La segunda entrega del famoso Temple Run fue lanzada para sistemas iOS hace pocos días. La versión de Android está en camino, y está prevista para mediados de semana. Sin embargo, eso no es algo que todo el mundo sepa. Solo los jugadores mas informados conocerán ese retraso, mientras que la inmensa mayoría de los usuarios acudirá a Google Play buscando el mismo título que han visto jugar a sus amigos con iPhone. Es aquí donde entra la picaresca y el desprecio por la propiedad ajena de una parte de los desarrolladores.
Si realizamos una búsqueda en Google Play sobre «Temple Run 2» nos encontraremos no menos de tres aplicaciones con ese mismo nombre y con el mismo icono usado en la app para iOS. El resto de elementos de la aplicación igualmente están copiados de iTunes o de la página oficial del juego. A primera vista, no hay nada que indique que estas aplicaciones no son otra cosa que el juego de verdad. Por supuesto, si nos la descargamos comprobaremos que no solo no es el juego en cuestión, sino que ahora tenemos el dispositivo lleno de publicidad y de malware no deseado. El «juego» en sí resulta que es una aplicación de fondos de pantalla basados en imágenes de Temple Run 2, o una recopilación de información del juego sacada de la web.
En un caso especialmente flagrante, un desarrollador incluso tiene un nombre tremendamente parecido al de los creadores del juego original. Mientras que Temple Run está desarrollado por Imangi Studios, este Temple Run 2 HD falso es de Imanghi Studios LLC, un triste intento de engañar a los jugadores mas entusiastas que están navegando por Google Play y se piensan que han encontrado el juego antes que nadie. Estas aplicaciones falsas tienen varias cosas en común. Para empezar en ningún momento especifican en el nombre que no es el juego original. Segundo, utilizan imágenes y elementos que no son suyos, la mayoría sacados de páginas webs o de iTunes. Tercero, suelen pedir permisos extraños, como la posibilidad de modificar los marcadores o leer todos los datos del móvil.
Y por último, el detalle mas revelador es que en la descripción hay una «confesión» de que la app no es lo que estamos buscando, pero esta parte siempre está oculta debido a la gran longitud de la descripción (muchas veces alargada de manera artificial). Así, para poder saber las verdaderas «funciones» de la app, tenemos que darle a «Mas» para ampliar la descripción, algo que muy poca gente hace pero que es una salvaguarda para estos programadores con malas intenciones.
Sobre el papel, estaríamos ante una violación clara de los términos de uso de Google Play. Sin embargo, no solo estas aplicaciones siguen en línea, sino que cuando son borradas debido a la cantidad de puntuaciones de una estrella que recibe, el culpable lo único que tiene que hacer es subirlas de nuevo, sin ningún tipo de consecuencia. A cambio de abusar el sistema, estos desarrolladores obtienen grandes beneficios gracias a la publicidad y a los procesos espías incluidos. Las descargas de estas aplicaciones se cuentan por miles solo en los dos primeros días, por lo que uno se pregunta cuántos dispositivos habrá infectados con estas apps hasta que la verdadera llegue al mercado.
Se mire por donde se mire, esto es un fallo de diseño de Google Play. Y es que este no es un caso aislado ni mucho menos. Desde su concepción, la tienda se ha llenado de aplicaciones falsas o que usan nombres ajenos para llamar la atención. Normalmente se trata de aplicaciones que son muy esperadas por los usuarios, como el caso del VLC falso que apareció antes de la app oficial. En algunas ocasiones «solamente» tendremos que soportar banners de publicidad al instalarlas, pero ha habido ocasiones en las que estas apps incluían virus y troyanos que tomaban el control del sistema para hacernos perder dinero. No en vano, algunos estudios afirman que mas del 60 % del malware para Android está oculto en copias de aplicaciones populares. Incluso han existido desarrolladores con todo un catálogo completo de apps copiado de otros.
Ya va siendo hora de que Google se ponga las pilas al respecto. Por la propia concepción abierta de Google Play es muy difícil controlar este tipo de malas prácticas, pero es algo que en la compañía de Mountain View deberían haber previsto cuando se decidieron por este sistema y o uno mas cerrado y controlado. Al igual que aceptamos las ventajas que conlleva una tienda así, también hay que aceptar las desventajas. Hasta entonces, antes de instalar una aplicación de Google Play tendremos que tomar las máximas precauciones posibles, informándonos en Internet y huyendo de apps con permisos excesivos y aspecto sospechoso.