Los smartphones pueden ser uno de los mejores aliados a bordo del coche, aunque hay que tener en cuenta que, En España, solo se pueden utilizar de una forma mientras se conduce. Ahora, un estudio de la Universidad de Stanford indica que también pueden ser un buen método para detectar una tasa de alcoholemia incompatible con la conducción.
El proceso está basado en un modelo de inteligencia artificial que analiza los patrones de voz, y ha conseguido un 98% de precisión en la detección de embriaguez por parte de los participantes. A estos se les suministró una cantidad de alcohol calculada en función de su peso.
Sin duda, habla muy bien de las posibilidades de los móviles a la hora de velar por la salud de los usuarios, aunque es cierto que hay otros factores que pueden entrar en juego con este método de detección y que hacen que sea necesaria más investigación.
Con una alta precisión
Investigadores en la universidad de Stanford han tratado de demostrar que gracias a un modelo de inteligencia artificial es posible detectar la embriaguez de un usuario con solo oír su voz. Para ello se le suministró una dosis de alcohol acorde con su peso y se les asignaron algunos trabalenguas, tuvieron que recitar antes de haber bebido y cada hora durante 7 horas después de haberlo hecho.
Al leerlos, utilizan un software para aislar la voz, dividirla por segmentos y analizar algunos datos como la frecuencia y el tono empleados. Tras esto, se compararon los resultados con los test de alcohol en el aliento que se le realizaron simultáneamente, y el resultado es que los cambios en los patrones de voz fueron capaces de predecir la intoxicación por alcohol a medida que fue avanzando el experimento, con una precisión del 98%.
En este proceso se emplea el aprendizaje automático para conocer esos pequeños cambios en el habla, que es lo que delata, según este método, a las personas que se han intoxicado con alcohol. De hecho, su alto grado de precisión pilló por sorpresa a Brian Suffoletto, uno de los profesores asociados que participaron en la investigación.
El objetivo de estas pruebas es conseguir un método que pueda intervenir a tiempo de prevenir lesiones o fallecimientos provocados por accidente cuando alguna de las personas implicadas ha bebido, y el hecho de que prácticamente todo el mundo tenga el móvil a mano cuando sale, hace que sea la mejor herramienta a la que recurrir.
El gran reto
Sin embargo, podría no bastar con estos análisis de voz para determinar si el consumo de alcohol es incompatible con la conducción, puesto que hay varios matices en estos resultados, como su pequeña escala. Este estudio se ha realizado en 18 adultos, una muestra relativamente baja. El propio Doctor Suffoletto ha declarado a EurekAlert que es necesario realizar estudios más grandes y con personas con una mayor variedad para confirmar la validez de los patrones de voz a la hora de detectar la embriaguez.
También abre las puertas al uso de diferentes variables combinadas para obtener resultados más precisos. En este caso, podría usarse también de información sobre la forma de caminar del usuario, o incluso su comportamiento a la hora de enviar mensajes de texto. Al fin y al cabo, para utilizar la voz como indicador, es necesario que los usuarios proporcionen entradas de datos cada cierto tiempo, y en momentos de embriaguez, quizá es mejor un método que consiga los datos de forma pasiva. Por ello, una combinación de variables puede ser un método más efectivo.
Hay múltiples estudios en los que se ha empleado el móvil como herramienta para detectar una alta tasa de alcohol, y con diferentes métodos. Uno de ellos, por ejemplo, lo hacía empleando el acelerómetro, y haciendo que los usuarios caminaran y dieran vueltas a cada hora para comprobar la precisión de sus movimientos. Este contó con una precisión del 92,5%, pero también tiene el problema de que requiere una introducción constante de datos por parte del usuario que, algo que, en un ámbito ocioso y festivo, puede ser más complicado que suceda.
Es cierto que existen algunas aplicaciones para calcular la tasa de alcohol de cada persona. Sin embargo, se trata de una estimación que no tiene por qué coincidir con la cifra real de alcohol en sangre, y no es una fuente fiable para decidir si se va a conducir o no. Es por eso que, por el momento, habrá que esperar a que este tipo de estudios se realicen masivamente y se acaben traduciendo en un software fiable que haga que se pueda recurrir a él en momentos de duda.
La DGT ya obliga a los conductores de vehículos de transporte de viajeros a llevar un alcoholímetro en el coche conectado al sistema de arranque, para hacer que, si superan el límite permitido, el coche no pueda encenderse. En cualquier caso, un alcoholímetro convencional puede costar poco más de 20 euros, por lo que una buena solución para estar seguro de si se puede conducir es llevarlo siempre en el vehículo y hacerse una prueba antes de arrancar.