La última actualización de WhatsApp para Android incorpora un cambio que, pese a lo sutil de la novedad, debería servir para sacar los colores a Google si los de Mountain View tuvieran un mínimo de consideración por el que poco a poco ha llegado hasta las puertas de convertirse en un nuevo tipo de lenguaje. Hablo, cómo no, de los emoticonos.
En la versión de WhatsApp 2.16.274, los emoticonos han recibido un ligero lavado de cara que pasaría sin pena ni gloria de no ser porque lo han recibido para adaptarse a los emojis que incorpora el teclado de Apple en la última actualización de iOS 10. De esta forma, da igual que tengas Android 4.4 KitKat o iOS 10; mientras utilices la aplicación de WhatsApp actualizada a la última versión disponible, los emoticonos que verás serán exactamente los mismos que los que tendrá ante sus ojos un usuario de un sistema operativo diferente.
Mientras tanto, a día 21 de septiembre de 2016, la versión más reciente del Teclado de Google presente este esperpento en el apartado de los emoticonos:
Para que os hagáis una idea de la abismal diferencia que existe entre estos emoticonos y los que trae iOS 10 (que, al fin y al cabo, son los que ahora veréis en WhatsApp independientemente de si utilizáis uno u otro sistema operativo), aquí tenéis una imagen interactiva en la que podéis desplazar la barra horizontal para comparar los emoticonos del Teclado de Google (izquierda) con los del teclado de Apple/WhatsApp (derecha).
Emoticonos iguales que dicen cosas diferentes, un problema en las raíces de Android
Cada fabricante, cada teclado y cada aplicación de Android tienen la libertad de utilizar el diseño de emoticonos que crean oportuno, y vaya si lo aprovechan
Pero este debate no es en absoluto nuevo. Lo que podéis ver en la imagen que aparece encima de este párrafo son las variantes de un mismo icono: el de la carita sonriente, oficialmente llamado Grinning Face With Smiling Eyes (fue introducido en el año 2010 y podéis encontrarlo en este enlace de Emojipedia). En la práctica, pese a que desde tu móvil Samsung estás enviando el cuarto emoticono desde la izquierda, el que yo recibiría en mi Nexus siendo el destinatario del mensaje sería el segundo; ¿de verdad alguien cree que los dos expresan lo mismo?
En mi opinión muestran reacciones muy diferentes, y un estudio llevado a cabo en abril de este mismo año por el equipo de GroupLens -sí, hoy en día se hacen estudios sobre emoticonos- puso en evidencia los serios problemas de comunicación que se pueden dar en el uso de emojis. El estudio se basó en 22 emoticonos de cinco fabricantes diferentes (Apple, Google, Microsoft, Samsung y LG), y de media resultó que nueve de ellos ofrecían una diferencia significativa en el sentimiento que transmitían en sus diferentes variantes.
Los fabricantes nunca han tenido especial interés en unificar sus emoticonos; de hecho, con cada actualización dan un nuevo toque a lo que probablemente consideran como su seña de identidad
Y la culpa no es de los usuarios (eso da para otro estudio que en este caso no nos interesa en exceso), sino de los fabricantes, desarrolladores y grandes compañías que por algún motivo no han sabido ponerse de acuerdo en el diseño de los emoticonos en Android. No han sabido, no han querido no lo han necesitado. Incluso, alguno se podrá justificar diciendo que son los usuarios los que demandan más variedad de emoticonos.
En cuanto al estudio, si nos ponemos quisquillosos podríamos incluso clasificar del -5 (muy negativo) al 5 (muy positivo) la emoción que nos transmite el icono de la carita sonriente de cada fabricante. De esos diez que aparecen en la imagen, ¿cuál diríais que es el más alegría transmite? ¿Y el que menos? Pues, según el estudio, la cosa quedaría tal que así:
Podremos estar más o menos de acuerdo con la clasificación, pero no se puede negar que el emoticono de la carita sonriente de Apple transmite a primera vista una sensación casi de orgullo, mientras que el de Samsung más bien representa una emoción de alegría mucho más intensa. El de Microsoft, siguiendo en su línea, parece un balón de fútbol recortado por la mitad.
El estándar existe, pero a los fabricantes simplemente no les da la gana ponerse de acuerdo
Los emoticonos comparten el mismo código, pero después cada fabricante o desarrollador decide el diseño que cada emoji tiene en la interfaz
Pese a que tienen diseños diferentes, todos los emoticonos se basan exactamente en el mismo estándar. Ese estándar se llama Unicode, y su origen se remonta hasta el año 1991, cuando la irrupción de los ordenadores personales evidenció que era necesario algo que permitiera que un usuario de Estados Unidos, con su teclado y sistema operativo en inglés, pudiera visualizar lo que escribía un usuario asiático, con su teclado y sistema operativo en chino.
Este estándar, el de Unicode, es el que determina que -por ejemplo- el emoji del beso
está asociado al código U+1F617. Cuando envías un mensaje que contiene ese emoticono a otra persona, lo que le llega realmente es ese extraño código; después, es el ordenador, móvil o tablet el que interpreta ese código y muestra el icono para el que haya sido programado para mostrar con ese código. De ahí que un usuario de Apple envíe este emoticono
, pero uno de Samsung reciba este otro
.
Cualquier persona tiene a su alcance proponer su propio emoticono para que sea incluido en el estándar de Unicode
¿Y cualquier fabricante o desarrollador puede utilizar el emoticono que le venga en gana? Más o menos sí, siempre y cuando reciba la aprobación de Unicode después de haberlo propuesto para su publicación. Después, serán los miembros del comité los que darán el visto bueno para incluir en el estándar el emoticono en cuestión. Y por este proceso tienen que pasar todos: desde pequeños fabricantes hasta la propia Google.
Llegados a este punto del artículo, me permitiréis que utilice una palabra a la que me gustaría atribuir un significado diferente al que todos tenemos de sobra conocido: fragmentación. Según la definición de la palabra «fragmentación» de la RAE, dícese de la acción o efecto de fragmentar; «fragmentar«, según la misma fuente, es reducir a fragmentos. En Android, los fragmentos serían Samsung, Huawei, Sony o LG, así como también lo serían todas y cada una de las aplicaciones que llegan a la tienda de Google Play; todos ellos son pedazitos de un todo, que en este caso es el sistema operativo sobre el que se unen para funcionar en armonía.
Quizás el ejemplo requiera mucha imaginación, pero estaréis de acuerdo en que para que el sistema operativo funcione en armonía es necesario que existan estándares. Al igual que Samsung ha tenido que luchar con el cuchillo en los dientes para conseguir una excepción que le permita incorporar un icono de batería de color verde, lo lógico sería que este mismo nivel de restricción se aplicara también para los emoticonos, algo que ya forma parte de nuestra comunicación.
Que una interfaz traiga un icono de batería blanco, verde o azul pitufo no es algo que me quite el sueño, pero que una persona me envíe desde su móvil un emoticono y que yo reciba otro diferente (o que directamente reciba un espacio en blanco) sí me parece preocupante. A Google, por lo que se lee en sus guías para desarrolladores, eso no le merece especial atención.
WhatsApp, pese a sus defectos, al menos es consciente de su impacto en el mundo
Una aplicación con más de mil millones de usuarios en todo el mundo no puede -o no debería- permitirse dar pie a equivaciones o malentendidos en la comunicación. WhatsApp no es en absoluto santo de mi devoción, pero me parece todo un acierto que lleve tanto tiempo tratando de mantener un lenguaje de emoticonos universal. Y lo que WhatsApp ha unido, que no lo separe Google -ni nadie más-.
P.D.: Incluso aunque no compartáis la opinión que he expuesto en esta entrada, no me negareis lo absurdo que resulta que en Android se muestren dos colecciones de emoticonos completamente diferentes al entrar en WhatsApp: la de la aplicación y la del teclado de turno que tengas instalado. ¿Para qué dos?
Base de la imagen de portada: NotCot