Material Design puso las bases del minimalismo en las aplicaciones de Android. Muchas de ellas son muy bonitas, pero son disfuncionales y tienen problemas. ¿Es mejor una app bonita que una que funcione bien?
Cuando Android recibió Material Design, nuestro sistema dio un salto cualitativo en lo que respecta a diseño. Pasamos de la interfaz fría y estática de Holo a unas líneas minimalistas, profundas y bien organizadas. Sin esto, Android no sería lo que conocemos hoy en día, por lo que tenemos mucho que agradacerle. Y cuando esto se empezó a aplicar en las aplicaciones que solemos usar a diario, pudimos notar un aumento de la belleza de estas. Si vas a ver una aplicación durante mucho tiempo seguido, qué menos que sea bonita. ¿No?
Pero cuidado, porque a veces se piensa que un buen diseño hace mejor a una aplicación. ¿Os habéis encontrado alguna vez con una app que sea preciosa pero que de asco usarla? Yo, por lo menos, sí. Hay varios ejemplos de aplicaciones que pueden ser muy agradables a la vista pero ser o inútiles o disfuncionales. Por contra, también hay otras apps que son justo lo contrario: son feas a rabiar pero cumplen su cometido con creces. ¿Está reñida la belleza con la utilidad? Lo analizamos.
La Bella y la Bestia
A lo largo de mi día a día suelo probar muchas aplicaciones, ya sea para escribir en El Androide Libre o por probar cosas nuevas en mi teléfono. Literalmente me encuentro de todo, desde apps que consiguen que casi te sangren los ojos a otras que te dejan pegado a la pantalla admirando la belleza que se esconde tras esta. Y os sorprenderá que muchos afirman que una app, cuanto más bonita, mejor. Pues reitero lo dicho: me he encontrado de todo en Android.
Hay diversos ejemplos de apps que se pasan por ciertos lugares pudentos las líneas de Material Design que por contra son muy funcionales. La primera opción sería Peggo, una app que no está en Google Play y que permite descargar vídeos de YouTube. La app, a primera vista, es simplona y fea, por no decir otra cosa. Pero la llevo usando bastante tiempo y no me queda duda: funciona bien, que es lo que importa. Tras pasarme a Spotify la tengo algo abandonada, pero sé que siempre será una herramienta con la que siempre podré contar.
Por la otra parte, tenemos a Walli. No, no es ese personajillo de camisa de rayas rojas, sino una aplicación que bajo mi gusto tiene un diseño espectacular. Buena interfaz, buenos colores… Y además, es una aplicación de fondos de pantalla únicos con artistas independientes de todo el mundo. Sin duda, una app que recomendaría con total seguridad y de buen grado, máxime teniendo en cuenta el hecho de que soy un enamorado de los wallpapers y la personalización. Pero hay un problema.
Walli es una aplicación que aunque no funciona mal y tiene una gran colección de fondos, no va tan fluida como a mí me gustaría. Tarda bastante más de lo normal en descargar fondos, ya sea en formato completo o adaptado a pantalla. La interfaz se mueve con algo de espesor, no tiene los nieveles de intuitividad que posee Backdrops, la que creo que es la mejor app de fondos que hay actualmente para Android. Y repito, su diseño es precioso.
La diferencia es palpable desde el minuto uno. Mientras que Peggo es una aplicación que tiene un aire un poco cutre pero funciona a las mil maravillas, Walli es un amor en lo que respecta al diseño propio de su aplicación y no tiene un funcionamiento demasiado halagador. Repito, es una muy buena app y es recomendable, pero dista mucho de tener los estándares de calidad de otras aplicaciones de la misma índole.
El término medio es la clave
El término medio es la clave en la guerra que supone el tener una app que funcione bien y que sea digna de ver. Pasa algo muy parecido a las capas de personalización de Android. Tenemos un claro ejemplo: FlymeOS, la capa propia de los Meizu. Su diseño y apariencia me parecen hermosísimos y creo que se podrían sacar muchas ideas de ese sistema para incluirlos en Android stock. Problema: tiene bugs por todas partes.
Se necesita un término medio para equilibrar belleza y utilidad
Una aplicación tiene que ser digna de usarla con Material Design y a la vez tiene que aportarnos algo más que una cara bonita. Existen muchas aplicaciones que diguen el ejemplo de Peggo y de Walli: apps que no obedecen al campo estético al que van dirigidos. Muchas de esas aplicaciones las estaremos viendo un tiempo prolongado y no creo que nos guste estar usando una app que tenga la interfaz Holo en pleno 2017. Por favor, no.
Creo que Google debería poner más énfasis en intentar presionar a los desarrolladores que implementen Material Design en sus apps a la par de que sean funcionales. Hay mucha morralla suelta en nuestra Google Play que no son más que copias descaradas de otras apps más famosas y empaña la experiencia final del usuario. No podemos permitir que la mediocridad reine en nuestro sistema. ¡Mantengamos a Android tan grande como es!