2016 ha sido el año de muchos avances en tecnología: coches eléctricos y autónomos, wearables para todos los gustos… y entre esas cosas se encuentran las compras online, porque en 2015 se hicieron 302.8 millones de transacciones sólo en España. Todavía no hemos terminado 2016 y nos quedan épocas como el Black Friday o la Navidad, semanas en las que se dispara el consumo, pero los datos son prometedores.
Una buena parte de esas compras de 2015 se han producido en nuestros smartphones, un 31% de esos 300 millones para ser exactos, y es una demostración perfecta de que ha cambiado nuestra forma de comprar. La mitad de los españoles siguen esperando a llegar a casa y coger el ordenador para comprar, pero la otra mitad compra en cualquier parte sin importar la hora, y la expansión de los smartphones sólo hace pensar que la segunda mitad crecerá como la espuma.
El comercio electrónico ha avanzado muchísimo en estos años, y gracias a nuestros móviles con su conexión en cualquier parte, podemos comprar cuando queramos y donde queramos, pero la paquetería no ha avanzado al mismo ritmo: los envíos se siguen haciendo de la misma forma aunque compremos en cualquier parte, y ambas tendencias son incompatibles.
Envíos inalterables en un mercado innovador
Hasta ahora sólo teníamos entrega en mano y recogida, con intentos tímidos de innovación
La forma más clásica de envío que se nos ocurre viene a ser que un repartidor vaya a la puerta de nuestra casa/oficina y nos entregue personalmente el paquete, pero todos conocemos la de problemas que genera este método: tenemos que estar en casa cuando llegue el repartidor y las notas de ausencia pueden resultar ser un cachondeo. La otra opción es recoger el paquete en la oficina de la empresa de paquetería, algo que nos hace comernos a nosotros el desplazamiento y que es un caos si el paquete se está moviendo en las rutas de reparto.
Sería injusto decir que la paquetería no ha avanzado en España durante estos años, aunque a veces sea insuficiente: empresas como UPS han creado una red de comercios que nos «guardan» el paquete hasta que pasemos a recogerlo, e incluso Correos está colocando consignas inteligentes en lugares de paso como intercambiadores. Para ser exactos, existen 150 CityPaq colocados en estaciones de metro o gasolineras, y 400 Homepaq instalados en los portales de comunidades de vecinos.
¿Cómo quieren innovar las empresas de paquetería?
¿Domótica al servicio de las empresas de paquetería?
Últimamente hemos leído mucho sobre nuevas ideas para hacer más sencillo el entregarnos paquetes, siempre aprovechando que nuestros dispositivos son cada vez más inteligentes. Por ejemplo, seguro que muchos os acordáis de que Audi en Alemania empezó a experimentar en 2015 con la idea de que los repartidores de DHL puedan abrir tu maletero y dejarte paquetes, además de recoger los que quieras enviar. Ese acceso del repartidor se produciría con un código temporal generado con una aplicación de DHL y Audi, y es práctico en el sentido de que tengas todo lo que necesitas en el maletero de tu coche.
Esa idea de Audi es bastante similar a la que ha tenido Amazon por su cuenta al aliarse con empresas de domótica como August y Garageio. La idea de Amazon es que, si tienes una puerta inteligente y no estás en casa cuando llegue el repartidor, el repartidor pueda entrar en tu casa, dejar el paquete a salvo en el recibidor o en el garaje. También se haría con estos accesos temporales, pero siempre queda la duda de si el repartidor aprovechará para llevarse algo; la idea sería combinar esto con sistemas de vigilancia también inteligentes.
Y las empresas de paquetería no sólo están explorando cómo dejar los paquetes cuando tu no estás, también están tratando de dejar a un lado las clásicas furgonetas: desde la clásica idea de utilizar bicicletas para las zonas cercanas a los almacenes, hasta drones que aterrizan con el paquete en la puerta de nuestra casa.
La ‘última milla’ sigue siendo el gran reto
El ‘sueño húmedo’ de las empresas de comercio electrónico es eliminar a las empresas de paquetería
Las empresas de comercio electrónico siguen teniendo un dolor de cabeza importante en lo que respecta a la ‘última milla’, al espacio que existe desde que el paquete sale del almacén hasta que llega a las manos del cliente. Sí, son dependientes por completo de las empresas de logística y paquetería, y por eso su sueño húmedo es eliminarlas de la ecuación: más margen de beneficios, pero también más posibilidad de controlar toda la experiencia.
El problema es que hacer envíos no es tan sencillo como poner a repartidores en furgonetas, y requiere inversiones millonarias (que gigantes como Amazon ya están haciendo). Hasta que las empresas de comercio online se hagan con la logística -ganándose el odio de las compañías tradicionales-, no les queda más remedio que seguir dependiendo de ellas, aunque servicios como Prime Now nos permitan ver cómo sería un pedido 100% gestionado por Amazon.