He preguntado a Alexa y a Google si hoy es festivo, y los resultados son penosos
Los asistentes personales más populares aún tropiezan en tareas extremadamente sencillas, al dar prioridad a funciones que sólo sirven para llamar la atención.
15 agosto, 2022 18:59Las ventas de dispositivos Amazon Echo, con el asistente personal Alexa, se han disparado en los últimos años, y son ya regalos (o autoregalos) imprescindibles para celebraciones o cumpleaños. Google no va muy por detrás, con su plataforma Google Home y sus dispositivos Nest, comandados por el Asistente de Google.
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El atractivo de ambos asistentes personales es el mismo: tenemos el poder de una potente Inteligencia Artificial con sólo dar una orden de voz. Podemos pedir lo que queramos, y el asistente lo hará sin rechistar,, sabiendo exactamente qué es lo que queremos en cada momento. O al menos, eso es lo que muestra la publicidad de ambos productos.
La debilidad de Alexa y Google
En la práctica, los mejores asistentes personales del mercado aún tienen muchos obstáculos que sobrepasar, y algunos son tan simples que da algo de vergüenza verlos tropezar. Se da la paradoja de que estos asistentes pueden realizar proezas increíbles, y al mismo tiempo son incapaces de responder a una simple pregunta, aún teniendo a su alcance la mayor biblioteca construída por el ser humano, Internet.
Es una realidad que comprobé de primera mano la tarde de ayer, cuando pregunté a mis asistentes personales si hoy, 15 de agosto, era fiesta. ¿Cómo de difícil podía ser responder a esa pregunta? No es que sea especialmente complicada, y de hecho, la hice por curiosidad más que nada, porque ya conocía la respuesta. Imaginé que era el tipo de pregunta que millones de personas deben estar haciendo a diario a su asistente personal, y que los ingenieros de las mayores empresas tecnológicas del planeta habían tenido en cuenta nada más empezar el desarrollo.
Qué equivocado estaba. Empecé con Alexa, con el Amazon Echo Show 5 que tengo en el salón, e inmediatamente me di cuenta de que, sin quererlo, había subido el nivel de dificultad de manera estratosférica. Alexa sólo supo decirme que el 15 de agosto se celebraba en España la Asunción de María, lo cual técnicamente es cierto pero no respondía a mi pregunta. ¿Se trabaja durante la Asunción de María? De nuevo, ya sabía que era festivo, pero Alexa era incapaz de aclarármelo. Decidí cambiar la cuestión, preguntando si hoy era festivo, pero la respuesta fue exactamente la misma.
Eso no es lo peor. Además de no responder a mi pregunta, Alexa me mostró información irrelevante o directamente errónea. Por ejemplo, me mostró “Género: Mujer”. Muchas gracias, Alexa, si no me lo hubieras dicho, no hubiera caído en que la Virgen María era una mujer. Más confuso aún fue que pusiese “Días entre: 19.128”. ¿Qué es eso? ¿Qué significa? No lo sabía, y tenía miedo de preguntarlo, por si fuese algún tipo de código secreto que revelase la futura rebelión de las máquinas, o algo así.
Google, algo mejor gracias al buscador
Así que fui a Google, buscando la salvación. Google, esa empresa que ha llegado a donde está gracias a la absurda cantidad de información que recopila a diario. Seguro que es capaz de decirme si hoy era festivo, ¿verdad? Bueno, en su defensa, hay que decir que lo hizo mejor, pero sólo al cuarto intento; en los tres anteriores, hizo más el ridículo que Alexa.
Empecemos por lo malo. Cuando le pregunté “¿Mañana es fiesta?” al reloj que tengo en la mesilla de noche, un Lenovo Smart Clock 2 con Google Assistant, decidió que lo que quería era montar una fiesta, y se puso a reproducir música pachangera en mitad de la noche, mientras, desesperado, le gritaba que parase. A la pregunta “¿Mañana es festivo?”, ni siquiera me hizo caso, tal vez ofendido de que le hubiera cortado el rollo.
Mi última esperanza estaba en mi móvil Pixel. Iluso de mí. Cuando pregunté “¿Mañana es fiesta?”, el Asistente de Google me recomendó un libro llamado “Mañana es fiesta”, aparentemente dirigido a los más pequeños. Muy interesante, además de totalmente inútil para mis intereses. Por último, ya completamente derrotado, pregunté “¿Mañana es festivo?”, y, por fin, de una vez por todas, obtuve mi respuesta.
Bueno, no, lo que obtuve fue un enlace al calendario laboral de mi comunidad autónoma, pero el Asistente no fue capaz de responderme directamente. Aún así, era la primera vez después de cuatro intentos que había obtenido un resultado similar a lo que realmente estaba buscando, así que decidí parar ahí. Además, en defensa de Google, cuando poco después pregunté otra vez “¿Mañana es fiesta?”, me mostró los resultados del calendario laboral, y no los del libro, demostrando que había aprendido de mis búsquedas y acciones (porque pulsé en el enlace).
Asistentes personales han perdido el norte
Aún así, son resultados realmente patéticos para los dos líderes del sector. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué no pueden responder a una simple pregunta que nos podemos hacer a diario? Estoy seguro que hay muchas razones técnicas; por ejemplo, imagino que el hecho de que en España cada Comunidad Autónoma tenga días festivos diferentes debe ser confuso.
Pero eso son excusas. Estos gigantes de Internet saben dónde vivo, una información que no dudan en usar para venderme cosas. Y los calendarios laborales son información pública, fácilmente accesible cada año. Yo lo veo más como una cuestión de prioridades, y es fácil ver por qué.
Es evidente que Google y Amazon están dando prioridad a funciones más llamativas y “para las visitas”. Me refiero a funciones como que Alexa te permita escuchar frases de Batman (algo que, por cierto, es el peor contenido relacionado con Batman que he visto en mi vida, y he visto Batman y Robin), o que Google te permita seguir el rastro a Santa Claus en Navidad.
Son ese tipo de funciones que pones cuando llegan las visitas y quieres entretenerlas o quieres presumir de que tienes lo último. Son funciones que ganan clientes, interesados en comprarse un Echo o un Nest porque se han reído con el asistente imitando a Chiquito de la Calzada, o que pueda poner la lista de éxitos de la cantante de moda. Un repaso a las listas de novedades de los últimos meses revelan muchas funciones de ese estilo, y muy pocas que realmente sean prácticas, porque lo práctico no vende, pese a lo útil que nos pueda resultar en el día a día.
Lamentablemente, esta experiencia me ha convencido de que lo tengo en casa no es un asistente personal que me ayuda en lo que realmente necesito, sino un 'payaso personal', que me entretiene cuando quiero escuchar una imitación especialmente mala de Batman.