Proteger tu móvil es importante… ¿pero tanto?
Con la tendencia de precios que están obteniendo nuestros smartphones, tiene todo el sentido del mundo que queramos protegerlos. Sobre todo si te compras un gama alta, y has superado la barrera de los 400 o 500 euros (o 200 inclusive). Los arañazos, marcas o el desgaste en sí son la peor pesadilla de un usuario normal.
Pero cuando el diseño de un smartphone predomina, ¿realmente tiene sentido desperdiciarlo poniéndole una funda? El debate de si ponerle una funda a un smartphone o no está en el aire y, personalmente, tengo una posición bastante neutral sobre este aspecto. Quédate conmigo y únete a este curioso debate.
Un tipo de usuario y un tipo de funda
En esta vida hay de todo, y como era de esperar hay distintos tipos de usuarios y distintos tipos de fundas. Los hay más precavidos que prefieren una funda que superaría en rugosidad a un tanque o los hay más preocupados por la estética, que escogen fundas elegantes o acordes con el diseño que han elegido.
Aquí entra en juego la estética. Hay fundas que realmente realzan el aspecto general de un dispositivo, dándole un nuevo color y quedando muy bien en muchos casos. La comodidad se une a la fiesta, siendo intrínseco el hecho de que cuanta más seguridad precises, más aparatoso y feo se volverá tu terminal. ¿Compensa o no? En este caso, eliges tú.
Personalmente creo que la opción en este apartado más plausible es comprar más de una funda. Yo mismo tengo un par de ellas. ¿Por qué? Una para tener mi teléfono en casa (lugar donde puedo tenerlo más a buen recaudo) y una mucho más recia para salir de casa, ya que cuando salgo y veo a mis amigos no pretendo presumir del aspecto de mi móvil, ya que no lo usaré.
Los materiales también cuentan
No entraremos en el debate de qué material es mejor, ya que esto lo hemos tratado infinidad de veces en El Androide Libre. La cuestión es en qué repercute una funda respecto al cristal, al metal, o al plástico. No es raro pensar en que unos materiales son más resistentes que otros, y otros más estéticos que los demás.
Cubrir un smartphone, por ejemplo, de metal me parece bastante más lógico que cubrir toda una superficie de cristal. A su vez y de forma irónica, también me parece ilógico no cubrir un material con tanta fragilidad como este último, bailando con la paradoja de si debemos sacrificar la estética en pos de la seguridad.
Con esto no quiero decir que un teléfono de metal aguante mejor los golpes que uno de cristal en todas las ocasiones. He visto literalmente de todo, por lo que la rotura de un smartphone depende de cientos de factores distintos que sólo se equilibrarán en el caso de ponerle una funda. Aunque siempre abogaré por que si has de ponerle funda, que sea a un móvil de metal.
¿Diseño o funcionalidad?
Casi siempre, la potencia más bruta va ligada a la estética más bella. No siempre es así, ya que hay muchos exponentes en el mercado. Pero lo premium suele ir de la mano con la calidad, por lo que no es raro que si nos compramos un dispositivo de altas prestaciones sea característico el cristal en su parte trasera.
Esta paradoja me trae de cabeza desde algún tiempo. Por un lado, ver rayaduras o marcas en un cristal es una sensación horrible, y sobre todo si el dispositivo es muy caro. Pero ¿para qué nos compramos un teléfono bonito si ni siquiera vamos a ver la parte trasera? ¿Compensa el perder ese diseño tan premium por evitar que se rompa?
Evitar que se rompa renunciando a la estética o disfrutar del riesgo de una posible caída
Aquí dejo que el precio decida por mí. ¿Supera los 300 euros de presupuesto? Ponle funda, ya que el recambio será más caro. ¿Es un teléfono económico? Disfruta del tacto (si lo tiene), ya que aunque no te hayas gastado demasiado, sigue siendo una inversión que hay que disfrutar con las manos.
Mi posición: ¡a pelo!
Aunque sea bastante neutral y piense que hay muchos factores a tener en cuenta, mi posición es clara: comprarse un smartphone equivale a disfrutarlo. Es un dispositivo con el que convivirás (literalmente) mucho tiempo de tu vida, meses o años, y no tiene sentido que en pos de una protección que a lo mejor no necesitas sacrifiques el tacto del producto que has adquirido.
Esto tiene un precio, y son los riesgos de las caídas y sus respectivos micro-infartos. A nadie le gusta que su dispositivo se rompa, y soy el primero que cuando se le cae el móvil en su cabeza una voz grita un «¡por qué no le habría puesto funda!». Pero en un teléfono caro, a mi gusto, compensa.
Te compras un smartphone para disfrutarlo en todos los sentidos
Hace un tiempo tuve la oportunidad de probar un Samsung Galaxy S8 con funda, y lo primero que hice al usarlo fue quitársela. El teléfono no era mío, y por supuesto, de haber ocurrido una desgracia yo hubiera pagado el pato. Pero era un Galaxy S8, y no podía permitirme el lujo de prescindir de su increíble tacto. Máxime cuando mis teléfonos siempre han sido de metal o de plástico.
De todas formas, esto entra en la mentalidad de cualquier persona y hay muchas opiniones y detalles a tener en cuenta. Por lo cuál, estaría genial que nos comentases tu posición en los comentarios. Eso sí, si puedes, escribe desde el teclado de tu PC. A lo mejor se te cae el móvil y ocurre una desgracia…