Puede resultar muy frustrante. Se presenta un terminal a bombo y platillo, te enamora, pero cuando llega a tu país, este lo hace con menos especificaciones de lo que se prometió al mostrarse al mundo. La semana pasada vivimos un ejemplo con el Honor 5C, que finalmente ha llegado a Europa sin sensor de huellas.
No es el primer caso que vivimos o que viviremos en breve. Todo indica a que el Samsung Galaxy J5 también llegará con especificaciones inferiores a lo que se ha visto en tierras asiáticas (pantalla HD en vez de FullHD y 2GB de RAM en vez de 3GB). LG ya es famosa por lanzar terminales con menos especificaciones en algunos mercados como Sudamérica.
Existe otra situación, que sin ser igual recuerda un poco, que es cuando los fabricantes anuncian una determinada configuración de un dispositivo que finalmente sale de forma muy limitada o en pocos mercados. ¿Qué intereses hay detrás de estas estrategias?
No competir con tus propios productos
Un mercado puede tener un tamaño suficiente para poder tener dos productos similares y que ambos vendan bien, sin embargo, otros no. Este puede ser el caso del Honor 5C y del sensor de huellas. Huawei puede haber decidido eliminar el sensor de huellas para diferenciarlo del 5X y así alcanzar a dos públicos distintos ofreciendo una diferencia evidente para el consumidor más allá del hardware.
Ajustarse a los gustos de un mercado
Lo que te sirve para vender teléfonos a mansalva en Asia puede no servirte en Europa y al revés. Estos cambios pueden ir encarados a ajustar un terminal a lo que más convenga en cada territorio. Cambios como la resolución de la pantalla, o el tamaño del sensor de las cámaras fotográficas pueden encajar en esta estrategia.
Limitar costes
La capacidad adquisitiva de unos mercados no es la misma que la de otros. Por eso, si se quiere maximizar las posibles ventas de un teléfono es importante ajustar al máximo su precio. De esta manera puedes rebajar el precio de venta o bien obtener una mayor rentabilidad por terminal vendido. La elección de un procesador inferior o de menos memoria RAM suelen ir dirigidos en esta dirección, como el caso del LG G5.
Posicionar la imagen de marca
Cuando buscamos información a través de Internet, normalmente encontraremos las especificaciones de las diferentes configuraciones juntas, y normalmente tenderemos a quedarnos en nuestra cabeza con la más alta, o como mínimo ver esa opción generará una sensación de más empaque sobre el producto. Esta intención es la que se esconde detrás de anunciar configuraciones que apenas están disponibles en el mercado -como el Moto X Play con 32GB de almacenamiento o la Huawei MediaPad M2 Premium-.
Desde luego, motivos para entender las diferencias entre las versiones occidentales y orientales de un mismo móvil hay unos cuantos. Y vosotros, ¿dónde pensáis que está el límite a la hora de diferenciar un mismo móvil entre China y Europa? ¿Qué característica os parece que resulta imperdonable que se pierda en el mar entre ambos mercados? ¿El lector de huellas, el modelo del procesador, la RAM?