El título de este artículo, además de una gratuita referencia a Lewis Carroll y a Alicia en el País de las Maravillas, es bastante certero. Vamos a poder ver lo que vemos a través de Glass, es decir, vamos a intentar entender su interfaz y cómo funciona. ¿Mediante apps? ¿mediante tarjetas tipo Google Now? Vamos a intentar situarnos en la perspectiva de Google para mirar a través de su óptico proyecto.
El otro día pudimos ver el que es el segundo gran vídeo de este producto, y creo que merece la pena que le echemos un segundo vistazo, para tener frescos algunos de los conceptos que ahora exploraremos.
Tal vez con lo que te has quedado del vídeo es que «abracadabra» ahora se dice «Ok, Glass…». El comando despertador de acciones de Glass es natural, internacional, sencillo y rápido. Pero no es la única manera de interactuar con Glass, también podremos definir que se «despierten» con un movimiento concreto de la cabeza, o incluso dándole un toque en el lateral, más o menos a la altura de la sien, donde tiene un sensor táctil, no en la parte de atrás, donde está la batería.
Decir «Ok Glass» no es más que abrir una puerta, ahora tendremos que elegir un pasillo. Para eso tendremos varios comandos a nuestra disposición, muy al estilo de Google Now, pues cada uno de ellos lanzará una tarjeta o una miniaplicación. Uno de ellos es Google, con el que podremos realizar una búsqueda, otro hacer una foto, grabar un vídeo, pedir indicaciones para llegar a algún sitio, mandar un mensaje, hacer una llamada (a través de Google Talk o a través de nuestro teléfono) o hacer un hangout. Ahora mismo no hay más, pero los habrá, que no os quepa duda.
Podemos accionarlos mediante comandos de voz o podemos ejecutarlos con el sensor táctil. Para lanzar el menú de opciones debemos deslizar de arriba a abajo un dedo, y para movernos entre las opciones, debemos hacer un barrido lateral, es decir de atrás a adelante o viceversa.Y por supuesto, tan sólo percutir para seleccionarlas. De esta manera podremos hacer todo lo que aparezca en el pequeño visor que tendremos en la esquina superior de nuestro ojo, que tiene una resolución de 640×360.
Llegamos al apartado de Preferencias. ¿Qué tiene Glass? Pues tiene Bluetooth (para emparejarlo con nuestro teléfono) y tiene WiFi. Y ya está (bueno, y GPS y acelerómetro, pero esos no se pueden «tocar»). Me parece tremendamente curioso que el lobby de las operadoras no haya presionado (aún) a Google para poder meterle una microSIM o una nanoSIM y así poder tener datos en donde quiera que estemos. Pero bueno, el tethering parece la solución (y nos quejábamos de batería…). Podremos cambiar de conexión, guardar y «olvidar» contraseñas. Podremos conectar y desconectar el Bluetooth y podremos ver la batería que nos queda.
Igualmente podremos ver la cantidad de memoria interna restante por ocupar (sobre todo por fotos y vídeos, claro está) y otras opciones que hacen que se nos parezca más a Android: versión del firmware y actualizaciones, licencias, opciones de desarrollo tales como tener conectado o no la depuración USB o poder hacer un restablecimiento a cuando salió de fábrica (alias «formatear»). Y es que al fin y al cabo lo que tienen estas gafas en sus entrañas no es otra cosa que Android, Ice Cream Sandwich para ser más exactos, con un procesador que parece ser un OMAP dual-core.
Eso sí, las gafas son agnósticas, le da igual que tengas un HTC One, un Samsung Galaxy Note II, un iPhone, una Blackberry Z10 o un Nokia 920. Mientras se pueda emparejar, le da igual el sistema operativo que utilices.
¿Pero un Android sin aplicaciones? En realidad sí que las tiene. Son pequeños bosquejos de HTML, que no tiene más que repetir contra un servidor sobre la base de la petición solicitada, pero apps al fin y al cabo, y como decía en forma de tarjetas. ¿Cómo podría hacer un tercero para tener una aplicación útil con Glass? Pues utilizando su API, y creando un camino para compartir, pero en vez de con Google+, con Twitter o con Facebook. No tardaremos mucho en ver eso, está claro. Y tranquilos, que incluso habrá una tienda de apps.
De hecho, podremos tener tarjetas para casi todo, ya veréis en cuanto alguien meta mano al asunto… Va a ser como AnyDash con DashClock. Máxima personalización de nuestras notificaciones push.
Está aún todo muy verde, está claro, pero habréis notado que han metido el turbo en el último mes. ¿Por qué? Pues porque estarán en las tiendas a final de año. Sí, sí, la versión comercial está prevista para Navidad. Así que ya sabéis, si os gusta, habrá que empezar a ahorrar, porque las Navidades de 2013 parece que van a ser de aúpa.
Via | SlashGear