El mayor reto de un móvil es usarlo durante más de dos años
Con todas las posibilidades de un móvil, ¿cuál es su mayor reto? Yo lo tengo claro: que se use durante más de 2 años. Éste es el tiempo máximo de media.
18 enero, 2017 12:45Con todas las posibilidades de un móvil, ¿cuál es su mayor reto? Yo lo tengo claro: que se use durante más de 2 años. Éste es el tiempo máximo de media.
Tener un smartphone es disponer de una puerta abierta a la tecnología de vanguardia. No nos hemos dado cuenta, pero llevamos un dispositivo en el bolsillo que habría formado parte de la ciencia ficción hace menos de 10 años. Hacemos de todo con él y es capaz de proporcionarnos multitud de satisfacciones. Pero tienen un límite, por más que se trate de un smartphone de alta gama.
Las fronteras en el uso de un smartphone no las coloca implícitamente el fabricante, solemos marcarlas nosotros. Es cierto que las actualizaciones no son eternas y que el móvil envejece, pero, de media, un smartphone puede aguantar hasta un lustro. De hecho, yo tengo Android en el cajón que siguen funcionando tras más de 4 años. Pero pocos querríamos un móvil tan viejo, yo el primero.
Dos años, ésa es la limitación para la mayor parte de móviles
Ya pueden tener una construcción excelente o estar actualizados con frecuencia, que los dos años pesarán en la vida de tu móvil. Como decía, es el tiempo que suelen tomarse los fabricantes para mantener con frescura sus dispositivos más «top», pero también es un tiempo más o menos estipulado tras el cual nuestro móvil nos parecerá irremediablemente desfasado.
Sé que habrá quien me diga «Yo tengo mi móvil desde hace tres años y me va perfecto». O «Mi padre aguantó con un Nokia 3310 y sigue con él después de una década». Todos tenemos situaciones particulares. Que son las que confirman la regla, por otra parte (es un dicho muy manido, pero suele funcionar).
Los móviles aguantan más de 2 años, pero todos sufren los achaques en torno a esa edad
Quitando quienes cambiamos de móvil casi tanto como de calzoncillos, el tiempo habitual suele situarse entre el año y los dos años. Es lo que yo recomiendo: adquirir un móvil de suficiente categoría y aguantarlo, como mínimo, esos dos años. No perderá prestaciones, seguirá funcionando casi como el primer día y las degradaciones no le afectarán en exceso. Más allá de este lapso las condiciones se deprecian.
La batería pierde capacidad, la memoria se ralentiza…
El uso termina por mermar las capacidades de cualquier objeto. Los móviles no escapan a esta condición, por lo que suele apreciarse con el paso de los meses. Las baterías no aguantan tanto con una sola carga, éste suele ser uno de los principales síntomas. La memoria también se nota: el sistema va algo más lento y las aplicaciones tardan en arrancar. Esto puede irse paliando si cuidamos el almacenamiento, pero el desgaste físico será imposible de corregir.
Otro de los elementos que se chivan del paso del tiempo es el acabado. Pintura que se desconcha en una esquina, roces, arañazos en la pantalla… Llevar una funda lo mitiga, igual que el protector de pantalla, pero siempre se apreciará cierto desgaste al retirar las protecciones, igual que suciedad en partes que no imaginabas (la de pelusas que se cuelan en el jack de 3,5 mm, eso que nos ahorramos al retirarlo).
Los móviles cada vez envejecen más rápido, continuamente salen nuevos y mejores
Tras dos años seguiremos instalando las últimas aplicaciones ya que la versión del sistema debería ser más o menos reciente (no hay un salto lo suficientemente grande en dos años como para que se pierda la compatibilidad con las Apis). Pero la sensación de que el móvil se hizo mayor no nos la quitaremos de encima.
Los móviles son los objetos que más acusan el envejecimiento
La obsolescencia programada y el interés de los fabricantes por que cambiemos nuestros dispositivos pesan mucho. Además, los móviles han ido evolucionando para que no sobrepasemos el reto de los dos años. No podemos cambiar piezas tan importantes como la batería. Y las reparaciones se vuelven tan caras con los diseños unibody que sale más a cuenta cambiar de smartphone que repararlo.
Todo se confabula para hacer de los dos años el tiempo límite más o menos establecido. Actualizaciones, degradación, uso, imposibilidad de recambios… Y nuestro capricho. El smartphone es un signo personal, un elemento que dice mucho de nosotros y de nuestro status. E igual que no acostumbramos a llevar siempre la misma ropa, resulta lógico que nos apetezca cambiar de smartphone de vez en cuando. Incluso aunque realmente no lo necesitemos, como ocurre en la mayoría de casos.
¿Cuál es el tiempo máximo que has aguantado con tu móvil principal? Sé que no soy un caso habitual: yo no suelo mantenerlos durante más de un año.