Más de una vez había fantaseado con una posibilidad: si mi tablet tiene conexión 4G, ¿por qué no dejar el móvil en casa y salir equipado solo con la tablet? ¿Será una experiencia traumática e incómoda o, gracias precisamente al tamaño del dispositivo, acabaré acostumbrándome a utilizarlo menos? Pues bien: la semana anterior fue la elegida para poner en práctica la idea.
Me encuentro analizando una excelente tablet de Huawei, la MediaPad M5. Son 10 pulgadas para la diagonal de pantalla con un peso bastante ligero para el conjunto, pero sin que deje de ser pesado en comparación con un smartphone. Incluye compatibilidad con 4G, por lo que es autónoma y se le puede instalar WhatsApp sin problemas (con el Apk, la Google Play dice que no es compatible). Y no hace malas fotos: posee muy buena relación entre la calidad y el precio. Así que tocaba llevar a cabo el experimento.
Sentemos las bases: estuve desde el lunes hasta el domingo utilizando la tablet como dispositivo personal. Esto implicaba salir con ella en la mochila y utilizarla siempre que me llegaba un mensaje o un email. Sí salí con un smartphone, pero este se quedaba de apoyo y como opción a conectarlo a la tablet usando el tethering. Así empezó mi lunes.
Una tablet no es lo más cómodo del mundo para llevar encima, pero en la mochila todo cambia
Siempre salgo a la calle con mi ordenador, cargadores y cables varios, batería extra… Dado que trabajo en cualquier parte suelo acarrear con un bulto siempre adosado a mi espalda: mi mochila. Gracias a esto tampoco encontré demasiado problema a la hora de llevar la tablet: pese a que la Huawei MediaPad M5 es grande, cabía a la perfección junto al ordenador. Problema resuelto. Más o menos.
Caminar con la tablet en la mochila es tan cómodo como hacerlo con el smartphone en el bolsillo. ¿Que quería mirar los mensajes y los correos? Bastaba con sacarla de la mochila para hacer las comprobaciones. Esta tarea en sí era más cómoda dado el mayor espacio de la pantalla, pero con un problema que descubrí bastante pronto: no pude consultar la tablet en movimiento igual que lo hacía con el móvil. Tocaba pararse para comprobar las notificaciones.
Para utilizar la tablet hay que detenerse, no se puede hacer en movimiento como ocurre con el móvil
No hice la prueba, pero estoy convencido de que llevar un reloj conectado a la tablet soluciona la mayor parte de consultas y comprobaciones. Si en el móvil miraba cada cierto tiempo lo pendiente, la cosa cambió con la tablet: el lapso entre las veces que encendía la pantalla se distanció. Sin que perdiera trabajo por el camino, por cierto.
Con la tablet en la mochila podía sacarla de la mochila y abrir Telegram cuando lo necesitase, lo mismo con WhatsApp; escribía de manera mucho más cómoda, publicaba en el blog sin necesidad de pelearme con el zoom del navegador… Descubrí que me compensaba la incomodidad al tener un dispositivo mejor adaptado al trabajo. Por no hablar del ocio: ver Netflix o jugar a Clash Royale es una delicia. Pese a que cansa más sostener la tablet que el móvil, como es obvio.
La fotografía es lo que más eché en falta con la tablet
Soy de hacer muchas fotos, de ahí que la cámara sea uno de los factores donde más me fije en un smartphone. Y no, fotografiar con una tablet no es en absoluto cómodo. Se puede hacer y tampoco salen malas capturas, pero no están hechas para eso. Y se nota.
La tablet no está hecha para hacer fotos, y eso se nota especialmente en exteriores
No quise hacer fotos hasta la mitad de la semana, cuando sí lo necesité. Levantar una pantalla de 10 pulgadas con su cuerpo de aluminio, para después sostenerla en vilo mientras se ajustan las opciones de cámara, es un auténtico horror. Puede servir para unas capturas puntuales, pero no podría sustituir la cámara de mi smartphone por la cámara de una tablet. Más allá de la calidad de las fotos, mis comentarios negativos van hacia la postura y la incomodidad de hacer fotos con una tablet.
Autonomía: solo tuve que cargarla dos veces en toda la semana
Usar una tablet como dispositivo principal evita pelearse con el enchufe y con la batería. La Huawei MediaPad 5 me dio un excelente servicio en este campo: solo tuve que cargarla dos veces en toda la semana. La primera mitad estuve usándola de manera más intensa; durante la segunda mitad de la semana la utilización fue más esporádica.
La tablet ofrece mucha más autonomía, pero, a cambio, tarda más en cargarse
Si la tablet es buena, posee un hardware decente y viene acompañada de una buena batería, los resultados de uso en comparación con un smartphone siempre serán mayores. Es, sin duda, lo que más destacaría. También con una pega: cargar la tablet es un proceso mucho más lento que cargar un smartphone, por más que tenga carga rápida.
No cambiaría mi smartphone por una tablet, pero tampoco lo descarto
La tablet me ha servido para trabajar en movilidad ya que más de una vez no he necesitado ni el ordenador. También me ha servido como soporte de entretenimiento para mis descansos en el sofá. Y no me ha dejado tirada a la hora de administrar mis redes sociales y aplicaciones de mensajería. Vaya, que una tablet con datos móviles es apta para sustituir a cualquier smartphone.
Una tablet con 4G es apta para sustituir a cualquier smartphone; siempre que no necesites llamar por teléfono
Llegó el domingo y cambié de nuevo la SIM, esta vez en dirección contraria: de la tablet al smartphone. No diré que sentí lástima porque lo cierto es que me alegré, pero la experiencia no fue tan traumática como me imaginaba en el inicio. Hubiese sido más cómoda de usar una tablet de menores dimensiones, pero he de decir que las 10 pulgadas me fueron de perlas para administrar el trabajo, las publicaciones, los mensajes y hasta mi vida social. Por no hablar de la administración de redes sociales con la pantalla partida, esa función va muy bien en Android.
Con una semana he tenido suficiente. Pronto publicaré el análisis de la Huawei MediaPad M5 y dejaré atrás el experimento de utilizarla como dispositivo principal. Atrás quedó una semana en la que me hizo el servicio sin complicaciones. Y estoy seguro de que echaré de menos su larga batería: a estas alturas del lunes mi móvil ya va por el 39 %.