Las actualizaciones de Android suelen ser estar en el punto de toda polémica. Que si fragmentación, que si dispositivos que tardan mucho en actualizar, que si Google cada vez innova menos, que la obsolescencia programada.
Hablar de actualizaciones suele ser un problema, y hoy quería romper la tónica con un artículo diferente. Cuando hablamos de actualizaciones, os solemos contar las novedades, y análisis en periodos cortos de uso. Hoy quiero hacer un análisis de las versiones de Android distinto. Un análisis sobre qué características de Android se han asentado en mi día a día y hacen que controlar mi móvil sea mucho mejor a como lo era antes.
Antes de comenzar
La mayoría de mi tiempo en Android ha sido con el Nexus 4 y Nexus 6, ambos de Google. Durante estos últimos meses he utilizado mucho el Honor 9 y actualmente uso el OnePlus 5 de teléfono principal. Sé que muchas novedades de Android ya se encontraban en otras capas de personalización, pero me ceñiré a Android puro, ya que son novedades que al final todos los usuarios acaban recibiendo.
El resumen de novedades lo comenzaré desde Marshmallow por un motivo muy simple. Es la versión que al no introducir un gran cambio visual fue el momento en el que Android se empezó a considerar como un sistema maduro, o como muchos usuarios lo perciben «esta actualización no tiene cambios». Pues si que los hay, oye.
Marshmallow, la primera gran actualización
Para muchos, KitKat fue el momento en el que Android dejó de considerarse como un sistema operativo en fase beta, y en parte era gracias a su excelente rendimiento. Al año siguiente, conocimos Android Lollipop, versión que llegó plagada de errores. Android 5.0 fue un esbozo de lo que Android sería capaz de hacer en el futuro, y el futuro llegó en Marshmallow.
Android 6.0 será conocida por todos como «esa versión que nació para corregir todos los fallos de Lollipop», y en parte fue cierto, ya que continuó con las líneas de Material Design, pero con un rendimiento y estabilidad dignos de elogio.
Quizás el cambio más importante que recibimos en Android desde mi punto de vista fue el nuevo menú de selección de texto. No es que fuese una nueva opción, pero si que se volvió mucho más intuitiva que en versiones anteriores de Android, hasta tal punto que no quiero recordar como copiaba y pegaba texto antes. Una función que uso muchísimo en mi día a día.
La autentificación con huella dactilar es otra novedad que llegó con Android 6.0 Marshmallow. Esta función te permite vincular la contraseña de una aplicación a la misma huella dactilar que tenemos en el sistema. ¿Su uso? Poder acceder a aplicaciones como PayPal o mi banco sin poner la contraseña. Considero que es un método mucho más seguro, ya que evita que miradas fisgonas conozcan mi PIN del banco.
Nougat: Seguramente la versión que más me haya gustado
Pasamos a Nougat, otra versión que fue muy criticada al traer «más de lo mismo». Sí, muchas de las críticas se ciñen estrictamente al tema visual, cuando al final son los pequeños detalles los que hacen que aprecies a esta versión.
Con Nougat tuve la suerte de ir probándola desde su primera beta, la cual llegó en marzo de 2016. Un año y medio después puedo confirmar que ha sido la actualización que más ha hecho por mi experiencia de uso en Android desde… nunca, supongo.
Las notificaciones siempre han sido un factor por el que siempre he preferido Android sobre iOS, y en esta ocasión las pulieron aún más. Las respuestas rápidas en notificaciones para mi fueron uno de esos cambios que ya están tan interiorizados en mi día a día que cualquier capa de personalización que lo implemente mal (como MIUI) hace que le pierda mi respeto. No solo las respuestas rápidas, sino la posibilidad de silenciar notificaciones que no me interesan. No Clash Royale, ya abriré yo el cofre cuando me de la gana, déjame en paz.
Por otro lado, la multitarea ha sido otra novedad que en sus primeros días me parecía una tontería, pero que al cabo de los meses le he acabado sacando mucho partido. Normalmente su uso se limita a dejar un vídeo de YouTube en la zona superior de la pantalla mientras hago otra cosa. Lo mejor de esta función es que si mantengo pulsado el botón de aplicaciones recientes puedo acceder de forma inmediata a este modo. Descubrir esta simple función ha hecho que utilice la pantalla partida mucho más.
Por último, otra novedad que utilizo muchísimo en mi día a día es un pequeño truco. En Nougat, si pulsas dos veces seguidas el botón de aplicaciones recientes, vuelves a la aplicación que estabas usando antes. Lo utilizo muchísimo a lo largo del día, todos los días.
Android Oreo: Mejorando lo que ya me encanta
Android Oreo no ha estado extenta de críticas, y se trata de una versión cuyo mayor cambio a simple vista reside en unos menús mucho más limpios. A pesar de que llevo solo unos meses utilizándola en betas y ROMs, aún no ha pasado el tiempo suficiente para darme cuenta de qué es más o menos vital en esta versión de Android.
De todo lo que ha añadido Google, quizás lo que más me esté gustando son las nuevas opciones de personalización que existen en las notificaciones. En esta nueva versión podemos posponer notificaciones para que desaparezcan de nuestra lista, y que aparezcan unas cuantas horas después.
También me ha gustado mucho el nuevo Ambient Display, que tras varios años utilizándolo, el cambio de diseño le ha favorecido mucho. Otro ajuste que me está comenzando a gustar es restringir la actividad de aplicaciones en segundo plano, aunque al estar un poco escondido en los ajustes no sé si acabará siendo una opción imprescindible.