Analizamos el Samsung Galaxy Note 8 tras una primera prueba con este gran smartphone. Sin duda de los mejores de 2017.
Llegó el día de la presentación del Samsung Galaxy Note 8 y de probar por fin el tan ansiado móvil. La expectación era enorme, como suele ocurrir con todos los modelos importantes del fabricante coreano. Y no decepciona, es impresionante en la mano. Con una sensación que avanzo ya desde el primer momento: si has probado el Samsung Galaxy S8 no encontrarás excesivas diferencias al sostener este Note 8. También es similar en materiales y diseño; hasta que se hacen fotos con la doble cámara o se retira el S Pen, como es lógico.
No se hace demasiado grande a pesar de que tiene 6,3 pulgadas de pantalla. Incluye doble cámara, es el primer móvil de Samsung que se suma a la tendencia; y lo hace con nota. Además, el S Pen aporta todo lo que la gama Note demanda desde su inicio: un control absoluto del móvil utilizando el stylus con herramientas de dibujo y edición que convierten al Samsung Galaxy Note 8 en la mejor libreta de notas, traductor de texto o superficie de dibujo. Más allá de aquí es un Samsung Galaxy S8. O casi.
Samsung Galaxy Note 8 en vídeo
Características del Samsung Galaxy Note 8
Potente, con una pantalla soberbia y con lo mejor de Samsung, tanto en hardware como en software. Este sería un resumen acertado de lo que propone el Note 8 en su hoja de características, pero veamos más en profundidad qué es lo que aporta este «phablet» al catálogo de smartphones top de este 2017.
- Pantalla de 6.3 pulgadas Super AMOLED QHD a una resolución de 1440 x 2960.
- Dimensiones de 162.5 x 74.6 y un grosor de 8.5mm.
- Procesador: una variante con Exynos 8895 y otra con el Qualcomm Snapdragon 835.
- Memoria RAM: 6GB
- Memoria interna: 64, 128 o 256GB ampliables con tarjetas micro-SD.
- Batería de 3300 mAh.
- Cámaras traseras: dos sensores de 12MP. El primario contaría con una apertura f/1.7 y gran angular y autofocus de doble píxel. El sensor secundario contaría con una apertura f/2.4 y zoom óptico X2. Las dos lentes tendrían estabilizador óptico de imagen.
- Cámara delantera: 8MP con apertura f/1.7 y autofocus.
- Detalles: USB tipo C, bolígrafo S Pen y resistencia a agua y al polvo IP68, además de carga inalámbrica.
- Colores: Deep Sea Blue (azul) y Orchid Grey (gris).
- Coste: 1 000 euros en Europa.
Un Samsung Galaxy S8 con algo más de ancho
No molesta en la mano a pesar de que las dimensiones son generosas
El Note 8 se escapa al ratio de aspecto 18,5:1 que estrenaron los Samsung Galaxy S8 ampliando un poco el ancho de la pantalla para que así resulte más cómodo escribir y dibujar sobre ella. El resultado no molesta en la mano a pesar de que las dimensiones del móvil son generosas: al aligerar los marcos con los bordes curvados se consigue un notable agarre. Es muy cómodo en todo momento.
A simple vista resulta complicado diferenciar un S8+ de un Samsung Galaxy Note 8, al menos mientras no se mire al móvil por detrás (cámara doble con sensor de huellas en idéntica e incómoda posición) o por debajo (el S Pen queda en la parte derecha del USB de tipo C). Mismos materiales y unos tonos de color que siguen la tendencia “S8”: negro que agarra todas las huellas y un dorado algo brillante. Habrá más colores, como un azul intenso que impresiona a la vista, pero vendrán más adelante (además de a otros mercados ajenos al español).
La limpieza del Samsung Galaxy Note 8 se aprecia en cada curva. Sigue ofreciendo los botones de navegación virtuales con Home que incluye respuesta por vibración (ninguna otra zona de la pantalla ofrece respuesta táctil según cómo se apriete). Y el S Pen incluido puede detectar hasta 4096 niveles distintos de presión, perfecto para dibujar.
No hay peros en cuestión de exteriores: el Samsung Galaxy Note 8 saca la mejor nota
La zona posterior del teléfono queda presidida por la doble cámara, flash LED, sensores corporales y por el lector de huellas. Dicho lector funciona sin problemas a la hora de desbloquear la pantalla, pero sigue quedando en un sitio algo difícil de acceder con el tacto. Todo el área de cámara sobresale ligeramente del cuerpo del teléfono, también el sensor de huellas. Diría que es algo más sencillo de encontrar con el tacto que en los Samsung Galaxy S8.
El Note 8 sigue la línea “sin marcos” iniciada por sus hermanos en marzo adaptando la pantalla y el propio cuerpo del teléfono al stylus del que hace gala la familia pionera en los «phablets». No hay peros en cuestión de exteriores: el Samsung Galaxy Note 8 saca la mejor nota. Como único inconveniente diría que es demasiado similar al S8. Aunque esto no tiene por qué ser un problema, dependerá de los gustos.
Salto en RAM para no entorpecer a las aplicaciones Note
El móvil se muestra veloz en todo momento, incluso cuando se estruja
Los Samsung Galaxy Note hacen gala de una altísima cantidad de aplicaciones, muchas más que sus hermanos Galaxy S; de ahí que el salto a los 6 GB de RAM sea muy buena noticia. No es que con los 4 GB haya problemas en los S8, pero siempre otorgará más futuro una mayor cantidad de memoria. Sin que haya exageradas diferencias a nivel de prestaciones: Exynos 8895 de 10 nm que consigue hacer veloz al Note 8 en todo momento. No me he encontrado con un solo lag o ralentización, por más que este aspecto deba contrastarse en una review más larga.
El móvil se muestra veloz en todo momento, incluso cuando se estruja su capacidad de procesamiento. Dos aplicaciones a pantalla partida, sacar el lápiz para desplegar las opciones Note, arrancar un juego… La sensación es la de estar ante un móvil de altísimas prestaciones, algo obligado por el precio que alcanzará el smartphone con stylus.
Bixby sigue presente en este modelo con su botón dedicado, pero aún no está disponible Bixby Voice en español. Partirá con 64 GB de almacenamiento, hasta 256 GB extra si se hace uso de la SD card y tendrá 3300 mAh de batería. 200 mAh menos que el Samsung Galaxy S8+, punto donde se ve claramente en desventaja. No pude probar a fondo la batería ya que solo tuve un primer acceso al móvil, pero se me antoja que la autonomía no estará al nivel de lo que demanda un smartphone como el Galaxy Note 8. Esto también habrá que comprobarlo en una review a fondo.
En cuestión de pantalla Samsung apuesta de nuevo por un panel propio Super AMOLED con resolución Quad HD. 6,3 pulgadas de pantalla, excelente nitidez, colores vivos y con detección de presión para el área del botón de Home. Frontal muy bien aprovechado y los bordes «Edge» que se han establecido casi como estándar en la gama alta de Samsung. La sensación que arroja la pantalla está al máximo nivel, sin duda es uno de los factores clave. Sobre todo en combinación con el S Pen y sus aplicaciones extra, como la opción Always On haciendo uso de la pantalla apagada que también permite anotaciones directas. Casi infinitas, Samsung ha aumentado las páginas disponibles.
Conexiones a tutiplén con LTE Cat 16, Bluetooth 5.0, NFC, USB de tipo C, sonido avalado por AKG y con auriculares de la marca incluidos en la caja que se pueden conectar al puerto de 3,5 mm. El móvil pertenece a la gama más alta, por lo que viene equipado en consecuencia. Y siguiendo la línea de los S8 de este año, claro.
El Samsung Galaxy Note 8 es compatible con el accesorio DeX, el que permite transformar el móvil en un ordenador de escritorio adaptando la interfaz al monitor. Funciona con el mismo DeX del Galaxy S8, por lo que no hay que comprar uno si ya lo tenías. Con la ventaja de que Samsung regalará el accesorio a quienes hagan la reserva del Note 8.
Estuve probando el Note 8 con el DeX y la experiencia fue tan positiva como la que arroja el Galaxy S8 en idénticas condiciones. No hay grandes novedades, solo un nuevo modo beta para forzar las aplicaciones a ejecutarse a mayor tamaño en multitarea y nuevas herramientas de productividad en apps propias de Samsung, como las de correo.
S Pen mejorado, pero tampoco mucho
El stylus del Samsung Galaxy Note 8 es lo mejor del mercado
El stylus es lo que diferencia a la gama Note del resto de modelos, por lo que no podía faltar a la cita. Este queda perfectamente escondido en el cuerpo del móvil bastando con pulsar en la zona para que el lápiz saque la cabeza. No hay sorpresas al utilizarlo: no se hace pequeño en el agarre y ofrece un tacto espléndido al contacto con la pantalla. 4096 niveles de presión que consiguen un comportamiento similar al de un lápiz o un pincel, por poner dos ejemplos.
No hay grandes novedades con respecto a anteriores versiones de las apps compatibles con S Pen, quienes vengan de otros modelos se sentirán como en casa al deslizar el lápiz y encontrarse con la interfaz en forma de círculo de aplicaciones. Según Samsung el usuario del Note es de los más fieles en smartphones precisamente por el S Pen. Yo tengo mis dudas con respecto al uso ya que creo que tiende a ser ocasional, pero lo cierto es que, de utilizarlo, el stylus del Samsung Galaxy Note 8 es lo mejor del mercado.
Además de dibujar y de permitir el uso del teléfono utilizando el lápiz táctil, el S Pen permite traducir cualquier texto en pantalla con solo subrayarlo y marcar en la opción pertinente. Una novedad es que ahora incluye el envío de notas a mano alzada y animadas a través de la mensajería instantánea.
Es la gran diferencia con respecto al resto del catálogo de la marca, también el aspecto más discutible a la hora de recomendar un Note ya que el resto de los móviles ha hecho suyo el gran tamaño de pantalla. Mi experiencia ha sido muy positiva, pero tampoco sabría si recomendarlo solo por el S Pen. Sí por la combinación con otro de los aspectos clave, la cámara.
Un claro salto evolutivo en la fotografía
La combinación de ambas cámaras aspira a ser la referencia en el modo retrato o bokeh
El Samsung Galaxy Note 8 lo tiene muy difícil para mejorar la calidad en instantáneas y vídeos de sus hermanos los Galaxy S8, pero yo creo que lo consigue. Al menos según las pruebas que pude hacer con los modelos a los que tuve acceso, habrá que ver cómo se comporta el móvil cuando pueda sacarlo de excursión.
Doble cámara, esta es la seña de identidad en términos de hardware fotográfico. Dos sensores de 12 megapíxeles a color con notables diferencias para abarcar las situaciones más habituales que uno se encuentra móvil en mano. Una de las cámaras traseras es Dual Pixel con apertura f/1.7 y gran angular; la otra de las cámaras ofrece zoom de 2 aumentos y apertura f/2.4. La combinación de ambas aspira a ser la referencia en el modo retrato o bokeh, una función muy bien conseguida por Samsung. Y hay otro detalle importante: ambas cámaras tienen estabilización mecánica (OIS), lo que asegura vídeos estables tanto en gran angular como en telefoto.
El Samsung Galaxy Note 8 ofrece distintos modos de fotografía, entre los que se incluyen el modo pro con ajustes manuales y el citado modo retrato o, como lo llama Samsung, Enfoque Dinámico. Su funcionamiento es similar al que llevamos viendo desde el Nokia Refocus en los Lumia con Windows Phone: una vez elegido tomaremos una foto que podremos variar en términos de enfoque a posteriori. Lo mejor es que los ajustes se previsualizan también antes de disparar. Y otro punto destacable: al pulsar sobre el Enfoque dinámico se activa la cámara telefoto, por lo que se hace zoom sobre el plano (a menudo hay que echarse unos pasos para atrás para volver a encuadrar a la persona u objeto).
No pude importar muestras de cámara, pero sí probar su funcionamiento bajo las condiciones de la zona habilitada. El disparo es rapidísimo, igual que el guardado de las fotos. La interfaz es sencilla, también la del nuevo Enfoque dinámico. Este modo retrato capta el desenfoque del fondo con los perfiles de los objetos bien recortados de dicho fondo. Según mi experiencia el Samsung Galaxy Note 8 está muy por encima del mismo modo presente en Android, como los Huawei o Xiaomi. También a la altura del retrato de los iPhone, incluso mejor; siempre a falta de compararlos directamente y en condiciones más naturales.
El salto evolutivo se nota con respecto a los S8, mucho más de lo visto entre los modelos de este año y los Samsung Galaxy S7. La combinación de las dos cámaras aporta el modo retrato, algo que apreciarán quienes acostumbren a hacer fotos de personas y objetos y deseen obtener el tan deseado efecto bokeh. Diría que el Note 8 más vale la pena si tienes el S7 o S7 Edge, las mejoras son más notorias con respecto a los S8. Siempre manteniendo la gran capacidad de obtener fotos luminosas incluso cuando escasea la luz.
Primeras valoraciones: un móvil a la altura de la leyenda que seguramente se salga de precio
Es un teléfono enorme, en todos los sentidos
Es muy complicado no enamorarse del Samsung Galaxy Note 8. Entra por los ojos, maravilla al tacto, sorprende por su gran potencia, entretiene con todos los detalles extra que aporta el S Pen, ofrece herramientas propias de productividad gracias a ese mismo elemento y dispone de una experiencia fotográfica al más alto nivel, seguramente entre los primeros puestos de este año. Todo esto es previsible, también la etiqueta del precio. ¿Vale la pena pagarlo?
En mi opinión el Samsung Galaxy Note 8 podría ser mi móvil de referencia, y eso que mantengo cierto desinterés con la familia de los stylus después de mi experiencia con el Galaxy Note 4. Estuve casi una hora con el Note 8 que se me hizo tremendamente corta. Y todo lo que probé destacó con nota, algo acorde con su nombre. Pero…
Con la batería tengo mis dudas, también con el provecho que se le puede sacar al S Pen. Las dimensiones son contenidas con respecto a las pulgadas de la pantalla, pero no deja de ser un móvil grande que no gustará a quienes prefieran smartphones contenidos. El nivel de software integrado es excesivo. Y de la situación del sensor de huellas volverán a correr ríos de tinta, con razón: a pesar de que el diseño ya estaría establecido antes de la presentación del Galaxy S8 el fabricante debería haber tomado nota de la principal queja del modelo anterior.
Resulta inevitable encontrarle inconvenientes al móvil, por más que sea un «top de tops». Todo teniendo en cuenta que este es un análisis previo, seguro que cuando pueda analizarlo a fondo le encontraré más pegas (y ventajas, claro). Pero no hay duda: es un teléfono enorme, en todos los sentidos.