Los Nokia con Android apuntaban alto, pero han terminado siendo algo dudosos, al menos los que ya están en el mercado. Después de analizarlos opinamos sobre el próximo en llegar, el Nokia 8.
El Nokia 8 lleva rumoreándose desde hace semanas. Sabemos cómo es su diseño, hemos visto capturas de su web y hasta sabemos que dispondrá de doble cámara y de suficiente potencia como para considerarse una opción por potencia. Todo esto también lo deseábamos en los primeros presentados, los Nokia 3, 5 y 6, pero la experiencia dio al traste con el sueño.
Es cierto que el precio ya marca el nivel del móvil, pero Nokia ha sido demasiado austera equipando su primera hornada. Esto ha hecho que no los podamos recomendar tan fácilmente pese a ser Nokia porque, tras un acabado de escándalo, se esconde un rendimiento demasiado justo. Esta sería la clave para buscar alternativas. Y podría ser el peligro del próximo modelo, el Nokia 8.
El Nokia 8 no debe caer en los errores de los primeros Nokia con Android
A falta de verlo finalmente y que se termine confirmando el hardware de nivel que se le espera (no está del todo claro), haré mi lista de deseos para este modelo después de haber analizado los Nokia 3 y Nokia 5; además de haber tenido un primer encuentro con el Nokia 6. ¿Qué le pido al Nokia 8?
Una potencia a la altura de la competencia en gama alta
Yo creo que es clave. El rendimiento ha sido mi principal queja en los dos análisis realizados y también el principal inconveniente que reseñaron todos los analistas. Nokia no puede vivir de la marca y del diseño, debe aportar prestaciones a sus dispositivos.
Los 3 Nokia que se encuentran disponibles pecan de ofrecer unas prestaciones que no están acordes con la categoría que deberían tener los smartphones. No hablo de que el fabricante le ponga un Snapdragon 821 al Nokia 5, pero sí que no se quede un un SoC tan anticuado como lo es el Snapdragon 430; por no hablar del MediaTek 6737 que incorpora el Nokia 3. El resultado es un rendimiento tan corto que a veces es complicado hasta jugar a Pokémon GO.
Todos lo tenemos claro: si Nokia quiere triunfar con el Nokia 8 debe apostar por un hardware mucho más potente. El Snapdragon 660 sería un buen ejemplo si no coloca el 835. Porque hay otro factor clave.
El precio no debe ser exagerado
Nokia tiene un nombre, pero en los smartphones no se recuerda tanto la marca Lumia. Resulta indudable que HMD Global sabe hacer buenos móviles, pero también debe ponerles una etiqueta de precio que pueda competir con ventaja contra los gamas alta de este año. Porque el LG G6 o Samsung Galaxy S8 ya están por debajo de los 600 euros. Y en una línea algo inferior habitan con comodidad el Honor 9 y el OnePlus 5.
Los Nokia actuales tampoco tienen mal precio, pero caen al compararse con otros de ese mismo coste. Esa es la tónica que no debe repetirse con el Nokia 8, porque en la gama alta es un error aún más grande.
Una cámara notablemente mejor
El salto entre gamas debería notarse mucho más en este campo, y así quiero que sea. La experiencia fotográfica con los otros Nokia no fue mala, pero debe superarse en el Nokia 8 (esto no deja de ser obvio). Tuve varios Lumia, entre ellos el 1020, y sé lo que puede hacer Nokia en consonancia con Carl Zeiss.
Mejor procesado de las imágenes, una aplicación de cámara que ofrezca controles 100 % manuales, mayor viveza de los colores, mejor rendimiento en media y baja luz… El Nokia 8 apunta alto con su más que posible doble cámara y óptica Carl Zeiss, pero necesita un verdadero salto cualitativo si quiere ser una opción dentro de Android en el terreno fotográfico.
En cuestión de diseño, conexiones, materiales o, incluso, pantalla seguramente no haya que temer: el Nokia 8 andará bien cubierto. En términos de resolución ofrecerá como mínimo 1080p, que es algo de lo que pecan los Nokia 3 y 5. ¿Subirá hasta un mínimo de QHD? No sería descabellado.
Ya sabes: queda algo más de medio mes para conocer cómo será definitivamente el Nokia 8. ¿Qué le pedirías tú para que se convirtiera en tu smartphone?