Si algo bueno tiene probar multitud de dispositivos móviles es que siempre puedo dar una opinión fundada cuando alguien me pregunta cuál elegir. Con tantos teléfonos como existen, con tal variedad que sale mensualmente al mercado, resulta imprescindible valorar cada detalle para que así la compra salga lo más rentable posible.
No es lo mismo comprar un móvil que otro, incluso aunque ofrezcan un hardware similar. Tampoco lo que más importa es dicho hardware, que a menudo un smartphone puede funcionar mejor que otro solo porque tenga un software más optimizado. Y hay otro punto también importante: dado que el teléfono es un objeto personal este debe entrar por la vista y tiene que acomodarse a los gustos personales en términos de marca y de estatus.
¿Qué móvil elegir? Voy a relatar la forma en la que yo acostumbro a decidirme por una próxima compra. No todos los puntos serán igual de importantes para ti, pero sí que conviene que los valores en su conjunto antes de decantarte por el móvil ganador: cuanto más ponderes tu decisión más posibilidades existen de que tu compra salga rentable en términos de años de uso.
1. El móvil debe tener suficiente potencia a fecha de compra
No soy partidario de elegir la potencia por encima de todo porque sé bien que no por procesador un móvil es más capaz, pero este punto sí es imprescindible si quieres que tu smartphone se mantenga al día durante bastante tiempo. Que no sea lo más en prestaciones, sí de lo mejor en el último año.
Si actualmente está en el «top» el Snapdragon 855 una buena idea sería elegir un smartphone con el SoC del año anterior, el Snapdragon 845. También equivalentes: Kirin 970, Exynos 9810… O ir un poco por debajo, como el Snapdragon 710. Eso sí, no caigas en el error de fijarte solo en el procesador: aspectos como un mínimo de memoria RAM (6 GB) y de almacenamiento (128 GB) son importantes para que tu elección sea la mejor.
2. La marca es importante: elige un fabricante que te dé garantías
Diría que en la actualidad es muy raro salirse de un puñado de marcas muy conocidas. Samsung, Xiaomi, Huawei, Honor, Sony… Cada una tiene sus estrategias particulares en lo que a prestaciones y precio se refiere, pero todas apuestan por una vida útil del móvil de al menos dos años (al menos en sus modelos más altos). No se puede generalizar, por supuesto: ya sabemos cómo es Android.
No te recomendaría un fabricante poco conocido por más que te dé un móvil de mayores prestaciones por menos dinero. Tener una marca que responda ante cualquier fallo puede solucionarte muchos dolores de cabeza en el futuro
3. Las actualizaciones no lo son todo, pero tienen un gran peso
Si todos nos decidiéramos por un móvil que tuviese las actualizaciones garantizadas solo habría Google Pixel a la vista. Sí, es cierto que son importantes, pero tener la última versión de Android a fecha de distribución no garantiza un mejor smartphone. Lo suyo es elegir una marca que no sea culpable de faltar a las actualizaciones y que ponga esfuerzo en que, al menos, su gama alta se mantenga al día. Los fabricantes más conocidos están cumpliendo este requerimiento, algunos con más meses de retraso que otros.
4. Asegúrate de que tu móvil tiene una buena cámara
Pese a que es el elemento donde los fabricantes ponen más empeño eso no significa que las cámaras móviles mejoren demasiado de un año para otro. Por eso, basta con que tu móvil sea capaz de obtener buenas fotografías y vídeos hoy para que se mantenga al día un par o tres de años. Además, actualmente el nivel fotográfico es alto en la mayoría de marcas: si eliges un buen teléfono lo más seguro es que obtengas a cambio una gran cámara que te dure bastante tiempo.
5. Detalles menores que para ti son importantes
Como no todas las personas somos iguales, tú le darás importancia a ciertos aspectos que para mí no son importantes. Esto implica que quizá tengas que elegir entre tu lado emocional y el lógico. ¿Decantarte por un teléfono potente y a buen precio que no tiene radio FM y jack de auriculares cuando para ti son imprescindibles? No olvides que tu móvil es una extensión de ti, que debes sentirte a gusto con él. Así que haz ciertas condiciones a la lógica y elige lo que más te guste.
6. El siempre omnipresente precio
Ni elegir el móvil más barato es la mejor idea ni apuntar al móvil más caro que entre en tu presupuesto: debes encontrar el equilibrio entre el coste del teléfono, sus prestaciones, el diseño y la marca. Ponte un techo máximo que coincida con lo que puedes gastarte sin meterte en deudas y valora los smartphones disponibles que queden por debajo. Y elige solo el que salga un poco más caro si realmente el salto en prestaciones supone una gran diferencia en el uso.
7. No es tan importante la capacidad de la batería como la manera en la que se carga
Hablemos de batería. ¿Cuánto es el mínimo recomendable? Yo diría que 3500 mAh: no busques móviles por debajo de esa capacidad, al menos mientras el tamaño de la pantalla no se sitúe por debajo de las 5,5 pulgadas (algo raro hoy en día). Eso sí, para mí no es tan importante el tamaño de la batería como la velocidad de carga y las formas de dicha carga: apuesta por carga rápida mínima de 18 W y por carga inalámbrica. Este segundo aspecto parece trivial, pero consigue alargarle la vida a uno de los componentes más frágiles del móvil: el conector USB. Por cierto, que dicho conector sea siempre USB-C.
8. Enfrenta a los tres mejores móviles para ti en una guerra de ventajas e inconvenientes
Siguiendo las pautas anteriores seguro que ya tienes la lista definitiva de modelos. Serán tres, cuatro o quizá cinco, mi recomendación es que llegues al punto definitivo con una lista lo más reducida posible. Y es entonces cuando debes plantearte el choque de trenes: contrasta sus ventajas e inconvenientes y valora lo que mejor se adapte a tu perfil. Recuerda que no solo influyen los valores objetivos o lógicos, detalles como el aspecto exterior, el diseño, los materiales o que el móvil tenga o no protección contra el agua también son importantes. Al fin y al cabo debes sentirte a gusto con tu móvil.