La tecnología siempre me ha llamado al atención. Nunca llegué a tener un busca (o beeper) pero estuve cerca, y ya a finales del siglo pasado empezaba a trastear con móviles, aunque en aquella época no eran ni remotamente parecidos a los de ahora.
Habiendo visto y vivido la era de las tablets, de los smartwatches y de otros dispositivos, me di cuenta hace algo más de un año que los altavoces inteligentes no correrían la misma suerte.
Desde el lanzamiento de los Google Home en España y luego de los Amazon Echo, he ido analizando algunos modelos y comprando muchos otros, y a día de hoy tengo operativos ocho de ellos en una vivienda de algo menos de 80 metros cuadrados. Es decir, hay un altavoz inteligente por cada 10 m2 de casa.
Usando dos ecosistemas de altavoces inteligentes
Lo primero que tengo que aclarar es que, por trabajo, uso tanto los de Amazon como los de Google, dado que he de probar las novedades, instalar las actualizaciones de las aplicaciones, y probar las nuevas funciones, como ha pasado recientemente con el emparejamiento estéreo de los Google Home y Home Mini.
Además, tengo varios modelos de Amazon Echo, los dispositivos que usan Alexa, junto a modelos que integran el asistente de Amazon pero no son altavoces de la propia marca, sino de terceros.
Una distribución peculiar
Aunque la vivienda no es especialmente grande (tiene tres dormitorios, un baño, cocina y salón), hay estancias que tienen un altavoz y otras que no. La distribución es la siguiente:
- Salón: Google Home Mini, Amazon Echo Plus y Energy Smart Speaker 7 Tower.
- Despacho: Energy Smart Speaker 5 Home y LG ThinQ WK7.
- Cocina: Google Home Mini.
- Dormitorio: Google Home Mini y Amazon Echo Show 5.
La tercera habitación, que es el taller de mi pareja, no tiene ninguno porque jamás entro ahí, y en el baño tampoco lo tengo porque no lo he visto necesario, aunque algunos compañeros me han dicho que lo tienen para poner música mientras se duchan.
Diferentes usos
Aunque todos los altavoces están pensados para lo mismo, la verdad es que mi uso es algo diferente según la estancia en la que esté.
En el dormitorio suelo poner música si estoy haciendo algún tipo de tarea doméstica o recogiendo la habitación. También suelo realizar consultas, normalmente relacionadas con la climatología, cuando estoy eligiendo la ropa que voy a ponerme. Además, al igual que en el resto de la casa, uso el altavoz como disparador de la luz ya que hay una bombilla de Xiaomi en el cuarto.
En la cocina el uso es el esperado, para poner temporizadores, alguna vez las noticias y sobre todo usar la lista de la compra sin tener que buscar el móvil o apuntar nada en un papel. Incluso de vez en cuando pregunto el tiempo de cocción de algún alimento.
En el despacho tengo configuradas dos bombillas de Xiaomi y dos tiras LEDs de la misma marca, y sobre todo uso los dos altavoces para eso.
Por último, en el salón tengo un enchufe inteligente que controla la iluminación principal y un sistema de infrarrojos que me permite encender o apagar el aire acondicionado, el televisor y la aspiradora con comandos de voz. También suelo realizar preguntas sobre curiosidades, poner música y en ocasiones usar la opción de Anunciar, que usa dos altavoces casi como Walkie talkies. También lo uso como Chromecast para enviar música desde el smartphone.
Los altavoces inteligentes aún son algo poco común
Aunque Amazon ha invertido en anuncios en televisión, los altavoces inteligentes no se ven aún en todas las casas. esto hace que cuando alguien viene a tomar café o por otro motivo y ve mi interacción con estos aparatos, se extrañe mucho.
La utilidad de estos dispositivos para mi está fuera de toda duda, pero obviamente hay personas que no le sacarían el mismo provecho. Pese a eso, al precio que muchas veces están los modelos más económicos, unos 30 euros, yo recomendaría su compra a cualquiera al que le interese mínimamente.