No es ninguna novedad que los fabricantes chinos hay que tenerlos muy en cuenta en la lucha por liderar el mercado de telefonía móvil. Ya son muchas las marcas surgidas y capaces de luchar frente a frente con las compañías tradicionales, aunque no todas son conocidas por el público general, sólo unas pocas han introducido su nombre en la calle, debido en parte a que su internacionalización ha sido más rápida.
Ese es el caso de ZTE, el fabricante chino que ya lleva varios años en el panorama internacional, pero que nunca ha conseguido despuntar tanto como los crecientes Xiaomi y compañía. A finales del pasado año presentaron el ZTE Grand S Flex, apostando ante todo por la conectividad 4G que tanto ha crecido desde entonces gracias al despliegue sin pausas de las operadoras. Hemos tenido una unidad durante las últimas semanas y aquí os dejamos nuestro análisis.
Review del ZTE Grand S Flex
La pantalla del ZTE Grand S Flex es de 5 pulgadas, un tamaño bastante estándar actualmente a la que se le suman unos cuantos milímetros por cada lado, haciendo de el un teléfono más grande y robusto que otros con las mismas pulgadas. Dicha pantalla es un panel IPS con resolución HD (720×1280) que, pese a no ser FHD se ve francamente bien.
En su interior encontramos un procesador Qualcomm MSM8930, también denominado Snapdragon 400. No es lo más potente del fabricante, pero tampoco es su objetivo en este terminal de gama media. Le acompaña una GPU Adreno 305 y 1GB de RAM. Especificaciones bastante equilibradas que le permiten rendir bien.
Especificaciones del ZTE Grand S Flex
- Pantalla IPS 5.0 pulgadas HD 720×1280 píxeles
- Procesador Qualcomm MSM8930 Snapdragon 400
- GPU Adreno 305
- 1GB de RAM
- Memoria interna 16GB
- Cámara trasera 8MP + Flash LED / Frontal 1MP
- Batería 2300 mAh
- Compatible con 4G LTE Bandas 800/900/1800/2600
- Android 4.1.2 Jelly Bean
- Wi-Fi, 3G, Bluetooth 4.0
- 143 x 70 x 8.9 mm y 130 gramos
El almacenamiento interno es de 16GB, memoria fija y no ampliable, ya que carece de ranura para tarjetas microSD. Mientras, en el apartado fotográfico encontramos una cámara trasera de 8MP, la cual destaca mucho en la parte trasera, y la frontal es de sólo 1MP, algo que ya ha quedado atrás hoy en día, donde vemos fabricante que añaden 5 u 8MP en la delantera.
En la batería del Grand S Flex encontramos una unidad no extraíble con capacidad de 2300mAh, que proporciona una autonomía estándar, aunque depende mucho del uso, claro. Como gran punto en contra tenemos la versión de Android que corre este terminal de ZTE. Se trata de Android 4.1.2 Jelly Bean, una versión ya muy antigua y que todavía en pleno 2014 sigue sin actualizarse, si es que lo van a hacer.
En gerneral, un smartphone con componentes bastante equilibrados, con los que ZTE busca construir un smartphone de gama media, prácticamente sin puntos muy débiles, sólido y además con conectividad 4G LTE para disfrutar al máximo de nuestra conexión de datos.
Diseño y construcción
Hace unos años, cuando hablábamos de teléfonos chinos, sólo se nos venían a la cabeza cacharros fabricados en plásticos de dudosa calidad y cuyo rendimiento era, por decirlo de alguna manera, bastante justito. Por suerte los fabricantes asiáticos han continuado trabajando para poner sus modelos al nivel de otras marcas de talla mundial. Sólo hay que ver el gran trabajo realizado por Oppo o Xiaomi, por nombrar algunas.
ZTE ha querido plasmar esa misma idea en su Grand S Flex, dotándolo de una gran construcción, con un cuerpo unibody de policarbonato blanco que se une a la parte frontal completamente de cristal y que lo hacen un bloque muy sólido en la mano. Su acabado no llega a ser mate del todo, pero da un gran tacto.
Si hacemos un repaso exterior, en la parte trasera, bastante simple, tenemos como principal protagonista a la cámara de 8MP. Tanto ella, como el flash están incrustadas en un rectángulo negro con acabado fibra que corona toda la parte superior, mientras que en la parte inferior está el altavoz. Una vez más, debido a esta colocación, su sonido se ve afectado al ser apoyado en determinadas superficies (a pesar de tener un pequeño punto de apoyo).
Ya en el frontal, sólo nos encontramos con la placa de cristal, bajo la que se esconde la pantalla de 5 pulgadas, la cámara frontal y los sensores de proximidad y luminosidad. Bajo el panel, tenemos los botones capacitivos, en concreto los de Atrás, Home y Menú, por tanto, para acceder a la multitarea habrá que mantener pulsado el de menú, y si se hace con el de Home, se entra a Google Now.
El cristal de la pantalla no se une con el resto del cuerpo de forma tradicional, sino que está elevado unos milímetros sobre él. Así, hay un pequeño escalón que, personalmente, es bantante molesto a la hora de agarrar el teléfono, dando la sensación de que se me puede resbalar en cualquier momento.
En cuanto a los laterales y bordes, no es el smartphone más delgado del mercado, tiene un grosor de 8.9 mm y se transporta sin problemas pese a estar un pelín pasado de tamaño. En el lateral derecho tenemos el botón de encendido y la ranura para la tarjeta microSIM. Mientras, el de volumen se reserva para el lateral izquierdo, que también alberga la entrada microUSB, y en el superior está la entrada jack y un micrófono (que se suma al otro del borde inferior).
Pantalla
Como he dicho anteriormente, la pantalla del ZTE Grand S Flex es un panel IPS de 5 pulgadas con resolución HD. Obviamente no se encuentra al nivel de la gama alta, donde parece que se ha establecido las 5» y el FullHD como estándar, pero el S Flex tampoco busca competir con ellos.
Lo cierto es que la pantalla se ve bastante bien en cualquier condición, la resolución es más que suficiente y por supuesto no se aprecian píxeles. Los ángulos de visión también son correctos y en el exterior, con luz directa, no es una maravilla, pero puede leer con el brillo al máximo.
En definitiva, ZTE ha montado una muy buena pantalla en este teléfono, con la que se pueden disfrutar al máximo todo tipo de contenidos multimedia, con buenos colores y contraste,
Cámara
ZTE deja bien claro el sensor de 8MP que incluye su teléfono en la parte trasera. Lo cierto, es que la calidad de las fotografías resultantes del Grand S Flex es bastante buena. Todas tienen un gran nivel de detalle para el terminal que es, con buena iluminación se comporta francamente bien.
Los colores se muestran naturales y no hay sobresaturación, eso sí, con baja luz (y sin flash) el ruido aparece y unido a la lenta velocidad de enfoque y al pequeño retardo que sufre la cámara al pulsar el botón, pueden salir imágenes movidas y borrosas.
La App de cámara podría tener una mejor interfaz, aunque cumple con su cometido. En ella tenemos acceso rápido a las últimas fotos realizadas y a los diferentes ajustes. Se pueden seleccionar varios modos de escena y ajustes de exposición, brillo, contraste, saturación y nitidez. Los modos de disparo se reducen al normal, panorámico y con temporizador.
Al igual que otros dispositivos, cuenta con efectos de imagen que se aplican en tiempo real, de modo que podemos ver cómo quedará la fotografía con variopintos acabados. En el modo de grabación de vídeo, la cámara es capaz de grabar a 1080p y seleccionar intervalos de tiempo. A continuación os dejamos una galería con fotos tomadas desde el ZTE Grand S Flex, puedes verlas a resolución completa en este enlace:
Experiencia de uso y software
Aunque el ZTE Grand S Flex funciona bajo Android 4.1.2, la interfaz no es completamente stock, sino que tiene parte de personalización del fabricante chino y no es demasiado bonita. Los iconos son, en general bastante feos y la pantalla de bloqueo se hace un poco lenta de desbloquear en caso de tener prisa.
Aun así, ZTE permite colocar accesos directos a aplicaciones en ella. El resultado de la personalización es que no está nada optimizada, se nota mucho lag y tirones en cada transición, ya sea para entrar al cajón de aplicaciones o para pasar de un escritorio a otro. Tiene solución, claro, simplemente instalando un launcher alternativo como Apex o Nova, pero esto no debería ser necesario ni el usuario medio debería saber que existen.
En el día a día el S Flex se comporta correctamente, prácticamente todas las tareas pueden realizarse sin problemas con él. El cambio entre Apps es un poco lento al carecer de botón multitarea y por el retardo que existe al mantener pulsado el de Home. Con uso intensivo de aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, revisión de feeds RSS y navegación web, este smartphone da la talla pese a no ser lo último del mercado.
El audio del altavoz no es ninguna maravilla y está condicionado por su posición, pero bueno, está en la media de lo que podemos encontrar. Por su parte la salida Jack y los amantes de la música podrán disfrutarla más gracias a la tecnología Dolby Digital Plus y a los auriculares que incluye el pack.
Si echamos un ojo a las aplicaciones nativas que ZTE incluye tenemos Apps propias de Calculadora, Calendario, FullShare para compartir archivos, el gestor de tareas para cerrar procesos, la suite ofimática Kingsoft Office o la curiosa utilidad Mi-Pop. Al activarla, veremos aparecer una burbuja flotante con el icono de atrás, que emulará los botones capacitivos y al desplegarla también tendremos acceso al Menú, la Multitaréa o el Home, pudiéndose cambiar de lugar para que no moleste a la vista de otras aplicaciones.
El rendimiento en juegos es correcto, aquellos que no requieren demasiada potencia funcionan sin problema alguno y si recurrimos a títulos más exigentes como Asphalt 8 o similares, la experiencia es buena. Eso sí, en ese tipo de juegos el Grand S Flex no es capaz de mover los gráficos y efectos a máxima calidad, por lo que habrá que reducirla un poco.
Rendimiento y benchmarks
Hace unos días salía a la luz que Cyanogen activaba en sus ROM’s un modo de alto rendimiento, de modo que conseguía mayores puntuaciones en los test de rendimiento. Esto no es algo nuevo, otros fabricantes como Samsung o HTC también fueron «pillados» en el pasado y los propios desarrolladores de Antutu, uno de estos test, reconocían que había mucho más tramposos.
Algunos de vosotros nos decíais en los comentarios que por qué se seguían publicando estos benchmarks en las reviews si en realidad no sirven de mucho. Bueno, aunque lo sabemos, simplemente lo hacemos porque otros muchos de vosotros los pedís y aunque parezca increíble, hay que gente que se guía por ellos a la hora de elegir un terminal u otro.
En fin, a continuación os dejo los resultados que ha conseguido este ZTE Grand S Flex. En el caso de Antutu vemos que se sitúa, en puntuación, por debajo del Nexus 4, aunque cerca, e igualando al One X. Por supuesto, la puntuación no significa que este ZTE tenga el mismo rendimiento que el anterior teléfono de Google, ni la experiencia de uso.
Batería y Autonomía
Como he comentado al comienzo, la batería el Grand S Flex tiene una capacidad de 2300mAh. A priori no es extraordinaria y además no se puede sustituir, ya que el smartphone no se desmonta por la parte trasera. Su autonomía está en la media, podemos aguantar sin problemas un día completo con un uso habitual y normal.
Como podéis ver en las capturas, usando el teléfono con normalidad, algunas llamadas, redes sociales, mensajería, navegación web, email y consultar algunos feeds, aguanta un día, rondando las 2.5 o 3 horas de pantalla. Eso sí, siempre hay algún proceso corriendo en segundo plano que no deja entrar en DeepSleep, pero tampoco merma demasiado la autonomía total.
Conclusiones
El ZTE Grand S Flex es un teléfono muy equilibrado, además, da sensación de calidad gracias a los materiales utilizados y la solidez de su construcción en una pieza. Claro, no deja de ser policarbonato, pero al menos es agradable al tacto, pese a que a mí, personalmente, se me haga un poco resbaladizo con esos bordes de cristal.
En el apartado del rendimiento cumple, el lag de la personalización de ZTE se nota, pero si optamos por un launcher, el teléfono rinde muy bien. No tiene los últimos componentes del mercado, obvio, ya que salió hace ya unos meses y desde entonces ha llovido bastante, pero se agradece el Snapdragon 400 cuando lo habitual es encontrar SoC’s Mediatek en este tipo de terminales, así como la compatibilidad con redes de alta velocidad 4G LTE. Eso sí, sigue siendo imperdonable que todavía cuente con Android 4.1.2 Jelly Bean.
La cámara es correcta en situaciones con buena iluminación, un poco lenta, pero la calidad es buena. ¿Su precio? Se puede encontrar en estos momentos por 199€ totalmente libre. Una cantidad por la que hay mucho donde elegir, comenzando por el ya clásico Motorola Moto G (clásico en el sentido de «típica recomendación que no falla») o por ejemplo, los últimos bq Aquaris, en concreto el E5 con el mismo tamaño de pantalla.