A veces, echo de menos las campañas de marketing llamativas que antes eran tan comunes en el sector tecnológico; hoy en día, los anuncios de nuevos móviles van a lo ‘seguro’, mostrando las bondades del dispositivo de manera más o menos artística. En Japón, eso no basta, y Google planea algo diferente con el Pixel 7.
[El Pixel 7 Pro al descubierto con un unboxing completo del nuevo móvil]
En realidad, se trata de la vuelta de una de las campañas más originales que hemos visto: la producción de comida con sabores inspirados en el producto. Ya lo hizo con el Pixel 6, y este año, vuelve a la carga con cuatro nuevos sabores basados en el nuevo Pixel 7.
Patatas fritas del Pixel 7
Son cuatro sabores que, supuestamente, se basan en los colores en los que estará disponible los Pixel 7 y Pixel 7 Pro en Japón; para que puedas comértelas mientras ves el nuevo móvil que te has comprado, suponemos.
El color blanco del Pixel 7 y Pixel 7 Pro se ha asociado con el sabor “Snow Cheese”, que a juzgar por las imágenes parece algún tipo de queso Brie o Camembert. Por su parte, el color negro, también disponible en el Pixel 7 y el Pixel 7 Pro, se asocia con el sabor “Obsidian Pepper”, es decir, de pimienta.
El color verde oscuro (con la barra de cámara dorada), que será exclusivo del Pixel 7 Pro, se ha asociado con el sabor “Hazel Onion”, de cebolla, mientras que el color verde claro del Pixel 7 normal es sabor “Salty Lemon”, que parece ser eso, limón con sal.
Si te estás preguntándo qué tienen que ver las patatas fritas con el Google Pixel, se trata de un juego de palabras con "Chips", que en inglés se puede referir tanto a patatas fritas como a los chips de los móviles. Hace referencia al procesador Tensor de Google, estrenado con el Pixel 6 y que recibirá una segunda generación con el Pixel 7. Los sabores son la gran novedad respecto a la campaña del año pasado, en la que el único sabor disponible era salado para todos los colores.
Los japoneses no podrán comprar este producto en las tiendas; tendrán que apuntarse a una lotería que sorteará 2.000 cajas de estas patatas fritas, por lo que se tratará de una edición muy limitada, aunque imaginamos que no será de esas cosas que los especuladores compran para venderlas tres años después por diez veces su precio, al ser alimentos perecederos. Como mínimo, la caja sí puede ser un objeto de coleccionista interesante.
Este es el tipo de campaña de marketing simple y que probablemente no habrá costado mucho (no estoy diciendo que sean patatas fritas normales sacadas directamente de las bolsas), pero que puede ser muy efectiva en llamar la atención. Así que, Google, que sepas que en España también tenemos mucha tradición de patatas fritas.
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