Los ciberataques y los intentos de estafa o robo de datos por internet están a la orden del día en países desarrollados como España. De hecho, casi la mitad de los consumidores más jóvenes admite haber sido objetivo de un fraude online, según datos del estudio 'Consumer Pulse' de TransUnion. Es importante saber protegerse frente a estas amenazas que pueden llegar a hacer mucho daño, y no solo a nivel económico pues puede afectar a presencia del usuario desde en redes sociales a plataformas de estudio o trabajo o notificaciones de las administraciones públicas.
Más allá de los consejos para evitar que los hackers puedan tomar las cuentas, es interesante conocer el potencial de las VPN (red privada virtual, por sus siglas en inglés) a la hora de protegerse navegando online. Estas redes privadas virtuales, son una tecnología cada vez más extendidas por el gran público para mejorar la seguridada de la navegación por la red y no compartir información de los usuarios.
Su funcionamiento es totalmente invisible, por lo que una vez configurada, no hay que hacer absolutamente nada. Existen muchas opciones en el mercado, quizá uno de los más asequibles es el de Google, que incluso ofrece un servicio de VPN para los suscriptores de Google One.
¿Qué es una VPN?
La principal finalidad de una VPN es ayudar a que los usuarios estén más protegidos en internet, aunque también cuenta con otras posibles funciones, como la de hacer creer a un servicio que te estás conectando desde otro país. Básicamente, se trata de una red privada y remota que actúa como intermediaria entre el usuario y la red. Se asemeja a una especie de túnel por el que viajan los datos para que nadie pueda acceder a ellos en su tránsito.
De esta forma, esta red cifra la información para que ni siquiera el proveedor de servicios de internet pueda acceder a ellos. Así también se protegen frente a posibles vulnerabilidades de las operadoras. La dirección IP también se oculta para usar la que tenga la VPN, dificultando el rastreo.
Hay que tener en cuenta que se comparten una gran cantidad de datos viajando cada vez que se hacen compras online, suscripciones a nuevos servicios o incluso la declaración de la renta. Hay ocasiones en las que los ciberdelincuentes son capaces de interceptarlos en el tránsito desde el dispositivo al proveedor de servicios y del proveedor de servicios a internet.
Estas redes protegidas son un servicio totalmente legal en la mayoría de países —incluyendo España—, a excepción de algunos regímenes como Irak, Bielorrusia, Turkmenistán o Corea del Norte donde está prohibido, mientras que en otros países como China, Rusia, Egipto, Turquía, Omán o Emiratos Árabes Unidos está permitido con ciertas restricciones.
¿Por qué utilizar una VPN?
Existen algunas opciones gratuitas, lo cual puede ser una buena opción para probar, aunque no es lo más segura. De hecho, algunas VPN gratuitas han sido acusadas de vender los datos de los usuarios y de no cifrarlos correctamente, por lo que puede ser una buena opción apostar por un proveedor de confianza y una opción de pago desde el inicio.
Además de poder navegar de forma segura en casa, una de las grandes ventajas de estas redes es que protegen la navegación en redes abiertas. Por lo general, no es nada recomendable comprar o incluso conectarse desde la red WiFi del aeropuerto o del autobús debido a su nula protección. Sin embargo, con una VPN, esta conexión sí es totalmente segura.
Existen diferentes tipos de modalidades de servicio en función de si lo va a utilizar una empresa o un particular. Las redes de punto a punto, por ejemplo, son capaces de conectar varios hogares u oficinas a una red independiente compartida, como si se compartiera el mismo espacio físico. Por otra parte, las VPN de punto de acceso permiten que el usuario, a través de un software especial, pueda conectarse a la red de una oficina, por ejemplo. Ambos tipos son usados a la hora de teletrabajar, puesto que permiten que la conexión sea totalmente segura y no se pongan en compromiso los datos de la empresa.
Algunos servicios de VPN también permiten hacer otras cosas como simular, una ubicación alternativa para que una web crea que estás navegando desde otro lugar. Esto puede servir, por ejemplo, para acceder al catálogo que un servicio de streaming tiene en otros país. En algunos países con gobiernos dictatoriales, también funciona para evitar la censura que se impone a webs extranjeras.