Los últimos reportes que apuntan a los fallos de los Google Pixel indican que Google quiere ser Apple. Y no le está saliendo especialmente bien.
La polémica está servida desde hace varios días. Y es que sabemos que los Google Pixel 2 y Google Pixel 2 XL están sufriendo diferentes problemas en sus pantallas, provocando la ira de sus usuarios. Lejos de que puedan ser justificadas o no, esta imagen le está pasando factura a Google.
Y no sólo esto. La nueva estrategia comercial de Google es claramente reconocible, ya que es prácticamente idéntica a la de Apple, fabricante de los iPhone. Quieren ser los Cupertino de Mountain View, y hay muchos factores para pensar que el precio que está pagando la gran G es demasiado alto.
Los Pixel, el ojo del huracán
Ya en la primera generación de los Google Pixel, los primeros teléfonos comercializados íntegramente de la compañía, vimos que su precio iba a estar a la altura de los mejores, y más allá. El Pixel 2 XL, el mayor de los dos ha superado la cifra de los 1 000 euros, situándose al precio de los teléfonos más caros del mercado.
Estos problemas podrían perdonarse (en realidad no) en teléfonos más baratos, pero no en unos que pretenden venderse como exclusivos. Pero hay que hacer un matiz, y es que los problemas de las pantallas no son tan graves como dicen, sumados a la subjetividad y beligerancia de estas acusaciones.
Da que pensar que las acusaciones de los problemas de pantalla de los Pixel sean tan subjetivas y tan agresivas
Ha pasado muy poco tiempo desde que el Pixel 2 ha comenzado a llegar a ciertos usuarios. Sabemos el cariz de agresividad que coge a veces Internet, por lo que estas acusaciones hay que cogerlas con pinzas. Otra cosa es que Google quiera darle mayor o menor importancia al problema y solucionarlo de una forma u otra.
Pero esto no quita que los Pixel 2 estén perjudicando la imagen de Google. Siendo dispositivos con sus ventajas y sus carencias, se alejan mucho de las estrategias que siguieron a los difuntos Nexus (aparte de a otros dispositivos) y que se acerca peligrosamente a la tan criticada estrategia de Apple.
Más que los productos de Google (recordemos que en temas de hardware no van tan mal), lo que le está costando la imagen a la gran G son sus malas decisiones. Sus errores como empresa iniciada en este mercado. Por ello, vamos a mencionarlos para ver por qué Google se está ganando el odio hasta de sus más adeptos clientes.
Faltas de respeto que quizás no convenían
Google ha querido meterse en el ajo de la telefonía de una forma muy destacable. Esto quiere decir que quiere sobresalir en un sistema como Android, que ocupa más del 90% de tasa de uso a nivel mundial. Para ello, aparte de tirar de exclusividad, ha tirado de otra vía algo más discutible: las faltas de respeto.
Aún recuerdo el evento en el que se presentó el primer Google Pixel. Lejos de lo discutible que fuera este primer modelo, todavía recuerdo las faltas de respeto y el cachondeo que hicieron los de Google frente a Apple en dicha conferencia. Bromas, indirectas, el remarcar errores diversos… Personalmente, no fue un espectáculo muy bueno de ver.
Y esto viniendo de una empresa que se caracterizó muchísimo tiempo por ser bastante neutral en lo que a tácticas comerciales se refiere. Por decirlo de alguna manera… digamos que Google pasó de la inocencia al ataque directo en un sólo segundo. Y eso, teniendo en cuenta el lema «Don’t be evil», no es que sentara demasiado bien.
Desde entonces, Google no ha parado de intentar diferenciar su variante de sistema y hacer que su línea de productos destaque, remarcando los errores de otras marcas. Un movimiento que Google se podría haber ahorrado y dejársela a Apple, por ejemplo.
Distribución no tan notable
Esto tendría incluso algo de sentido si Google se hubiera preocupado de distribuir correctamente sus productos a nivel mundial. Y no ha sido así. De hecho, el Google Pixel original ni siquiera se pudo adquirir de forma oficial en nuestro país. Y lo mismo pasa con muchos ejemplos: Google Assistant, Google Home, Google Pixel 2…
Y aunque esto se ha paliado en cierta manera en la nueva generación de Made For Google, seguimos en las mismas en algunas cuestiones. Por ejemplo, en nuestro país se distribuirá sólo el Pixel 2 XL, el modelo más caro de los 2 que hay. El 2 quedará relegado a importación en el caso de querer adquirirlo.
Y esto cobra un tono mucho más cuestionable con el siguiente punto: la falta de alianzas. Volviendo a las pantallas de los Pixel 2, podremos ver que a lo mejor la decisión de incluir a LG en el montaje de estas no ha sido lo mejor.
Ausencia de alianzas en el mercado
Si algo caracterizó a los Nexus, fueron sus fabricantes. Huawei, LG e incluso Motorola se unieron a la aventura de ofrecer a la gente estos dispositivos comercializados por la gran G y fabricado por ellos. Y salieron dispositivos tan inolvidables como los Nexus 5 o los Nexus 6P.
Aparte de la compra de HTC, el actuar de forma más solitaria en el mercado móvil a Google le ha costado tener que recurrir a viejas confiables como LG. Y aunque no decimos que las pantallas de LG sean malas (ni mucho menos), quizás Google debiera haber explorado más y optar por otros fabricantes acorde con lo que querían en el Pixel 2.
Quizás un panel de Samsung o de Huawei les hubiera venido mejor. No critico la elección de LG, sino de no haberse parado a negociar y a forjarse aliados en esta batalla en la que es un absoluto principiante y que posiblemente le ha generado esos problemas de pantalla los Pixel 2.
Ser Apple con los Nexus por detrás es erróneo
¿Por qué Apple tiene la estrategia que tiene? Porque hablando pronto y mal, ellos revolucionaron el mercado móvil. Ellos sentaron las bases de lo que es la telefonía actual. De hecho, Android es lo que es gracias al iPhone, que cambió las reglas del juego. Nos guste, o no nos guste.
El querer copiar su estrategia de exclusividad y precios altos con beneficio absoluto podría funcionar si tienes la experiencia y la imagen adecuada en el sector. A Google se la ha solido relacionar con la gestión de Android y con los servicios que todos usamos, más que de una comercializadora de hardware. Querer jugar con los niños grandes en el primer minuto, no es correcto.
Con la imagen de gestora de servicios que tiene Google, el querer ser Apple es un fallo considerable
Sólo tenemos que ver la estela que ha seguido antes de los Pixel. Los Nexus eran dispositivos casi únicamente enfocados al nicho de geeks de Android. Los productos que comercializaba eran de índole más cotidiana, frente al estándar de calidad y exclusividad que vende Apple. Y puedo afirmar que más que congeniar con la fórmula de los de Cupertino, estoy totalmente en contra. Pero eso es otro tema.
Nos guste menos o más, Apple se permite aplicar esa estrategia debido a la repercusión que han tenido sus dispositivos (y a otras cuestiones). Google es una completa novata en el mercado telefónico, y empezar con los Nexus no es un buen inicio. Querer subirse a la montaña de Apple, su enemiga para muchos seguidores de Google, pues es como aliarse con tu enemigo.
Y esto no le viene nada bien a Google, y más si quiere fraguarse un sitio en el ya duro mercado móvil. Puedes permitirte una imagen mejor o peor, pero no siendo la empresa que gestiona el mayor sistema operativo del mundo. Y todavía menos si quieres comercializar unos productos específicos a un precio que no todos nos podemos permitir.
El precio de querer ser Apple varía en función de quién quiere serlo. En el caso de Google, las tasas que tiene que pagar le están costando mucho más de lo que realmente la gran G se puede permitir. O quizás, de un modo u otro, de lo que cree Google que se puede permitir.