opinión, todo excusas para imponer sus políticas de precios en las que obtener márgenes de beneficio astronómico.
Siendo yo una persona de perfil técnico, suelo estar en contra de estos argumentos. Es cierto que el proceso de diseño e ingeniería dentro de un smartphone requiera de un gran trabajo, pero también existen errores garrafales como cámaras que sobresalen. Adaptando diseños al grosor de la cámara podemos encontrarnos con modelos menos esbeltos, pero con espacio interno de sobra para tarjetas microSD, e incluso más batería.
Respecto al rendimiento del terminal es cierto. Con una tarjeta microSD en mal estado se generan cuellos de botella en accesos a memoria, lo cual reduce bastante el rendimento del terminal, pero me parece una verdad a medias.
Las tarjetas microSD han evolucionado una barbaridad en los últimos años, no solo en términos de velocidad y almacenamiento, sino que también han hecho sus deberes en cuanto a fiabilidad se refiere. Mientras que cada vez más modelos ofrecen garantía de por vida, también se encuentran blindadas a las famosas pérdidas de rendimiento, por lo menos durante el ciclo de vida de 2 o 3 teléfonos. Ya cuando funcione mal nos compramos otra con el pastizal que nos hemos ahorrado.
Libertad para poder elegir, por esto nos encanta Android
Por último, pero no por ello menos importante, vengo a hablaros de el principal motivo por el cual defiendo a las tarjetas microSD. Con el paso de los años he convivido con las tarjetas de almacenamiento, las he odiado, las he amado, incluso he pagado cantidades obscenas de dinero por cantidades que hoy en día son ridículas.
Lo que nunca me ha sucedido es el hecho de vivir obligado a no poder elegir. Me encanta Android y toda la libertad que trae, con todos sus pros y contras. La fragmentación que muchos medios achacan principal problema de Android, es la diversidad que me hace disfrutar de esta plataforma.
Con el desuso de las tarjetas microSD y el auge del USB OTG han ido surgiendo alternativas como Pendrives compatibles con los teléfonos, y a pesar de que hayan nacido como sustitutos de la tarjeta microSD no los miro con asco ni recelo, pues son una alternativa más.
Como usuario de Android, dispongo del privilegio de la libertad para elegir, y yo como usuario puedo elegir si quiero tarjeta microSD, pendrive, nube, todas las opciones o incluso ninguna. Puedo elegir las especificaciones de mi teléfono y mi almacenamiento, porque seré yo quien lo use para lo que yo quiera, y no habrá análisis definitivo que me diga en lo que debo gastar mi dinero, sino todo un océano de recomendaciones donde poder elegir.
Privar a la gama alta de tarjeta microSD es un error por este motivo, ya que si privásemos a toda la gama alta de ella, estaríamos condicionando a los usuarios que quieren grandes especificaciones y mucho almacenamiento, y la solución pues paga 200 euros más no la consideran razonable. Porque aunque vivamos en un mercado consumista, no somos zombies, sino usuarios, cada uno con su propia personalidad.