Ni se me pasaría por la cabeza insinuar que las actualizaciones de seguridad de Android son molestas. Bueno, en realidad lo son, pero solamente un fanático con una manzana en la mano se atrevería a cuestionar que desde KitKat hasta Marshmallow -por no hablar de Nougat– la seguridad de nuestros móviles ha quedado completamente* blindada.
Tan blindada ha quedado que, en mi opinión, la seguridad en Android se ha llevado por delante opciones que muchos echamos de menos. Algunos quizás ni os habréis dado cuenta, y otros ya no lo recordaréis, pero todas las opciones que voy a mencionar existían antes de que una mejora relacionada con la seguridad se las llevara por delante.
Las opciones que la seguridad de Android se ha llevado por delante
La comodidad de tener el «Modo USB» activado por defecto
Antes de Marshmallow, cuando conectabas el móvil al ordenador podías acceder directamente a los archivos de la memoria interna; ahora tienes que autorizar el acceso manualmente
Aquí dudo que alguien vaya a discutir lo práctica que era esta opción antes de que Google se la llevara por delante con una actualización. ¿Recordáis lo cómodo que era conectar el móvil al ordenador y que en cuestión de un segundo se te mostrara en el escritorio el mensaje de «Unidad de XXXX – Pulsa para seleccionar lo que le ocurre a este dispositivo«? Pues, a partir de Android 6.0 Marshmallow, ya no queda nanai de la China de eso. Se acabó eso de conectar y desconectar el móvil al ordenador con comodidad.
Antes, y cuando digo antes me refiero a las versiones de Android hasta Android 5.0 Lollipop, lo que ocurría cuando conectabas el móvil al ordenador por USB era que automáticamente entraba en marcha el «Modo USB». De esta forma, incluso aunque tuvieras la pantalla del teléfono bloqueada podías acceder a los archivos del móvil en cuestión de segundos.
¿Ahora? Desde Marshmallow, el modo que se abre por defecto al conectar el móvil por USB al ordenador es el de carga de la batería. Por lo visto, Google piensa que conectamos demasiado a la ligera nuestros móviles a dispositivos que pueden ser peligrosos, y nos obliga a que confirmemos manualmente que queremos permitir la transferencia de archivos entre uno y otro terminal. Para mí, que estoy cada dos por tres transfiriendo capturas al ordenador, es un dolor de cabeza. Existe una solución que requiere root, pero ya sabéis cómo está el root ahora mismo.
Hubo un día en el que instalar aplicaciones era (mucho más) rápido
Es una mejora de seguridad importante y lo reconozco, pero no puedo dejar de echar de menos lo fácil que era instalar una aplicación antes de Marshmallow
Soy consciente de que correrán ríos de sangre cuando lo diga, pero los permisos de Android 6.0 Marshmallow se cargaron la sencillez de instalar una aplicación en el móvil. Me parece genial que Google Play muestre los permisos que requiere una aplicación antes de instalarla, pero de ahí a que haya que aceptar cada permiso uno por uno al instalar la aplicación hay un trecho. Lo que no me gusta no son tanto los permisos en sí, sino su implementación en Android.
Lo molesto de instalar una aplicación en Android 6.0 es que muchas veces tienes que aceptar todos los permisos de uno en uno nada más abrirla por primera vez
Porque mirad el caso de Pokémon GO (alguna aplicación había que mencionar como ejemplo, perdonadme). En KitKat puedes ver los permisos que aceptas al instalarla, así que de antemano ya procedes a su descarga sabiendo a lo que te enfrentas. En Marshmallow ocurre lo mismo, con la diferencia de que durante la instalación tienes que aceptar uno por uno (y no es uno, ni dos, ni tres… ¡son cuatro diferentes!) todos los permisos que requiere la aplicación. ¿Y si te da por no permitir ninguno de ellos? Lo único que ocurrirá es que tendrás mensajes de errores a diestro y siniestro, y ahí terminará tu aventura con la aplicación.
La opción de poder gestionar los permisos es útil, está claro (¿quién autorizaría si tuviera la posibilidad de no hacerlo el permiso de acceso a los contactos en una aplicación de linterna, por ejemplo?), pero estoy seguro de que existe una forma mucho más práctica de integrar esta medida de seguridad.
La captura de pantalla en cualquier aplicación
Recuerdo que antes era posible hacer capturas de pantalla de aplicaciones de bancos, pero entre Lollipop y Marshmallow esta opción desapareció por completo
Para mí, Google no tiene perdón por haberse llevado por delante esta opción. Bueno, más que Google, los que no tienen perdón son los desarrolladores que se pusieron de acuerdo para incorporar esta mejora de «seguridad». Los más mozuelos del lugar quizás no lo recordéis, pero hubo una época en la que podías entrar en la aplicación de tu banco, abrir tu perfil y sacar una captura de pantalla para compartir el número de tu cuenta con una persona que te iba a hacer una transferencia en ese momento. De lo más útil, la verdad, especialmente si no querías correr el riesgo de equivocarte en un dígito a la hora de copiar el número manualmente.
Pero, ¿habéis probado a hacerlo recientemente? Si intentáis sacar una captura de pantalla de -por ejemplo- la aplicación de Bankia en un móvil con Marshmallow, lo que veréis es un bonito mensaje con el texto de «No se pudo capturar la pantalla – El contenido puede estar protegido«. ¿Protegido por qué? Porque lo habrá dicho Google en algún momento, imagino, ya que las primeras quejas al respecto se remontan al año 2014. De hecho, alguna aplicación se justificaba mencionando algo relacionado con una actualización de Android.
Existen soluciones al respecto, por supuesto. En mi caso, recurrir a una aplicación de capturas de pantalla externa (Screenshot Crop & Share es la que estoy utilizando) ha sido suficiente para poder seguir haciendo capturas de aplicaciones «delicadas», pero eso no quita que todavía a día de hoy no haya terminado de entender la razón de ser del bloqueo de estas capturas.
Y tú, ¿qué opción, función o comodidad relevada por la seguridad echas de menos?
Estoy seguro de que vosotros también tendréis la espinita clavada con alguna función que la seguridad de Android se llevó por delante, ¿recordáis cuál es?