Dead Ahead adereza el género «endless run» con los mejores toques del género zombie: carreras, armas y supervivencia. Y zombies, por supuesto.
Uno de los géneros en los videojuegos más prolíficos ha sido el de los zombies. Nos encantan esos seres malévolos cuya única ambición es comerse nuestro jugoso cerebro aunque ya estén muertos. Por ello, aunque el concepto es muy limitado, siempre se intenta buscar esa traza de originalidad para diferenciarse del resto. Y el juego del que hoy os hablaremos cumple con ello: esto es Dead Ahead.
Imaginaos por un segundo en un apocalipsis zombie y sólo tenéis dos compañeros: una moto y un arma. ¿Qué haríais? Por supuesto, no meterse entre la multitud a lo Rambo. Lo más sensato es lo que nos ofrece Dead Ahead en este título: huir mientras acabamos con el mayor número de zombies de una tacada. Eso sí, avisamos que el juego es bastante sangriento. Por lo que tenedlo en cuenta antes de descargarlo.
Dead Ahead: una moto, una carretera y zombies muy monos
Sí, lo admitimos, la premisa de Dead Ahead no es precisamente enrevesada. De hecho, podría pasar por ser bastante parecida a la de otros títulos como Zombie Highway, teniendo un éxito bastante menor. Pero la clave de Dead Ahead no está en lo que ofrece, sino en cómo lo ofrece. Y eso atañe a todos los apartados técnicos del juego en sí.
Manejamos a un chico que huye por las calles de su destrozada ciudad en una moto y armado con una pistola. Tendremos que sobrevivir recorriendo la mayor cantidad de distancia posible. Lo que se dice un «endless run» de toda la vida.
Podremos comprar y mejorar diferentes motos al igual que las armas gracias al dinero ganado con la distancia e ir aumentando nuestra capacidad a lo largo del recorrido del juego. Por lo tanto, no es que tenga demasiada dificultad.
Con dos botones dispararemos a los zombies y aceleraremos, respectivamente. Subiendo y bajando el dedo por la parte derecha de la pantalla manejaremos a nuestra moto para ir esquivando los obstáculos que se vaya encontrando nuestro héroe.
Ni que decir tiene que si aceleramos recorreremos más distancia, pero tendremos más posibilidades de pegárnosola y morir. Por lo que tendremos que esquivar, matar y atropellar. Simple ¿no?
Una estética retro muy agradable
Lo que realmente vale la pena de Dead Ahead es su estilo único. Mezcla lo mejor del mundo retro de los años 90 y una estética de dibujos animados muy trabajada, dándole un aspecto muy diferencial al juego. Todos los elementos están hechos con un mimo especial, que te otorga una atmósfera caracterizante y que te transporta al mundo de Dead Ahead sólo con iniciar el juego. O eso, o yo soy muy apasionado.
Todo el estilo de Dead Ahead consigue que no sea otro juego más de zombies
Además, a medida que vayas avanzando en el juego, podrás personalizar y mejorar diferentes aspectos más grandes del juego. Puedes personalizar tu equipamiento de carretera (tu moto, el casco…) como quieras, además de mejorar tus armas para que hagan más daño. Desbloqueas ubicaciones en las que para conseguir avanzar deberás cumplir una serie de requisitos y misiones que van volviéndose más difíciles con el paso del rato.
Cuidado con los zombies y con el Freemium
Aunque no todo iba a ser de rosa. Si bien el juego está muy bien hecho, no deja de ser un juego de carácter «freemium». Esto significa que tendremos compras en la app y publicidad, y a diferencia de la gran mayoría de títulos de esta clase, aquí el progreso es mucho más lento, casi forzando a que pases por caja. Es frustrante hacerte una carrera brutal y que tras acabarla, no obtengas ni para mejorar siquiera una arma como te gustaría.
Por lo tanto, es un juego al que hay que echarle horas y paciencia, pudiendo resultar bastante repetitivo en ocasiones. Pero tras una desaparición en Google Play, ha vuelto con más fuerza que nunca.
Podrás descargarlo gratis, aunque ya te avisamos que los pagos son más notorios y hay bastante publicidad. Pero Dead Ahead no deja de ser un juego bastante trabajado que merece una oportunidad en tu Android. Asi que agarra tu Scooter, tu Magnum del 45 y conquista la carretera.