Los niños de hoy en día acceden a las nuevas tecnologías a edades demasiado tempranas. Y normalmente quien sufre las consecuencias es nuestro dispositivo.
¿Te has parado un segundo a observar tu entorno cuando estás en la calle? Si lo haces quizá observes que la gente va mirando hacia abajo, en concreto a un dispositivo como el smartphone.
El detalle preocupante es cuando ponemos el foco en los niños… hoy en día si no queremos que nos de la «lata» se le suele dar el teléfono y que se distraiga. Esto tiene dos consecuencias y ambas no son buenas.
Hay que gestionar bien los tiempos
No sé a vosotros, pero a mi personalmente, encontrarme con niños de 5 o 6 años con un smartphone o una tablet en las manos me preocupa un poco. Sobretodo cuando es algo que suele hacerse en cuanto el menor empieza a ser un poco «incomodo».
Ese detalle denota que estos dispositivos son la vía de escape para «amansar» a estas pequeñas fieras. Sin embargo como siempre digo, la virtud está en el equilibrio. Por lo que hay que incentivar al menor en el uso de su imaginación, juegos, lectura y añadir las tecnologías en su justa medida.
La segunda consecuencia de usar los dispositivos como «vía de escape» es que nuestros dispositivos acaban por sufrir los daños colaterales. Es decir, caídas, golpes y demás situaciones que harán que a más de uno se le hiele la batería.
Un uso responsable de las tecnologías
Como he comentado anteriormente, lo ideal es buscar el equilibrio entre lo tradicional y lo tecnológico. Pero eso sigue dejándonos el problema de los riesgos que corren en las pequeñas manos de los menores.
Para ello, ante todo hay que fomentar el uso responsable y el tener cuidado de las cosas. Se puede llegar a un punto en el que «si se rompe me compran otro, no pasa nada». Eso hace que se pierda el respeto por el valor de las cosas y la perspectiva sobre el esfuerzo de conseguir algo.
Añadiendo lo anterior a este batido de reflexiones tecnológicas, nos queda el último punto. El de proteger los dispositivos y… no, no vamos a hablar de aquellos dispositivos para «niños» que suelen ser un pequeño despropósito de precio-especificaciones.
Pixplay
Bajo este nombre encontramos una manera de cuidar nuestros dispositivos, además de fomentar la creatividad del menor que esté usándolo. Ya que no es una simple funda protectora y ya.
Lo que nos ofrece Pixplay es una experiencia completa. Además de proteger nuestro dispositivo, ya que entre otras cosas viene con dos pestillos de seguridad, así evitamos que el menor quite la funda. Tenemos disponible actividades y juegos complementarios.
Antes de introducir nuestro dispositivo en la funda, deberemos conectar en la toma de 3.5 de auriculares -quien lo tenga- el cable incluido. Gracias al cual, se podrán realizar fotografías usando el disparador incluido en la funda.
Este simple detalle, unido a un conjunto de actividades y divertidas aplicaciones de efectos, hacen que se fomente la imaginación y creatividad del menor. Más allá de estar toqueteando una pantalla en el juego de moda…
El diseño de la funda sigue permitiendo el uso del dispositivo normalmente
Características
- Tiene un diseño adaptable a una gran variedad de dispositivos.
- El ser una funda de goma e incluir una empuñadura, ayuda a la protección en caso de caída.
- Previene de posibles daños por polvo o arena.
- No necesita el uso de internet o bluetooth para usarse.
- Ofrece protección ante salpicaduras.
- El diseño de una cámara analógica, ofrece esa experiencia de estar usando una cámara real.
Conclusión
Estos son los datos y suyas las conclusiones querido lector, pero haciendo un uso responsable de las tecnologías, se puede fomentar bastantes campos en nuestros pequeños androides.
Pixpay es un ejemplo de cómo convertir algo «frío y solitario» como es un smartphone, en algo que fomenta la creatividad, incentiva la curiosidad y por ende la diversión. Además de añadir el interés por la fotografía, que junto al diseño de la funda, aporta la ejercitación de habilidades motoras.
Recordad: El uso de la tecnología con menores, siempre con responsabilidad.