Una ventaja que tienen las pantallas táctiles es que cualquier cosa, en cualquier momento, se convierte puede convertir en un botón. Siempre habrá quien prefiera el teclado físico -igual hasta encontramos alguien que prefiera el VHS sobre el BluRay-, pero no cabe duda de que el teclado táctil ha sido un gran avance para la gran mayoría de personas.
Se acabó eso de pulsar tres veces el 1 para escribir una C. La posibilidad de tener todo el abecedario y signos de puntuación a mano es de lo más conveniente, y más si este no ocupa espacio, no pesa y desaparece cuando no lo necesitas. Y sin embargo, antes hubo otros intentos de introducir un teclado QWERTY en un dispositivo de bolsillo.
El gran problema para los diseñadores llegó a principios de los 90, cuando los teléfonos comenzaron a ofrecer la posibilidad de enviar y recibir SMS. Hasta entonces, los teclados de los móviles tenían que facilitar hacer llamadas, aunque muchos ya habían adoptado el teclado E.161, el que todos conocemos para poder memorizar números.
Teclado alfanumérico E.161
Posiblemente el teclado más conocido por los usuarios antes de la irrupción de las pantallas táctiles. Sí, es ese en el que te pasaste tantas horas para escribir palabras de forma que se entendieran a pesar de haber mutilado la mitad de letras. De hecho, aunque casi no lo usemos, sigue vivo en Android, agazapado en el teclado del sistema.
Se trata de un teclado basado en uno usado durante los años 30 por las teleoperadoras americanas, ya que las oficinas centrales usaban letras y no números. Podemos encontrar usos de este teléfono en modelos de la gama Motorola DynaTAC y en la MicroTAC. Evidentemente, también en el primer teléfono GSM, que también fue el primero en permitir el envío de SMS: el Nokia 1011 en 1992.
IBM Simon
Este dispositivo en el que IBM quería combinar las funciones de teléfono y PDA puede ser considerado un abuelo de los actuales smartphones, teclado táctil incluido. Fue lanzado en 1992 y contaba con una pantalla táctil que funcionaba con un stylus que permitía, por ejemplo, recibir y enviar emails.
Nokia 9000
La compañía finlandesa siempre arriesgó mucho en sus diseños, y el Nokia 9000 fue uno de los primeros teléfonos que se las apañaron para incluir un teclado QWERTY. El teléfono era enorme, pesando 254 gramos y se podía abrir, convirtiéndose de forma efectiva en una PDA.
Nokia 5510
Y bueno, a Nokia a veces se le fue un poco la olla con algunos de los diseños, y en sus intentos de integrar un teclado completo también. Este es un gran ejemplo de hasta dónde podían llegar. Llegó en 2001, con un diseño que podía recordar al de la Game Gear. El gran defecto: imposible usarlo con una mano.
Blackberry 5810
Si hay una marca que va asociada al teclado, esa es BlackBerry. Ya en su primer dispositivo, en 2002, mostraron lo que les haría famosos: un teclado QWERTY grande, tanto como la pantalla. Este era un diseño que facilitaba tremendamente tanto el leer como recibir correos, mientras seguía siendo cómodo de usar.
T-Mobile Sidekick
Este terminal de 2002, también conocido como Danger Hiptop, fue uno de los primeros en usar un formato deslizable. Los botones de colgar y descolgar llamadas eran accesibles incluso cuando cuando el teléfono estaba cerrado, igual que otros que te permitían desplazarte por los menús.
LG Migo
Si muchos teléfonos de esta lista buscaban aumentar el número de teclas, el LG Mingo -de 2005- hacía todo lo contrario, reduciéndolo a cinco. Estaba pensado para niños de menos de diez años. Cuatro accesos rápidos y un botón de emergencia. Pese a todo, te permitía escribir todas las letras y números repitiendo pulsaciones.
LG Chocolate VX 8500
En 2006 -un año antes de la irrupción del iPhone- LG lanzó este terminal que técnicamente no tenía botones en su frontal, sino un panel táctil iluminado que, además de poder colgar y descolgar, y navegar por los menús, permitía controlar la música de forma similar a la rueda de los iPod. El teclado alfanumérico aparecía deslizándose.
LG Versa
Un peculiar experimento de LG, ya en 2009, con las pantallas táctiles en nuestras vidas. Se trataba de un smartphone que ofrecía un teclado táctil convencional y a vez uno físico que se podía separar del terminal como si fuese una funda. Además, también era capaz de reconocer escritura manual sobre la pantalla.