Uno de los temas más importantes del día ha sido el cambio en el modelo de negocio de Pocket Casts. La aplicación ha pasado de ser de pago a ofrecer una modalidad completamente gratuita y una serie de mejoras accesibles a través de un servicio de suscripción.
Aunque creemos que Pocket Casts ha realizado la transición a este modelo de negocio de la forma más honesta posible, este tipo de medidas suelen traer polémicas, especialmente para los usuarios que habían pagado en su día.
Crear una aplicación cuesta tiempo y dinero
Empecemos por lo más básico. Aunque una aplicación sea un bien digital, no significa que no tenga valor por si misma. Crear un producto de software requiere horas y horas de desarrollo por parte de una o varias personas. Esas horas de desarrollo en ocasiones el desarrollador las hace por amor al arte, pero en otras no.
Muchas aplicaciones suelen partir del tiempo libre de una persona que está aprendiendo, razón por la que puede ofrecer su producto gratis o casi gratis al tratarse de un proceso formativo. Otros simplemente tienen su trabajo estable y crean aplicaciones por hobby.
Pero normalmente, las aplicaciones más top van a estar hechas por personas o estudios profesionales, que invierten su tiempo en crear algo que les permita dedicar su vida al desarrollo de aplicaciones.
Aquí no solo viene una inversión en tiempo, sino en dinero para anunciar la aplicación o servidores y servicios web que resulten necesarios.
Toda la inversión debe retornar en algo
Cuando un desarrollador invierte más tiempo del que tu podrías dedicar a una jornada laboral es importante entender que no te está pidiendo dinero porque sea avaricioso, sino porque está renunciando a un trabajo y sueldo estable para crear algo que hace que tu día a día sea mejor. Esto parece difícil de comprender, porque al estar todo en una tienda de aplicaciones tendemos a deshumanizar al creador de una app.
Normalmente si el diseño es simple pensaremos que la app no ha costado mucho trabajo, pero al final las aplicaciones más sencillas son las que mayor trabajo tienen en el fondo, debido al esfuerzo en diseño y lógica interna. Es muy difícil vislumbrarlo si no sabes de programación, pero creedlo, es así.
A la hora de dar el paso de convertir un hobby en un negocio, el desarrollador suele hacerse una pregunta. ¿Cómo me va a dar esta aplicación de comer? Y generalmente habrá varias opciones:
- Publicidad: la más aceptada por muchos usuarios. La aplicación o juego es gratuita y lo acepto a cambio de anuncios más o menos intrusivos. Mientras más intrusivos, más dinero podrá conseguir el desarrollador, pero también comprometerá más la experiencia de uso.
- Pago único: un método que no es demasiado popular pero que tiene su público: pagas una vez y disfrutas de la aplicación o de ciertas funciones adicionales.
- Modelo por suscripción: uno de los más extendidos y polémicos. En lugar de un pago único, pagarás de forma continua al desarrollador de forma mensual o anual a cambio de disfrutar de su aplicación.
- Crear una aplicación para un cliente: si contactas con empresas que necesiten una aplicación para su negocio puedes crearlas a medida a cambio de dinero por la creación y mantenimiento.
- Malware: hay empresas que están dispuestas a pagar dinero porque un usuario meta malware en su aplicación. Generalmente relacionado con vulnerar la privacidad.
La polémica con la suscripción y el efecto nicho
Muchos de los usuarios más críticos con las suscripciones suelen ser los que llevan años pagando por sus aplicaciones y programas de ordenador. Si bien esas quejas son legítimas, hay que tener en cuenta que el mercado de las aplicaciones y servicios móviles es completamente distinto al que había en PC.
Si, hay más usuarios, pero muchos no salen del ecosistema de Google, Facebook, Apple y otras tantas multinacionales. La opción de las aplicaciones gratis con anuncios siempre están ahí, pero para conseguir un beneficio suele ser necesario tener un gran volumen de usuarios.
No es tan fácil, ya que la competencia es cada vez más dura, lo que obliga a que muchos terminen especializándose en nichos de mercado. Mientras más específico es un nicho, más fácil es destacar sobre los demás, pero también es más complicado alcanzar ingresos debido al reducido público potencial al que pueden acceder.
Es en los nichos donde el pago por suscripción comienza a brillar. Si estás en un nicho muy especializado puedes conseguir bastantes ventas, pero te vas a encontrar con un límite en el que ya no quede nadie que vaya a comprar tu aplicación.
Por si fuera poco, los procesos de desarrollo en el siglo XXI no son tan sencillos como hacer una app, subirla a Google Play y vivir de los beneficios. Una vez creada, los usuarios querrán correcciones de errores, nuevas funciones, que la aplicación se adapte a las novedades de Android, y un largo etcétera. El desarrollador no solo ya no tiene nuevos clientes, sino que además tiene que seguir dedicando horas a perfeccionar el producto.
Otra opción es cobrar un pago único elevadísimo, pero eso a día de hoy no funciona.
Así que cuando veas que un pequeño desarrollador va cambiando su modelo de negocio, no lo demonices, por favor. Porque está haciendo todo lo posible por convertir tus aplicaciones preferidas en su modo de vida.