Ya nos sabemos al pie de la letra que, cuando una idea tiene éxito, nos tenemos que preparar para que todos los clones lleguen a Google Play a intentar pillar a los incautos que no conocen el juego original e intentan beber de su éxito. Ha pasado con Angry Birds, lo hemos visto potenciado hasta niveles absurdos con Flappy Bird, y 2048 también se ha visto afectado por ello. El último fenómeno ha resultado ser 100 Balls, y con entrar a Google Play podemos observar como la historia vuelve a repetirse.
El juego original tiene una mecánica de lo mas sencilla: tenemos unos cuantos cristales dando vueltas a un recipiente que suelta 100 bolitas como si se tratara de un embudo. Las bolitas que entren en los cristales vuelven a nuestro embudo, mientras que las que no entren se pierden, y cuando nos quedemos sin bolitas el juego se acabará.
Es un concepto sencillo y fácil de hacer, pero que engancha y mucho. Y si no que se lo digan al creador de Flappy Bird. Sólo esta disponible para iOS, lo cual ha propiciado la situación que vemos hoy.
El caso es que con hacer una simple búsqueda en Google Play podemos ver que el fenómeno de los clones se ha vuelto a cebar con su presa aprovechando que no se encuentra en Google Play por el momento: filas y filas de aplicaciones similares que llegan a tener hasta el mismo icono para tratar de engañar a los usuarios que buscan el original.
A veces cambia el comportamiento o la forma de hacerlo, pero en esencia sigue siendo exactamente lo mismo. Mientras los clones nos entretengan estan bien, ¿pero son correctos a la hora de valorar el esfuerzo y la idea del desarrollador que ideó la idea desde un principio? ¿Que la aplicación no se encuentre en Android da carta blanca a todos estos clones?