Con el avance de la tecnología cada vez más vemos que Android no lo es todo, pero sigue siendo el mayor centro donde todos nuestros gadgets se reúnen. Claro ejemplo son los wearables, que aunque muchos sí lleven Android, otros simplemente son complementos que dependen de un dispositivo que sí lo tenga. Uno de ellos es la Sony SmartBand, de la que hoy vamos a hablar a fondo tras haberla probado las últimas semanas.
Sony presentó la SmartBand durante el CES de Las Vegas de 2014, y la hizo más real en el MWC de Barcelona en febrero, cuando anunció su disponibilidad y precio. De hecho ya es posible comprar la Sony SmartBand en España.
Sony SmartBand es el conjunto de un pequeño dispositivo llamado Core y una pulsera de goma, cuya única finalidad es llevar puesto el Core, que como su traducción al español indica, es el núcleo encargado de llevar a cabo todas las funciones del gadget, por lo que hablaremos del Core como Sony SmartBand.
La SmartBand de Sony cuenta con un acelerador interno que se encarga de medir nuestros pasos y actividad, así como de monitorizar nuestro sueño. Estas son las funciones principales de la pulsera, y la clave no está exactamente en cómo lo hace, si no en cómo recopila y muestra la información, que es donde más diferencias vamos a encontrar cuando comparamos unas pulseras con otras. El dispositivo en si no es tan importante, ya que son fabricaciones casi estándar para todos, pero lo que se hace luego con la información recopilada sí es importante. En el caso de Sony esto se hace mediante la aplicación Lifelog, que es la encargada de sincronizarse con la Sony SmartBand y mostrar toda la información.
Además del acelerómetro, y ya que estamos metidos en la parte de hadrware, hay que destacar por su gran importancia la resistencia al agua de la SmartBand con una certificación IP58. Por si os lo preguntáis, esta pulsera de Sony no cuenta con pulsómetro ni otros sensores como termómetro.
Sony SmartBand, la pulsera
La pulsera en si tiene un diseño muy sencillo, y en la muñeca es cómoda y no llama demasiado la atención, para aquellos a los que os preocupa llevar puesto un dispositivo demasiado llamativo. De hecho, como la SmartBand se compone de Core y pulsera por separado, seguro que con el tiempo Sony hará disponibles diferentes formas de llevarla puesta. De hecho ya hay bandas de diferentes colores disponibles para poder darle un pequeño toque de personalización, pero tener el Core por separado hará que esto pueda ir mucho más allá.
El cierre de la banda es muy cómodo, basado en una especie de corchetes que entran en los orificios. Esto que parece algo muy evidente y sin importancia lo es más de lo que parece, y tener un buen sistema de cierre es importante. Lo bueno es que se cierra muy fácil y no hemos tenido ningún problema con caídas debido a un mal agarre de los corchetes.
El funcionamiento es muy sencillo. La interfaz de control es simplemente un botón lateral que nos permite controlar todo lo que necesitamos tocar de la pulsera. La primera vez que nos la ponemos tenemos que sincronizarla con nuestro smartphone, que si dispone de NFC nos facilitará mucho la tarea, ya que hará el pairing directamente y nos invitará a descargar dos aplicaciones, una que gestiona la conexión de la SmartBand con el móvil, y Lifelog, que es la encargada de gestionar la información que recopila la pulsera.
Una vez instaladas las aplicaciones y configurada la pulsera con el móvil, solo tenemos que ponérnosla y dejar que esta empiece a medir nuestra actividad. El botón nos permite acceder a las tres funciones principales de la pulsera:
- Una doble pulsación que creará un bookmark o punto de referencia que luego podemos editar. De este modo añadimos fácilmente momentos importantes.
- Podemos configurar un toque corto + pulsaciones para acceder a diferentes funciones del teléfono como controlar la música o tomar una fotografía a distancia. Simplemente pulsamos una vez el botón y después damos un toque, dos o los que queramos configurar para que se lleve a cabo la tarea que queramos, siempre y cuando sea compatible con la pulsera.
- El toque largo activa el modo noche, o el modo día si estamos actualmente en el noche. Este modo es el encargado de medir nuestro sueño y la calidad de este.
Y eso es todo lo que necesitamos para controlar la pulsera, ya que la gracia está en que mida nuestra actividad sin que nosotros tengamos que hacer nada.
Lifelog, el registro de tu actividad
Y como decíamos antes, lo más interesante no es recopilar la información de nuestra actividad, si no qué se hace con esta información, cómo se gestiona y cómo se muestra. En el caso de Sony con la SmartBand el encargado de esto es Lifelog, y es una de las aplicaciones que mejor lo hacen y más visualmente atractivas son.
En la pantalla principal encontramos centrada una animación de un personaje andando, parado o durmiendo, que podemos mover a lo largo del tiempo e irá cambiando su estado según lo que nosotros mismos hemos hecho. Debajo de este tenemos acceso a las diferentes medidas que ha recopilado la SmartBand: Calorías quemadas, pasos, tiempo que hemos dedicado a andar, correr, dormir, actividad social, fotografías hechas, música, contenido multimedia, juegos, lectura e Internet. Como veis, muy completo, y además podemos pulsar en cualquiera de estas para ver un gráfico detallado de cada una.
La idea de Lifelog, como su nombre indica, es crear un diario digital automático de nuestra vida. Es decir, recopilar datos de actividad desde una pulsera y traducirlos a algo más visual y atractivo que nos muestra de manera detallada todo lo que hemos hecho a lo largo del día.
Entrando más a fondo en el funcionamiento, aunque es bastante bueno, es algo que sin dudas tiene que mejorar. Claramente es un problema de software, así que con actualizaciones en el firmware de la pulsera y en Lifelog se solucionarán, pero es necesario que se haga rápido. Los problemas de los que hablamos ocurren principalmente con el registro de ciertas actividades, como por ejemplo montar en bici o patinar, que no quedan reflejadas. Es decir, la pulsera tiene que aprender mejor a diferenciar cuándo estamos haciendo algún tipo de ejercicio, ya que correr es el único que hace relativamente bien.
Y decimos relativamente porque no acaba de hacerlo perfecto, ya que tras salir a correr a veces no aparece reflejado en el tiempo de actividad. No es un problema enorme porque aún así todo sigue funcionando globalmente, pero urge que se solucione.
Conclusiones
Los wearables están cada vez más de moda, y con los techos tecnológicos que empiezan a alcanzar los smartphones es necesario empezar a innovar en otra dirección (ojo que esto no quiere decir que no quede nada por hacer en los smartphones, hay mucho).
Cada fabricante está apostando por una forma de hacerlo, y desde las pulseras de actividad sencillas como esta Sony SmartBand hasta las más complejas con pantalla curva a todo color y pulsómetro como la Samsung Gear Fit, todas ofrecen algo interesante.
Como decíamos, el caso de la SmartBand es el de una pulsera sencilla, que con un simple sensor es capaz de medir y obtener muchos valores de nuestra actividad, sin ir a extremos. ¿Ofrece demasiado poco o las otras se pasan? Esto depende de cada usuario, y un dato muy importante a tener en cuenta es el precio. ¿Necesitamos pulsómetro y pantalla? Pues tendremos que explorar otras opciones, pero con precios más caros. Para aquellos que quieran algo sencillo y muy bien llevado a cabo por Sony en la parte de software, esta es una gran opción sin lugar a dudas.
Otra cuestión diferente que dejamos para un análisis mucho más a fondo es si los wearables de este estilo es un camino necesario a recorrer y si realmente aportan algo diferenciador. Como usuario intensivo de tecnología os diré que era muy escéptico ante esto, pero cada vez me voy enganchando más a estos dispositivos.